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Críticas de Javi McClane
Críticas 1.295
Críticas ordenadas por utilidad
Taylor Swift: Miss Americana
Documental
Estados Unidos2020
6,2
1.554
Documental, Intervenciones de: Taylor Swift, Jack Antonoff, Todrick Hall, Dave Meyers ...
7
1 de febrero de 2020
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo dejo claro desde un principio: No soy fan de la cantante. Quizás me hagan gracia un par de canciones suyas, pero poco más. No obstante, he sentido la necesidad de ver el nuevo documental de Netflix sobre su vida, y la verdad es que me he llevado una grata sorpresa.

Siendo sincero, el título del documental ya me echaba un poco para atrás, ya que es algo pretencioso, pero desde el principio sabes que se ha realizado un acercamiento a la cantante bastante humilde y cercano, abordando sin tapujos los problemas que conllevan la fama.

Es muy valiente que no lo pinten todo de color de rosa y te muestren a la popular estrella como un ser humano, que siente y padece y que no es ningún robot fabricado para amasar millones y contentar a las masas. Es obvio que en los tiempos en que vivimos las redes sociales son muy peligrosas, y más para una persona famosa que es objeto de todas las miradas. El documental toca el tema sin tapujos, dejando claro que las críticas no hacen ningún bien a según que famosos y concretamente a  Swift, como el episodio de la mala alimentación y la extrema delgadez.

También me fascina que se haya tocado el tema de Kanye West. Hay que tener mucho valor para tratar este polémico asunto, ya que a ese individuo le basta bien poco para iniciar un conflicto. El documental nos explica la trifulca entre el rapero y Swift, con el momento del robo de micro o la posterior (y terrible) canción por parte de West.

No hay que tener un máster en ingeniería cuántica para saber que West es uno de los mayores gilipollas del planeta (con permiso de su amigo Trump), pero no está de más que el documental nos lo recuerde, porque es bastante asquerosa y denunciable la actuación de este personaje hacia al cantante, pero claro, como es millonario y famoso nadie mueve un dedo. Tampoco ayudaron los repugnantes programas de salseo que hay en Estados Unidos (que, por cierto, no tienen nada que envidiar a los que tenemos en España…menuda plaga), que cuestionaron públicamente a la artista, hundiéndola en la miseria.

Por otro lado, se abordan otros temas totalmente necesarios y a la orden del día como el feminismo, la política (fascismo, más bien), la homofobia o los abusos sexuales, haciendo que el documental sea perfectos para concienciar (que no manipular) a las personas que decidan visionarlo. Debo confesar que nunca me ha parecido bien que un famoso use su fama para condicionar los votos o dar constantes mensajes políticos, pero en esta ocasión se entiende y se aplaude, porque hay cosas que no se pueden permitir. Bravo por Taylor.

Y ojo, no digo que el documental sea una maravilla, ya que hay momentos innecesarios y prescindibles (la cena con la amiga), aunque se compensan con lo expuesto anteriormente junto a los momentos de composición de canciones y la preparación de eventos, ya que resulta interesante ver que hay detrás de bambalinas en ese complejo mundo.

En conclusión, estamos ante un correcto documental, bastante satisfactorio y mejor de lo esperado, acercándonos la figura de la cantante de forma bastante humilde, cuando podrían haber caído en algo pretencioso y superficial. Si eres fan de la artista vas a amar el documental, y si no es el caso (como un servidor) no está de más ver la complicada vida del artista (y con todos los temas que se tocan), ya que no todo es fama y dinero, y a veces el dulce camino del éxito no merece tanto la pena. Espero que las cosas le vayan mejor a la cantante. Se lo merece.

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Javi McClane
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2
4 de marzo de 2020
71 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía ninguna intención de visionar esta nueva versión de El hombre invisible, hasta que aparecieron las estupendas críticas, que la dejaban de un soplo de aire fresco sobre el popular mito en clave de terror. Por otro lado, la película ya se ha convertido en un éxito en apenas a unos días gracias a su escaso presupuesto. Y es que la productora Blumhouse es conocida por eso, ofrecer productos baratos que recuperan la inversión siempre. No es una mala fórmula, pero otra cosa es la calidad de sus productos.

La cinta nos llega de la mano de Leigh Whannell, simpático actor (saga Insidious), estimable guionista (la misma saga) o correcto director (la tercera de la misma). Sin embargo no quedé tan satisfecho con su anterior film, Upgrade, que fue bastante aplaudido pero pasó sin pena ni gloria y ya pocos la recuerdan. 

Pues bien, en esta ocasión se encarga de la dirección y el guion de esta producción, y la verdad es que me duele que el resultado sea tan fallido, olvidable y lamentable. Vendida como cinta de terror (ni de lejos), en realidad estamos ante un telefilm de sobremesa, que podemos encontrar en cualquier tarde de Antena 3 (o de la cadena que se prefiera) y que no tiene nada nuevo que ofrecer, siendo bastante sorprendentes los excesivos aplausos que ha recibido por parte de la crítica especializada. Lo de siempre, vamos.

Antes de comenzar la crítica, recordar que Johnny Depp estuvo contratado hace un par de años para interpretar al popular personaje, pero Tom Cruise y su Momia se cargaron cualquier intención de Universal de proseguir adelante con su saga de monstruos. Una vez enterrado ese proyecto, se han decidido por utilizar de forma bochornosa el personaje para vender una historia que poco tiene que ver con aquel. Marketing engañoso.

La dirección del bueno de Whannell es lo más destacable del film, pero tampoco nada para lanzar las campanas al vuelo. Sí, hay un par de instantes algo logrados (aunque son vilmente destripados en el tráiler, así que...), pero los irrisorios siete millones del ajustado presupuesto están más que justificados, ya que la mitad de la película es de interiores y prácticamente no sucede nada (mantas que se mueven y poco más, aburriéndonos sin compasión), y la otra mitad tiene alguna escena bien rodada, pero nada que no hayamos visto con anterioridad con otras producciones mucho más logradas. Tampoco ayudan las excesivas dos horas de duración del film, innecesarias a todas luces. Al final la dirección se queda en correcta, sin más.

Y bueno, el guion sí que no hay por donde cogerlo, ya que sea porque hay nulas sorpresas (bueno, hay una, pero nada más, ya que todos sabemos de que va la cosa antes de comenzar el visionado, y eso es un error garrafal), pecando de predecible, y siguiendo los derroteros de este tipo de thrillers y dramas (porque sí, no esperéis terror en ninguna escena, por mucho que se intente y se pretenda) o simplemente porque hay tantas incongruencias y estupideces que es curioso que se machaqué sin piedad otras películas mejor escritas y a esta se le permita de todo, cuando la historia no tiene ningún sentido (y no, no me refiero al componente fantástico).

Tampoco entiendo porque la han llamado El hombre invisible, cuando apenas tiene nada que ver con el material original. El recurso del marido maltratador, acosador y al acecho podría haberse resuelto con un fantasma vengativo, que sería la misma película. Es más, esa idea me hubiese parecido más interesante y terrorífica, que no lo que nos presentan en el film, que no da miedo alguno y que es una estupidez como una catedral. 

Al final se nos ofrece un drama del montón sobre el maltrato, siendo un elemento que ni siquiera está bien tratado, optando por apostar por lo implícito (que no tengo nada en contra, pero tampoco lo saben manejar), y que ya hemos visto todos. Si vas a tocar un tema tan necesario e importante, no lo desaproveches de esa forma, que ya hemos visto todos Durmiendo con su enemigo...

Y bueno, han querido ir de originales añadiendo recursos que coquetean con la ciencia ficción, pero es la misma película de siempre. Que alguien me explique la originalidad de la propuesta o donde está la maldita gracia, porque no lo entiendo, y mucho menos el exagerado entusiasmo de los críticos, cuando luego destripan productos de terror mucho más conseguidos. Anda que...

Y bueno, Elisabeth Moss es la única que destaca de un aburrido reparto, por lo que sólo comentaré su interesante actuación. La actriz se entrega al personaje y ofrece una interpretación por encima del nivel del film. Lástima que el personaje deje tanto que desear, pero no es culpa suya, es de su insulso guion.

Sinceramente, me quedo con la versión de Paul Verhoven con Kevin Bacon, la cual era mucho más impresionante (los efectos de la época eran muy buenos, los de está se quedan en correctos pero nada sorprendentes), entretenida, tétrica y con mucha mala baba. Al menos intentaba ofrecer algo distinto y canalla. Esta a su lado es una versión low cost sin garra, alma y totalmente insustancial. Que tiempos aquellos...

En conclusión, estamos ante un thriller y drama del montón malo, con poco a destacar y que supone un producto olvidable e insípido. Es más, en unos meses ya nadie la recordará, por mucho ruido que haga ahora mismo. Lo de siempre.

Una soberana decepción (propósito a cumplir: no hacer más caso a los críticos) y desde ya, una de las peores películas del año. Lamentable. 

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Javi McClane
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3
10 de febrero de 2021
51 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Hanks es uno de esos actores que ya no tienen nada que demostrar a nadie, por eso su sola presencia en un film ya justifica el interés de por sí. Su nueva película es bajo las órdenes de Paul Greengrass, director con el que repite tras la estimable Capitán Phillips, y que lleva algunos años sin ofrecer nada interesante desde la última de Bourne (la cuarta), fallida e innecesaria a todas luces. La película se estrenó en Estados Unidos en las navidades de 2020, siendo distribuida directamente por Netflix en otros países (en un movimiento totalmente comprensible viendo cómo están las cosas ahora mismo).

Curiosamente, la película no ha obtenido grandes críticas (aunque tampoco mediocres), siendo completamente ignorada en las recientes nominaciones a los Globos de Oro. Ese hecho es algo que me sorprendió, ya que era una candidata segura, pero una vez vista se entiende perfectamente, ya que estamos ante un insípido western, que no ofrece nada nuevo al género, y que, sin la presencia de Hanks, habría hecho mucho menos ruido del que ha hecho, que es casi nada.

Se agradece que Greengrass haya dejado de lado su manía de marear al espectador con la cámara, como ya hizo en sus anteriores trabajos (las tres secuelas de Bourne o Green Zone), apostando en esta ocasión por una dirección más convencional y comedida. El problema es el ritmo de la cinta, ya que estamos ante una propuesta decididamente aburrida, que sólo destaca en un par de set pieces, tan tensas como metidas con calzador, seguramente diseñadas para no perder la atención del espectador. Tampoco ayuda la excesiva duración, muy dada en el género, de casi dos horas. Se podría haber contado lo mismo en muchos menos minutos, y más teniendo en cuenta el final.

Tampoco es que el guion (adaptación de una novela y también cortesía de Greengrass) esté demasiado inspirado, ya que hemos visto esta misma película en innumerables ocasiones, sólo que con más garra, en una trama que todos sabemos cómo acabará y que jamás justifica su razón de ser. No hay nada en ella que resalte, invite a la reflexión o sorprenda, siendo un western más, con buenas intenciones y sabor añejo (hubiese funcionado mejor estrenándose en los 90), pero que hoy en día sabe a poco.

Qué decir de Tom Hanks a estas alturas del cuento. El actor siempre es sinónimo de calidad, aunque no estemos ante uno de sus mejores trabajos, ya que el personaje no le permite espacio para su lucimiento, aparte de que es un registro que ya ha interpretado en otras ocasiones (un hombre atormentado de gran corazón). Lo que es seguro es que, sin la presencia del mítico actor, el interés de la propuesta sería nulo. Me ha convencido la joven Helena Zengel (la niña protagonista), pero no creo que su actuación sea digna de una nominación a los Globos de Oro (y presumiblemente a los Oscars), pero en fin, después de ver las constantes patochadas de los premios de Hollywood (sean cuales sean), ya nada me sorprende.

En conclusión, estamos ante un western que ya hemos visto todos, que se queda en tierra de nadie y que no ofrece nada que justifique el visionado, en una tediosa odisea en la que se desaprovecha el talento de un actor de la talla de Hanks (supongo que aceptó por su camaradería con Greengrass, quién sabe). Estoy seguro de que las intenciones de sus responsables eran arrasar en la temporada de premios (de ahí la fecha de estreno), pero al final nadie les ha hecho caso, y no me extraña. Otra película con ínfulas que todos habremos olvidado en breves.

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Javi McClane
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3
1 de diciembre de 2021
41 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro a Benedict Cumberbatch, actor al que descubrí en la serie Sherlock (con dos temporadas maravillosas, una tercera irregular y una cuarta terrible), y que me ha ido cautivando a medida que proseguía con su estupenda filmografía, Doctor Strange incluido. Ese es el único motivo por el que me he embarcado en el visionado de este drama (estreno de Netflix, que ya se acerca la temporada de premios), aplaudido por la crítica en varios festivales, y dirigido por Jane Campion, directora que vivió tiempos mejores, y cuyo mayor éxito (‘El Piano’) ya ha sido olvidado en el tiempo. No es culpa suya, suele suceder. Pues bien, ya he visto el film y debo confesar que es tan lento y aburrido como parece, siendo su único atractivo el reparto (se veía venir), y poniendo de relieve la eterna (y épica) batalla entre crítica y público. Pero no adelantemos acontecimientos.

Campion ofrece una convincente labor tras las cámaras, aportando elegancia y estilo al conjunto. No creo que nadie se atreva a negar la belleza visual del film, pero lo que sí es cuestionable es la duración, con dos interminables horas que podrían haberse reducido sin problema alguno. Pero el problema no es de la dirección, sino más bien de un guion que no tiene nada interesante que contarnos (quizás podría rescatar un par de escenas y diálogos, pero poco más), y que, por cierto, también es cortesía de Campion. Todo queda en casa.

Ahora vendrán los de siempre (ya sabéis, los que la han aplaudido en los festivales) a decir que la propuesta está repleta de matices, y que es una historia solamente apta para los que saben ver más allá. Me van a disculpar, muy señores míos, pero se puede contar exactamente lo mismo en apenas hora y media, sin que el conjunto se resienta. No ayuda que algunos personajes desaparezcan sin motivo alguno, como si ya no importasen lo más mínimo, cuando se han perdido valiosos minutos con ellos al inicio de la cinta, o que el núcleo de la historia no ofrezca nada nuevo. Quizás sean cosas mías, pero cuando aparecen los títulos de crédito, queda la sensación de que la trama no es tan apasionante y sugerente como nos quieren hacer creer.

Y sí, estamos ante otra producción que la crítica amará con locura y el público aborrecerá. El eterno conflicto que no parece que vaya a tener fin. No quiero extenderme mucho en este punto, pero jamás comprenderé por qué los críticos no piensan en los espectadores, cuando se supone que están al servicio de éstos. Por supuesto, me refiero a dar su entusiasta opinión advirtiendo de lo que es el producto, sin olvidarse de que no escriben para ellos mismos. Yo estoy curtido en mil batallas, y ya sospechaba lo que me iba a encontrar, pero estoy seguro de que habrá muchos espectadores incautos que le darán al play, interesados por las positivas reseñas, y desearán no haberlo hecho cuando hayan finalizado las dos extensas horas. En fin, yo ya he avisado, por lo que mi conciencia está tranquila (claro que tampoco soy crítico).

Respecto al reparto, es lo mejor del film, pero de lejos. Da igual lo que haga el bueno de Benedict, que siempre te atrapa. Puede estar leyendo las necrológicas mientras se toma un café, que seguirá siendo apasionante. He visto la película en versión original (simplemente lo indico), y puedo confirmar que el genial intérprete ofrece otra actuación brillante y visceral, con un personaje nada sencillo, y seguramente mejorándolo. Algo me dice que en otras manos no habría sido lo mismo. Jesse Plemons también ofrece una gran actuación, como de costumbre, aunque deje la sensación de estar bastante desaprovechado.

En cuanto a Kirsten Dunst, hablamos de una actriz que jamás me ha dicho demasiado, pero es indudable que aquí ofrece una impecable actuación. No me llevaría ninguna sorpresa si la nominasen a ella o a Cumberbatch, porque ambas interpretaciones elevan el nivel del film. El resto del conjunto actoral funciona a la perfección, aunque no deja de ser sorprendente ver a la ascendente Thomasin McKenzie (de reciente estreno con la fallida ‘Última noche en el Soho’) en un papel tan irrelevante. Finalizar este apartado reconociendo que sin un elenco actoral tan espectacular, la película sería muy inferior (sí, todavía más). No tengo ninguna duda, ya que de haber tenido un reparto menos atractivo, seguramente no me habría detenido en ella. Bien jugado… bien jugado.

En conclusión, estamos ante un insustancial drama que se cree mejor de lo que es, y que sólo destaca por su impecable reparto, siendo otra bomba de humo que gran parte del público no entenderá, aburriéndose de forma irremediable. Seamos sinceros, en dos días la habremos olvidado todos, incluidos los críticos que la han reseñado con tanto entusiasmo. Al resto de espectadores, no os la recomiendo, aunque seguramente los amantes de este tipo de dramas cocinados a fuego lento (nada en contra de ese recurso, cuando se hace bien) la adoren. Eso que se llevan, pero para mí es una de las películas más insustanciales y fallidas del año. No obstante, por la actuación de mi querido Cumberbatch (y la de Dunst), quizás merezca la pena el visionado. Maldito seas, Benedict. Maldito seas…

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Javi McClane
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3
1 de agosto de 2019
35 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos en unos tiempos donde las antologías de terror o ciencia ficción vuelven a estar a la orden del día, gracias a “Black Mirror”. Ni más ni menos.

Hubo un (fracasado) intento de volver a traer “Historias de la Cripta” por parte de M.Night Shyamalan (lástima), y se ha confirmado (hace poco) el regreso de “Creepshow” a modo de serie. La gente quiere capítulos autoconclusivos, y desde la cadena CBS han tomado buena nota, ya que han tirado la casa por la ventana con el retorno de la popular “Twilight Zone”.

Pues bien, he tenido la oportunidad de ver la temporada al completo de la nueva “Twilight Zone”, compuesta de diez episodios, y vendida como una experiencia única e imprescindible, ya que ha sido apadrinada por Jordan Peele, ex comediante metido a director, y responsable de la mediocre “Déjame Salir (Get Out)” (que todo el mundo aplaudió con exagerado fervor) y la correcta (y nada más) “Us (Nosotros)”, que hace meses todos aplaudieron, pero de la cual ya nadie está hablando. Curioso.

Pues bien, se ve que el señor Peele es el nuevo Carpenter o Craven (ya le gustaría) por el (desmedido) éxito de su primera película (ya que esta serie se confirmó cuando aún no había presentado “Us”), y por eso ha sido seleccionado para apadrinar esta popular serie, siendo el nuevo narrador.

La he visto en versión original, y es cierto que tiene una voz poderosa, pero tiene la misma expresividad que un ladrillo y transmite lo mismo que un folio. Había opciones mucho mejores como inquietante narrador, eso os lo aseguro. Pero las modas son así.

Antes de entrar en materia, tengo que decir que esta serie siempre me ha llamado la atención (me va el tema), y que la película de los noventa me parece más que estimable, con un inicio y última historia más que logrados. Dicho esto, voy a valorar, individualmente, los diez episodios, y luego daré mi opinión generalizada de la serie.

1) The Comedian

Capítulo pretencioso, que se supone que nos quiere dar un mensaje, pero que no aporta nada, y falla en su crítica a social. Muy prescindible.

2) Pesadilla a 10.000 metros

Una historia corta, con un buen ritmo y que arranca de forma esplendida, se va al traste por un desenlace absurdo y mediocre. Una pena.

3) Rebobinar

Es bastante increíble que este episodio forme parte de la temporada, ya que el elemento fantástico es un “deux ex machina” de manual, y se trata, en realidad, de un panfleto antiracial sobre el acoso de un policía blanco a una familia negra. Captamos el mensaje, Peele, pero es que detrás de esa crítica social (más que evidente, sobre todo por su bochornoso final), no hay mucho más. Denuncia social sin sustancia.

4) The Traveler

Otro episodio lamentable, que tiene un arranque interesante, y con un sorprendente Steven Yeun (Glenn en Walking Dead) y un correcto Greg Kinnear. No tiene sentido ni razón de ser, y da menos de lo que promete, en otro episodio más que fallido.

5) The Wunderkind

Capítulo ridículo hasta extremos insospechados, y desaprovechando a actores como John Cho o Jacob Tremblay (que no sé muy bien que está haciendo con su prometedora carrera), es una absoluta pérdida de tiempo, y lo más grave es que… ¡no tiene nada de ciencia ficción o fantasía! No sé quién ha escrito esta memez, pero merece un premio por colársela así a los productores.

6) Seis grados de libertad

Una historia espacial insufrible, sin gracia ni garra, y en la que, prácticamente, no sucede nada. Otro episodio aburrido para la colección. Eso sí, el reparto escogido al milímetro que no falle…

7) No All Men

El capítulo, a priori, más interesante y mejor realizado, acaba siendo otro panfleto, en esta ocasión, sobre el machismo y acoso de los hombres. De nuevo, el hombre blanco heterosexual (tener todos esos factores en cuenta) es el enemigo, y pierde el control, y las mujeres deben escapar. Tiene un buen inicio, y tiene elementos más que interesantes, pero el final es bochornoso, y, de nuevo, la sutilidad del mensaje brilla por su ausencia. Terrible. Una pena, porque al menos parecía que iba a ser el único episodio potable (quizás con el segundo).

8) Point of Origin

Un episodio sobre la inmigración (de nuevo, la sutilidad de la serie campa a sus anchas), aburrido, insustancial y muy mediocre. Insufrible.

9) The Blue Scorpion

Un muy desaprovechado Chris O’Dowd, protagoniza está boba historia, que en realidad es una crítica, nada sutil (como en toda la serie) al control de armas. Olvidable y prescindible.

10) Blurryman

Parecía que no se podía hacer peor, pero aquí tenemos este estúpido episodio, que es un ejercicio de metacine, y una declaración de intenciones, ya que confirma lo que muchos temíamos llegados a este punto: la serie está hecha para aleccionar al espectador, no para entretenerle, llegándose a reflexionar sobre el arte y el entretenimiento. Aparte, la trama es predecible como ella sola, y se ve venir de lejos el final, que es ridículo hasta decir basta. Una memez, de nuevo pretenciosa, que pone el último clavo en el ataúd de esta bobada de temporada.

Sigo en Spoilers (sin spoilers) por falta de espacio

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javi McClane
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