Vista por el maratón de Sean Penn.
Bueno, pues es una lástima no poder evitar recibir opiniones previas a las películas, pero realmente a menudo no hay manera de impedirlo. Las noticias previas que me llegaron de este film, afirmaban que era una biografía de tipo hagiográfico, que era muy políticamente correcta y que su dirección era rutinaria.
De hagiográfica, nanai de los nanaies y los otros dos puntos... puede que sea cierto (relativamente) pero ni me paro en ello, porque la verdad es que me importa un pimiento morrón.
Sucede que me ha parecido una historia interesantísima (desde luego me pienso zampar ya, el documental sobre este personaje, que tengo entendido que es buenísimo y rabio de ganas de verlo) que me ha tenido enganchada de principio a fin y que lógicamente me ha llevado a la clase de razonamientos que la peli casi te obliga a tener y la vida de este hombre, pienso que también.
Entiendo que el que una dirección sea funcional no la convierte en rutinaria y viendo los mentirosas que se están volviendo últimamente las biografías, algunas nominadas y todo, el que se atengan a los hechos, es de agradecer. Tal vez me falte imaginación pero creo que artificios y lucimientos estilísticos por parte de su peculiar director, hubieran tenido muchos boletos para no favorecer realmente a la historia, que al final es lo que se trata.
Sean Penn está como para cantarle "Osana, Osana!" a la entrada de las ciudades con palmas y todo.
Y de poco más pude darme cuenta. La historia me estaba interesando muchísimo y casi no pude darme cuenta de más que de que me ha gustado un porrón y me ha parecido estupenda.

La he visto hace un porrón, hace menos porrón, hace muchísimo, mucho y algo menos de mucho. Me impresionó muchísimo y me sigue impresionando la misma cantidad de muchísimo cada vez que la veo.
Una película sobre la España profunda de una época, ciertas reflexiones sobre el oficio de actor (y en general, de todas aquellas profesiones que exigen estar tirados por la carretera, dependientes del aplauso para comer y trabajan mientras los demás se divierten, se me ocurren determinada clase de músico, por poner un ejemplo). Lo que puede significar ser actor, cuando se es un actor que no es "estrella".
Retrato de una época y del paso del teatro al cine en clave de comedia desangelada y triste. Todo eso está encerrado en esta película coral con reflexiones sobre una España y un oficio, hechas desde el desencanto más profundo.
Leí el principio de la novela, en papel. Pero me la había prestado una persona con la que me enfurruñé y me quedé sin novela a la mitad. Lástima!. Quizás lo pueda remediar ahora.
La película la considero personalmente una obra maestra, de esas que dejan un sabor muy amargo en la boca pese a sus momentos jocosos, entre los que destacan los problemas de un actor de teatro para adaptarse a los nuevos requerimientos interpretativos de un incipiente cine, y cómo todas sus tablas jugaban a la contra. Todos sus "trucos del oficio", pasan en el nuevo medio, a ser vicios a erradicar, imposible para aquellos que llevan una vida actuando y pisando carreteras en medio del hambre y el frío.
Escena tremenda en su significado, esa cámara pasando de Gabino Diego expresando su opinión del oficio de actor en una única y demoledora palabra, a la cámara enfocando a los actores en cuestión, componiendo casi una escenificación grotesca y triste de esa opinión. Esa escena no la olvidé más.
Aunque se desarrolle en otro momento histórico, que también retrata muy bien, la recomiendo especialmente para aquellos que crean que ser actor es decir dos frases monas, que te pinten los maquilladores y salir en los periódicos.
La considero de visionado imprescindible. De esas que hacen que tu visión de las cosas crezca.

Al margen de sus posibles valores de denuncia (que bueno, denunciar cuando en el poder ya está otro, y "del otro bando", no sólo no es arriesgado, sino que sirve para ganarse la simpatía de los "chachi-guais" de turno, o sea que podría considerarse hasta oportunista. Más valor tendría como denuncia genérica de lo que el poder hace con su idem y la facilidad con que la población y otros "poderes" de menor rango, se pliega a él. Pero la película particulariza demasiado para poder extraer de ello una reflexión global, en mi opinión. Deja claro que es un caso particular e insiste muchísimo en ello (no vayamos a llevar nuestra reflexión más allá de aquellos a los que explícitamente señala).
Al margen también de su biografía (con toques hagiográficos, casi. Porque hay que ver qué buenos son los protas y qué malos e insensibles todos los demás), la película resulta un thriller resultón que funciona, que tiene un ritmo muy bueno y un manejo de la tensión en esta trama de tipo David contra Goliat, bastante bien llevado.
No tiene nada destacable ni en lo positivo, ni en lo negativo, pero como he dicho, funciona, y he pasado un buen rato con ella.

Me parece que no la he visto antes (si lo hubiera hecho, el que no lo recuerde, no sería una buena señal).
La película me gustó. Claro que las que llamo "de juicios" me encantan. Pero no parecía de Hitchcock con tanto bla, bla. Un bla, bla muy bien llevado, cierto (ya dije que me gustó), pero no parecía de él, que suele ser más de imágenes.
Sin embargo no me dejó una impresión especial. Me interesó, claro: los personajes me parecieron bien caracterizados e interpretados. Los secundarios, como siempre excelentes (el juez era particularmente repulsivo), Gregory Peck estaba excelente en caracterización e interpretación, Alida Valli estaba magnífica, también en todos los sentidos. La esposa... correcta, la amiga de la esposa, correcta en su interpretación, pero con unos diálogos en el guión, magníficos (sobre todo con su padre. Una relación ahí interesante, que casi me apetecía más conocer que el resultado del caso Paradine).
Y bueno, una película interesante que me gustó ver y no me impresionó ni agradable ni desagradablemente en dirección alguna.
Momentazo cuando Gregory Peck, se hunde en la desesperación delante de todo el mundo en pleno juicio, en un incomodísimo y excelente silencio. Qué momento!. Él y la Valli están excelentes durante todo el metraje pero en el juicio están magistrales.
Si no fuera de Hitckcock, la hubiera encontrado perfecta. No maravillosa, no especial, pero muy bien realizada. Una buena artesanía.
Al ser de Hitchcock siento la incómoda sensación de que falta algo en alguna parte. Me falta él en algún sitio. Algo ligeramente mórbido e intenso que siempre aparece en sus películas, escondido en alguna parte y que es como el relleno de las croquetas (Las croquetas estaban buenas, pero como las esperaba con relleno, me supieron a poco). Esta vez no está o yo no lo vi.

Pues no sé dónde leí o escuché que esta película era la favorita de Hitchcock (de entre las suyas).
Sobre gustos...
Desde luego, no es mi favorita, aunque me ha parecido buenísima. No me parece un Hitchcok menor para nada (Si es que tal cosa realmente existe y no es una leyenda urbana) y me ha resultado una película tensa y vibrante con una protagonista magnífica en su inocencia e ilusión, en su juego de espejos Charlie/Charlie como si uno fuera el Retrato de Dorian Gray del otro o uno fuera el otro en otro momento de su vida, o con un número diferente de palos sobre su cabeza (que he encontrado lo más inquietante del film) y una tensión de esas que Hitch borda.
Como acababa de ver "Sospecha", que tenía ciertos puntos en común con esta, esperaba un final también común, así que quedé lívida con él (lo que es incomprensible por mi parte, ya que todo apuntaba a él con claridad diáfana, pero está una tan acostumbrada a que en el suspense las cosas no sean lo que parecen, que cuando los son, se queda una más asombrada que cuando buscan la sorpresa (que una, como espectadora, ya parece esperar).
El tío también me ha parecido ejemplar. Desde luego, el aspecto apacible y sereno a primera vista proporcina al cine los "malos" más inquietante que una ha visto, muy por encima de todos aquellos de miradas o gestos torvos, aviesos o abiertamente maliciosos. Este tío que así quieto, podría parecer hasta bonachón, ha resultado para mí uno de esos malos fílmicos aborrecibles de verdad.
La pareja formada por el padre de la protagonista y su amigo me han parecido realmente entrañable. Parece el mismo personaje dividido en dos, para permitirle el tener con quién hablar y si los asesinatos que comentaban, hubiera tenido mayor relación casual con lo que deviene en el film, casi podrían haber sido un auténtico coro griego. Por eso en cierto sentido me dan una sensación como de desaprovechados o al menos, no plenamente aprovechados, lo que es falso, porque no veo por qué nadie habría de utilizar su personajes según mi criterio. De todos modos es lo que siento con respecto a esta pareja que me encanta, aunque racionalmente me parezca que no ha lugar en absoluto.
La película fue un gustazo de ver y su final, al ser el que debería, me ha dejado auténtico mal sabor de boca. Qué cosas!.