No llega a producir diabetes, pero bordea todos... absolutamente todos los tópicos del género. Mal guionizada, con una dosis de encuentros y desencuentros de esos que resultan tan lejanos, que hasta entretienen por lo inesperados; mientras aguardas hacia donde van a derivar... Aunque tampoco entrega demasiadas sorpresas.

Bien ambientada, bonitas casas, trabajos muy en esa línea americana, de oficinas enclavadas en rascacielos grandiosos, donde, como resultado de la globalización, comienza a resultar complicado diferenciar unos proyectos cinematográficos de otros, como este, del cine comercial que Netflix producen en todos los países. No recuerdo haber visto alguna película polaca, probablemente si... no sé.

La voy a aprobar... estoy generoso.

La historia de la madre enamorada de un ex recluso, es bastante simple, no cumple por su reticencia; evita ahondar en la relación para transformarla en significativa. Un guion carente de complejidad.

Carece de esos matices tan necesarios que te hagan reflexionar. Ausencia de diálogos atractivos, ni el relato termina de progresar, evidenciando ese componente mecánico de una trama que no resulta creíble, tal vez por el escaso trabajo de implicación. A medida que los minutos avanzan, ya casi al final... surge algo que te aleja de la historia trillada.

Buen trabajo de Noémie Merlant, aportando credibilidad y frescura al conjunto.

EL PACTO, se mueve por la intelectualidad de las frases profundas e ingeniosas, el estilo rompedor, rebelde... y en cambio, existe cierta superficialidad latente, cobijada por una apariencia veraz que pretende alojarse en lo sutil.

A medida que avanzaba fue fluctuando, pues discurría perdiendo potencia e interés. Comenzó a imitarse a si misma, como un retrato del que se han obtenido muchas copias idénticas.

Viendo esta película descubrí que yo lo padezco: "El miedo a desagradar", por eso procuro siempre empatizar con quien tengo en frente destacando sus cualidades más evidentes. No se trata de adulación, sino la necesidad de establecer complicidad.

"El fondo de inversión" como se diría en términos financieros... aquí aplicado al cine, es interesante. La narración mezclando comedia con datos basados en la historia real de Keith Gill, resulta un tanto friki.

Mantiene buen ritmo, al combinar muchas cositas cotidianas, con términos utilizados por brokers, pero no lo hace con soltura, o mostrando interés en que lo narrado resulte de alguna manera, articulado, para ser entendible.

Sabemos que ganan dinero, pero lo que esos jóvenes e inexpertos inversores ignoraban, es que mientras no se traduzca en efectivo, carece de valor. Muchos perdieron al no saber articular las inversiones en corto.

El guion del argumento, ha sido meticulosamente construido... pero los elementos que integra son insuficientes para mantener el interés a lo largo de hora y media, pues hasta llegar a su interesante resolución, se hace repetitiva en los esquemas empleados.

Una historia oscura, escasamente verosímil, que hubiera resultado atractiva, si abandonase el substrato teatral de su primera parte.

Interpretada con claves correctas, en piloto automático. Apenas me entretuvo hasta llegar al final.