Las películas de fantasmas suelen caer en el tremendismo, mientras que ésta se mantiene en unos niveles aceptables de misterio e intriga. Por eso se ve con interés.

El único inconveniente es que le falta ritmo. Hacia la mitad de la película notas que la acción no avanza, o que avanza demasiado lentamente. Casi parece un tedioso experimento científico más que una narración novelada de fenómenos parapsicológicos.

Por lo demás la dirección, actuaciones, diálogos, etcétera son discretos.

La serie promete más de lo que da.

Lo mejor de la serie es que mantiene el interés de un episodio a otro. Y el final es suficientemente congruente con el resto del guión.

Lo peor de la serie es que se empeña en presentar un ambiente huraño y descorazonador. Ninguna situación ni personaje se salva de este tinte gris oscuro.

Por lo demás se desarrollan algunas historias con excesiva exageración. Y la subtrama de la inspectora de policía no es necesaria ni viene a cuento.

Y otra cosa: en el doblaje al español se empeñan a hablar a gritos o en susurros, y además pronunciando muy poco las sílabas, con lo cual te pierdes muchas de las conversaciones.

Típica película americana donde todos son muy buenos. Incluso los que parece que van a ser malos, resulta que en el fondo son muy buenos.

Los actores son en general mediocres o, a lo sumo, correctos.

Algunas escenas de miseria se le escapan un poco al director, porque presentan un caos sin causa, como si se debiese a una fatalidad del destino.

Claro que mejor es entretenerse medianamente con esta película, que viendo otras de violencia sin sentido.

Película muy intimista para ver sin prisas, y en una sala de cine con pantalla grande que recoja todos tus sentidos.

Se trata de una historia exclusivamente femenina. Conflictos entre madres e hijas. Conflictos entre amigas.

El ritmo es lento y se hace larga la duración de la película. Si se está viendo en casa por televisión, el espectador tiene el riesgo de distraerse y de aburrirse.

Se trata de una comedieta que en algunas escenas te hace reir un poquito.

El argumento es completamente inverosímil. El guión está lleno de situaciones y gags traídos por los pelos, como en las vetustas comedias de Alfonso Paso.

Por todo ello no hay que buscar en esta película ninguna tensión dramática, ninguna psicología de los personajes, ninguna identificación con ningún tipo de problema. Sino, simplemente, querer sonreir de una manera un tanto distraída.