En un momento de inmensa soledad y tristeza llega a su vida alguien que le consuela desde el amor comun a un ser querido que la salvaje guerra les ha arrebatado. Con este comienzo el director nos presenta a la protagonista de esta historia de amor, amistad, mentiras y pena. Con el transfondo de una guerra acabada pero con las heridas abiertas del odio de quien ha perdido a los suyos. Donde se insinua la semilla del comienzo de una revancha que desembocó en otro horror.
No termino de entender los cambios del color al blanco y negro, porque el motivo no termina de explicarse, si son los recuerdos, los sueños o los momentos felices los que lo provocan, porque no hay un denominador comun.
Destacan el doctor y su esposa que encarnan a la buena gente que siguen viviendo para honrar la memoria de su hijo y por supuesto destaca la pareja formada por los dos protagonistas y aunque ella resulte fria en algunos aspectos es conmovedora y las miradas de él lo explican todo.
El director compone una historia que abusa de los simbolismos y las metaforas pero que resulta y se sigue con espectacion hasta el final.

Animales Nocturnos en realidad son dos historias, una real y otra de ficción, que se entrecruzan desde el punto de vista de su protagonista la siempre maravillosa, Amy Adams, que es el hilo conductor de una a otra, con el aliciente de la duda que se crea al principio sobre si la de ficción está basada en hechos reales o es fruto de la imaginación del otro protagonista, Jake Gyllenhaal, que interviene más en la ficticia que en la real.

La parte real que va del pasado al presente explicando el momento actual como consecuencia de las decisiones tomadas en el pasado, identifica al espectador con Amy ya que todos tenemos un momento de repaso de lo que es y lo que pudo ser si en el pasado hubiéramos tomado otras decisiones, pero siempre especulando ya que el “algo que pudo ser” no deja de ser inventado o anhelado desde la distancia y que no tenía por qué haber ocurrido aunque nuestra decisión hubiera sido otra. El título es una alusión al insomnio de la protagonista, y a la noche donde los perversos se ocultan para cometer su horrores. Además de paso que se cuenta la historia principal, se hace critica de la frivolidad de algunas vidas, del esnobismo del arte y su peor concepto mercantilista.

A mi "la llegada" no me ha llegado, me parece hasta pelín aburrida. Tanta filosofía se me escapa entre tanto trasiego: que voy, que vengo, esponja para arriba, esponja para abajo; que charló con esos pulpos mancos que emiten manchas de tinta que no se entienden pero que de repente tiene todo su sentido. Desde luego si eres de los que "Interestelar" te fascinó pero te pérdidas un poco con el espacio-tiempo y con "Origen" tuvistes discusiones con tus amigos por las distintas teorías, pues ves y toma notas cómo en la clase de Química del Instituto, que esperabas que a la salida te lo aclarase tu amigo el listo.

Solo le pongo una pega a esta película y es que como decía un amigo mio "hay escenas que pueden evitarse", aveces "menos es mas", y es más impactante oír una escena, intuirla o sentirla que verla, más Hitchcock y menos Tarantinno.
Quitando este pequeño "pero" la película es un thriler emocionante, intenso en la que imaginas lo que no es y sufres por momentos por cada uno de los actores que están magnificos. Antonio de la Torre esta muy bien pero el que se sale es Roberto Alamo que impone y hace creíble un personaje que podía caer fácilmente en la sobreactuacion.
No termino de entender la puesta de situación en el viaje del Papa porque no aporta más que la masificacion de jóvenes en el centro de Madrid sin más trascendencia en la historia, supongo que sólo es eso y no hay que buscar mas intenciones.
Da gusto qué el cine español emprenda este tipo de aventuras que sin tanto impacto mediático pero con el efectivo oreja, oreja consiga éxito de crítica y público.

Últimamente el cine español nos da alegrías, esta es una de ellas, una historia que aunque contada en primera persona por uno de los protagonistas, y por tanto con el margen de error que da la subjetividad del narrador, resulta muy revelador y próxima y te permite recordar una historia que si no fuera verdad parecería de Anacleto.

La fuga y engaño del Roldan a través de la figura de Paesa no deja de ser rocambolesca y podría haber caído en la parodia como otros intentos fallidos que sin éxito se han llevado a la televisión.

La trama está bien contada no te pierdes en nombres e historias intermedias, Eduard Fernandez está perfecto muy bien rodeado por el resto de actores, con un ritmo propio de películas de espías, realmente merece la pena. Es interesante hasta el final.