'Evil dead' debió de ser una película que en su momento sorprendió e innovó en el género. A lo largo del metraje he observado numerosos recursos y 'clichés' que llevo toda la vida viendo en las películas de terror. Supongo que de ahí le viene la fama, y no seré yo quien cuestione su mérito. De hecho, incluso se llevó el premio a 'Mejores efectos especiales' en el Festival de Cine Fantástico de Sitges de 1982.

Sin embargo, creo que el tiempo le ha sentado fatal. La encuentro antigua y, siento decirlo, bastante 'cutre'. En su día sorprendería, pero a día de hoy ha quedado muy desfasada. Los 'famosos' efectos especiales son dignos de ver. Por ejemplo, en las escenas de exteriores hay una niebla constante que no da el pego para nada y se nota que está ahí la máquina de humo a todo lo que da.
Y por descontado que no da ni un poco de miedo. A mí me entraba la risa por momentos porque llegaba a resultarme paródica.

En conjunto me ha parecido aburrida y apolillada. A pesar de lo cual recomiendo verla a amantes del cine y del género de terror, no para disfrutarla, sino para adquirir bagaje cultural, ya que es parte de la historia del cine.

Vi esta película en su día y no me había gustado demasiado, porque era una cría y había muchas cosas que no entendía. No entendía que los entrenamientos fueran tan duros, que G.I. Jane se prestara a sufrirlos tan ricamente, que pidiera que la trataran como a todos los demás, y que encima le hicieran caso.

Me he animado a revisionarla por todo el revuelo que se ha armado en la gala de los Oscar con la bofetada de Will Smith. Y esta vez me ha gustado más. Con la perspectiva que dan el tiempo y la madurez, he podido apreciarla de otra manera. Para empezar, me he desprendido de dramas y la valoro principalmente como lo que es: un producto de entretenimiento. Y efectivamente, me he entretenido a lo largo de sus dos horas de duración. Bien.

Ahora vamos con todo lo demás. En su día no entendía por qué los compañeros recibían a G.I. Jane con hostilidad. Ahora sí, ya que es alguien que por fuerza va a lastrarlos al ser físicamente muy inferior. También admiro la determinación del personaje de Demi por lograr sus objetivos pese a todo y pese a todos. Sin embargo, he leído acerca de los entrenamientos de los SEAL y es un proceso durísimo, un entrenamiento que muy pocos hombres pueden completar, y que virtualmente ninguna mujer puede superar. Por ello es literalmente increíble que G.I. Jane consiguiera graduarse. Pero en fin, es Hollywood.
Por otra parte, aunque el entrenamiento ya he mencionado que es una tortura, lo que no hacen es sentar a los marines a una silla y partirles la cara, como se ve en la película. Pero de nuevo, es Hollywood.
¡Y qué malvado me pareció en su momento el personaje de Viggo Mortensen! Jajajaja. Ahora entiendo que tenía que ser duro por fuerza, para preparar a sus hombres para batallas y guerras reales. Y que si puteó a Demi, no fue por ser un hijo de… sino porque él lo hacía con todos, y ella había pedido expresamente que no se le diera un trato de favor. Deseo concedido.

Llevaba tiempo con ganas de ver esta serie tan recomendada y alabada. Con las producciones marca Netflix suelo llevarme decepciones, y esta vez no ha podido ser menos. Una buena factura, desde luego, y buenos actores. Pero. Se supone que es de miedo, de terror, y como aficionada al género me parecía un caramelito. No da nada de miedo. De vez en cuando aparece un ente y hace “buh!”, para que no se te olvide que el género es terror. La trama daba para como mucho una película larga o una miniserie de tres episodios. Y la han alargado como un chicle para hacer diez episodios, y se nota. Mucho relleno, mucho discursito, mucho dar vueltas, mucho marear. La he visto a velocidad x1.25 de lo lenta que transcurría. La ambientación de la casa siniestra es buena, pero por lo demás no hay nada original, nada novedoso.

Bien ambientada, con una fotografía muy bella. Sin embargo, el excesivo metraje llega a cansar, porque es una película carente de alma. No me llegó a emocionar.

La historia empieza con el joven granjero Andrés llegando con su esposa a la nueva granja que acaba de comprar. La joven pareja está dispuesta a trabajar duro para sacarle provecho y formar un hogar. Además, deberán enfrentarse al vecino, Pearu, un tipo cabroncete que provocó que los dos anteriores granjeros se marcharan. Sin embargo, Andrés parece determinado a ser el tercero y último. Con esta premisa, uno espera encontrar lucha, drama y emoción a raudales. Pero se queda todo muy descafeinado. La esposa de Andrés se queda embarazada y empieza a tener hijos. Cuando ya lleva tres, de los cuales la mayor tiene unos ocho años, hemos presenciado apenas un par de desencuentros con el malvado Pearu. Dos enfrentamientos en ocho años no parecen gran cosa, a no ser que haya habido muchos más que no se nos han presentado. El filme no logra transmitir esa lucha por sacar adelante la granja, ese sudor y lágrimas. Va dando saltos temporales, predominando la sensación de que suceden hechos que no se nos presentan, lo que provoca que contemplemos la historia y sus personajes desde la distancia, de forma casi aséptica. Me he emocionado más con algunas telenovelas.

Años, llevaba años, queriendo ver esta película por la fama que tenía. Se me tenia que haber puesto la mosca detrás de la oreja al ver en el cartel de la película la Palma del festival de Cannes. Suele ser señal de tostón a la vista. Pero no aprendo. Y me encuentro con una peli pues aburrida, para qué voy a mentir. Y aunque soy mucho más joven que el protagonista, yo ya tampoco quiero perder el tiempo en cosas que no me gustan, así que no la terminé de ver. Eso sí, le concedí nada menos que 45 minutos, para corroborar mi opinión sin ningún género de dudas. También me ha resultado pretenciosa. No llega a ser un bodrio, por supuesto, se nota calidad, pero algo que hace que te duermas… pues eso. No la puedo recomendar, honestamente.