Tonta comedia carente de gracia en la que Bullock interpreta a Mary Horowitz, una crucigramista que se enamora, contra todo pronóstico, de Steve (Bradley Cooper), un cámara de televisión que piensa que la joven está algo chiflada (algo que advierte en su brevísima primera cita). Por su trabajo Steve tiene que viajar constantemente, pero, para su desesperación, ello no será impedimento para que Mary le persiga allá donde surja la noticia.

Loca obsesión (¡me encanta la imaginación de los encargados de traducir los títulos!) es un desastre desde el principio, ya que el guión carece de chispa (los gags resultan tan ridículos como bobalicones) y la pareja protagonista de química. Por no hablar de las horrendas interpretaciones, incluida la de una sobreactuada (atención a su colección de tics) Bullock, cuyo personaje en lugar de resultar incrédulo pero adorable deriva en cargante e insufrible. Lo mismo le ocurre al de Cooper (actor que parece haber participado en la mitad de las películas estrenadas ese mismo año). Con un material tan pobre lo normal (y lo que aquí sucede) es que el resultado final deje bastante que desear.