Bien. Primero lo malo que hay de sobra:

Un LeBron James que hace bueno a un Michael Jordan que sin ser actor ( ninguno de los dos lo es) era más creíble, tenía más carisma y era menos mueble.

Unos Looney Tunes feísimos en cuanto tienen el mal gusto de tridimensionarlos.

El vomitivo anuncio a modo de público del partido con todos los personajes que la Warner tiene. Sorprende ver La monja o Pennywise, tan poco infantiles ellos. Al igual que me sorprende ver a Scooby Doo o al Oso Yogui con los que debió hacerse la compañía y los muestra para que rabeen de envidia otras compañías.

Bien. Ahora lo bueno.

La historia me parece mucho más lograda que la primera. Vale que está muy visto lo del padre que hará lo que sea para recuperar a su hijo, moralina final incluida, pero a mí, con unos niveles de exigencia acorde a lo que estaba viendo, me bastó.

Un Don Cheadle super guasón, super gamberro y con un a completa ausencia de sentido del ridículo, imprescindible para hacer creíble su personaje.

La sorprendente y desternillante aparición de alguien que no es quien se piensa.

Un partido de baloncesto, es cierto, demasiado caótico y gamer pero que da suficiente juego para estar pendiente y que hace olvidar la estética tan fea de unos dibujos que nunca deberían abandonar su estética clásica y gamberra.

Por fin una película de Los Vengadores realmente buena después de la negación de la era de Ultrón, o aquella menos mala, que no tenía Los vengadores en el nombre pero como si lo fuera: Civil War.

La película, excepto en el caso de Ant-Man, creo que no se deja superhéroe que no apareciese en las anteriores películas del universo Marvel, ya sea en las anteriores de Los Vengadores o en las suyas propias. Claro que con tanto superheroe, hay alguno que está deaprovechado o no le dan el trato que se merece. Así tenemos a un Hulk totalmente inútil, a un Spiderman en exceso infantilizado, a una Viuda negra ninguneada o a un Drax completamente idiotizado.

Sin embargo, recupera al mejor y no al payaso de Thor: Ragnarok; al mejor Iron Man y no al que hicieron emfrentarse con un Mandarín de chiste; o al mejor Capitán América, y no a aquel que buscaba a su novio por todo Civil War. Y sobre todo consigue que El Doctor Extraño sea el mejor personaje de todos, logrando que Benedict Cumberbatch me de menos tirria.

La película tiene chistes malos, como es habitual en esta casa, pero no en la proporción idiotizante con que nos venían atormentando desde un tiempo.

Pero sobre todo tiene al mejor malo que dió la factoría hasta el momento. Un Thanos que a su modo de ver es un hombre justo; Y un Josh Brolin que lo borda. Eso que en los trailers no me daba muy buenas vibraciones.

Y también tiene drama clásico del bueno que lo acerca a la mejor tragedia griega: Drama de padres e hijas, Drama entre hermanos...

Lo siento pero soy incapaz de entender ese endiosamiento al que gran parte del público, y gran parte de la crítica especializada, tienen en Nolan. Que es un gran director, hace unos montajes excelentes y maneja los tiempos narrativos como nadie es algo que no se puede negar; pero tampoco se puede negar que es un manipulador. Esto no tendría problema si la película contase una historia ficticia, pero al estar basada en un hecho histórico, el hecho (valga la redundancia) de que en más de una ocasión algunos de los personajes sean salvados In Extremis, vease el rescate del piloto del avion, me saca mucho de ese supuesto realismo que la película pretende.

Otra cosa que tampoco se puede negar es que, desde Origen, se plagia a si mismo en su afán de hacer virguerias con el tempo narrativo, porque lo que hace aquí con la escena antes nombrada es prácticamente igual que la de los sueños con el coche cayendo. Cambia la situación pero es la misma cosa. Por no hablar del dilema que tienen en el barco a punto de hundirse que me recuerda, en un plan de parecidos razonables descarados, al dilema que tienen en los barcos donde El Joker tiene encerradas a unas personas con una supuesta bomba en El caballero oscuro.

Pero bueno, esto no lo convierte en una mala película y la precisión con que encajan las tres historias (tierra, mar y aire) con todos los puntos de vista es para que a uno se le caiga la baba, aún a pesar de lo dicho antes.

En el apartado actoral debería ver la película en versión original, ya que los doblajes de, especialmente, Hardy y Mark Rylance son penosos y me sacan de la película. Aunque tampoco es algo que se destaque de una película donde su fuerte está en el apartado técnico.

Otro punto sería que veo más un thriller, ambientado en tiempo de guerra, que una película bélica en si.

Está claro que Ben Affleck ha hecho de su inexpresividad su mejor baza a la hora de actuar.
-"¿Decís que soy inexpresivo actuando? Pues nada, papeles donde los personajes no necesiten estar a cada momento cambiando la expresion y santas pascuas". Y va y lo borda, y yo, que estuve desde siempre llamándolo mal actor, tengo que tragarme mis palabras al verlo actuar últimamente.

Aquí interpreta a un contable y asesino en su tiempo libre. Solo mata malos. El tío además es autista, por lo que no muestra ningún sentimiento hacía nadie. También es un experto en números. No se si es un tópico o una realidad, pero todos o casi todos los personajes autistas del cine saben mas de números que Newton y Pitágoras juntos. Esto no es ninguna bicoca, ya que por culpa de ello, le impide crear ningún vínculo afectivo con nadie. Ni siquiera con la guapa Anna Kendrick (su personaje, se entiende).

La película, detrás de su envoltorio de cine de acción, esconde un drama familiar que irá deséntrañandose poco a poco a modo de rompecabezas hasta tener todas sus piezas encajadas.

Riddick es más chulo que un 8: Frases lapidarias, siempre tiene el as que mata el tres. Golpea más fuerte, una punteria con el machete que ya quisieran olímpicos en sus modalidades, etc. Y encima cae bien.
¿Y la película? Pues también es más chula que un 8. Con tres partes muy diferenciables entre si sobre todo entre la primera que es la mejor por tensa y donde se ve un Riddick, solo ante la naturaleza cruel y agresiva, más humano y que ofrece momentos de gran tensión, y las dos siguientes donde presentan al resto de personajes con un Jordi Mollà que hace un malo de pandereta que se lleva todos los golpes y cuyo momento abriendo la cerradura con la llave es grandiosa por lo graciosa y a la vez patética que resulta, y la última con la llegada de la lluvia y los monstruos que con ella viene y que ya no parará la acción hasta los títulos de crédito.