De la película que más he oído hablar de Paweł Pawlikowski es “Cold War” (de la que también hablare) porque esta de reciente actualidad, con su Goya y su nominación a los Oscar, pero sé que antes de “Cold War” recibió alabanzas por este film: “Ida”.
La película es el viaje de una joven, su iniciación en el mundo de los adultos, también habla de cuestiones de fe, de las secuelas de la II Guerra Mundial, de la Guerra Fría (un poco menos) y de los países que pertenecieron a la URSS, los Estados Comunistas.
Pero lo realmente importante, insisto, es la historia de Ida, una joven novicia a la que las superioras le informan de que tiene una tía que la puede ayudar a conocer mejor su historia y la de su familia. La historia de la tía también es importante para la trama, es un personaje duro y oscuro, pero también frágil y herido. Lo realmente importante de la película son las actuaciones de las dos protagonistas, brillantes ambas.
La película es muy corta y se pasa rápido pero quizás no esta hecha para todos los paladares, aunque realmente merece la pena, sobre todo para comprender el éxito de “Cold War”.
EL DIALOGO:
-¿Y luego?
-Lo típico, la vida…

Y me perdí ver esta salvajemente entretenida frikada en el cine que es donde merecen ser disfrutadas este tipo de películas cargadas de efectos especiales y pirotecnia variada.
Y lo digo muy en serio: Si una frikada como esta esta bien hecha y es consciente de que tiene que tener un deje de autoparodia, como lo tiene, sin dejar de lado un poco de seriedad merece la pena, es entretenimiento del bueno.
Es un homenaje (además de una adaptación de un videojuego arcade) a las películas clásicas de King Kong, Godzilla y demás derivados que nacieron en los 50’s y que tienen un hueco en la cultura popular y en el corazón de miles de cinéfilos que encuentran en el género de los kaijus y los monstruos gigantes mutantes un placer culpable, que no solo de dramas y películas serias y en blanco y negro vive el amante del séptimo arte.
Además, pocas consiguen que el espectador empatice con al menos uno de los monstruos que campan por las escenas de destrucción y en esta ocasión se trata de uno de los ejemplos con los que más fácil es empatizar: Un gorila albino y que habla mediante lengua de signos y que encima aumenta de tamaño hasta ser casi como el mítico King Kong (Dato curioso: En el 33, después del éxito de “King Kong” hicieron secuela: “El Hijo de Kong”, en la que el simio protagonista, de nombre Kiko, es albino y mas pequeño que Kong).
Dwayne “The Rock” Johnson disfruta del papel equilibrando muy bien seriedad y comedia, es un tipo duro: SI, pero también le gusta bromear y así es mejor, porque repito, la autoparodia ayuda a aligerar la trama (aunque "The Rock" sabe muy bien como se juega a ese juego). El elenco de secundarios es interesante: Naomie Harris, a la que ya reconocemos como la nueva Moneypenny, es una ingeniera genética de pasado conflictivo y Jeffrey Dean Morgan, el genial Comediante de la genial (pero infravalorada) “Watchmen”, interpreta a un misterioso agente del gobierno que da muchísimo juego en la trama. Y los villanos son dos siniestros hermanos (bueno, ella es la siniestra, él simplemente es un idiota…) dueños de una malvada empresa interpretados por Malin Akerman (muy bien de mala leche) y Jake Lacy (lo de idiota se le da bien).
Yo sinceramente la recomiendo para pasar un buen rato de acción, caos y destrucción estilo old school.

Doce años después de aquella mítica Terminator El Juicio Final, parecía que todo había terminado al fin, que el T-800, Sarah Connor y John Connor parecían haber salvado el futuro de la humanidad. De hecho hay escenas eliminadas de Terminator El Juicio Final que prueban que consiguieron arreglarlo todo, en las que se veían a una anciana Sarah Connor con su hijo John, ya adulto y un nieto.

Pero claro, poderoso caballero es Don Dinero, y en Hollywood esa es la ley que suele imperar, así que decidieron resucitar a la saga Terminator y se arriesgaron muchísimo, teniendo en cuentas las dos magnificas antecesoras.

Y les salio una película entretenida, pasable, pero sin pasarse. Un producto que nos muestra que Sarah Connor tenía razón con su frase: "No hay destino". Así que con tal premisa nos presenta a un joven John Connor convertido en un Don Nadie, que curra de obrero y que esta en constante movimiento, gracias a la manía persecutoria heredada de su madre. En el futuro, en la Guerra Contra Las Maquinas, John Connor se entera de que las maquinas van a mandar a un modelo nuevo y superior a los T-800 y los T-1000, el T-X, para asesinar a su alto mando y su esposa, Kate Brewster, así que captura a un nuevo T-800, lo vuelve a reconfigurar y lo envía para evitar que esto sucedan. Mientras el joven John Connor acaba en la clínica veterinaria en la que trabaja Kate Brewster, una vieja amiga de la infancia, con la que tuvo una breve relación antes de que el T-1000 hiciera aparición. Y en ese justo momento aparecen los dos Terminators: El T-800 y la mortífera ginoide T-X.

Con esta rebuscada excusa volvemos al universo creado por James Cameron. Lo mas notable de la película es la aparición del primer Terminator femenino de la saga.

No es la mejor ni la peor de la cuatro que se han estrenado por ahora, pero al menos sabe mantener al espectador entretenido un par de horas un sábado o un domingo por la tarde.

Y es que así fue, según el padre de la saga, James Cameron: Enfermo y con una fiebre altísima, tuvo una horrible pesadilla en la que un asesino robótico surgía de un camión en llamas.

De esta simple pesadilla nació una de las mejores películas de ciencia ficción de serie B. Una historia simple que tiene ya 31 años y que con sus simples y efectistas efectos especiales sigue sorprendiendo generación tras generación de adictos al cine de ciencia ficción, un titulo de referencia en el genero.

Como dato curioso (y manido) es curioso que el primero en que pensaron para interpretar al terrible cyborg fuese al entonces apacible O.J. Simpson, básicamente por el hecho de ser jugador de rugby y tuviese una estructura muscular imponente, pero entonces apareció Schwarzenegger, que acababa de rodar un film debut: Conan, El Bárbaro. Con apenas 17 palabras que decir, se impuso en nuestra memoria como el mítico T-800, Terminator.

Destacar también las actuaciones de los pobres Linda Hamilton y Michael Biehn, que tras esta y un par de películas más desaparecieron del panorama cinematográfico, como desgraciadamente les sucede a muchas de las estrellas de serie B de los 80.

Una película imprescindible y muy disfrutable.

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Simple: Por películas como estas.
Un magnifico ejercicio de thriller, que te va enganchando poco a poco, conforme la trama avanza. Es una película adictiva, que no puedes dejar de mirar.
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