"Bola de dragón" fue una original serie que tenía en su sentido del humor y del ritmo sus mejores bazas. Personajes como el maestro Mutenroshi (Maestro Tortuga/Tortuga Duende/Maestro Roshi/Kame Sennin/Jackie Chun), Mr. Satán, Yajirobe o el propio Goku hicieron que esta fuera la mejor de las tres etapas; o eso dicen, porque yo abandoné la saga al final de "Dragon Ball Z" al no soportar más la falta de ideas y las descomunales flipadas –que si ahora paso a súper-mega-ultra-guerrero de fuerza total destructora, que si se me fusiono con tal o cuál, etc., etc.–.
No creo que su violencia afecte negativamente a los niños que sepan distinguir la realidad de la ficción. Yo me crié con ella y soy el tío más pacífico que os podáis imaginar –esto lo pueden corroborar mis compañeros de equipo: se pueden contar con los dedos de una mano las tarjetas amarillas que me han sacado a lo largo de toda mi trayectoria en las ligas municipales, y en la mitad de ellas yo no estaba ni a diez metros de la jugada que las ocasionó–. Es cosa de cada padre saber si conviene a su hijo, pues cada persona es un mundo.

No me hizo gracia ni uno sólo de sus chistes.

Una de las peores películas que recuerdo.

La vida no es tan complicada como el montaje de esta película, que te distancia de un historia con la que uno podría haberse identificado fácilmente. La narración es bastante irregular, con momentos muy entretenidos y otros casi incomprensibles. Comete el error de mostrar los momentos caóticos al principio.

Como en muchas otras películas del director, empieza bien, con una historia surrealista pero bien definida. El problema viene cuando se pierde en imágenes oníricas incongruentes.

Lo que más me gusta es el inquietante "bebé" y cuando Henry conoce a la familia de su novia.

No me parece ni bien ni mal.
Lo que más me gusta es la habitual humildad de Shyamalan. Se podrá discutir más o menos el resultado final, pero nunca hace trampas en sus películas. Dado el escaso presupuesto, lo mejor era abordar el tema desde el punto de vista de una familia de granjeros. También me gustan los niños y Joaquin Phoenix, perfecto para su papel de jugador fracasado.
Lo que menos me gusta es Mel Gibson. Sus dotes interpretativas se limitan, fundamentalmente, a la comedia; los papeles dramáticos suelen venirle grandes.