Por este dato no le pongo más de un siete pero las interpretaciones son muy buenas, en especial la de Alan Arkin. Y quitando que es algo surrealista, la película entretiene, es divertida y hasta algo reflexiva. Sí, reflexiva. Porque observar las peripecias de esta familia "freak" con personalidades totalmente dispares y descompensadas es curioso y da que pensar. Humor "casi" negro con ternura y buenas intenciones a la vez. Original.

Serie con buenas intenciones y nada pretenciosa que, al no ser sesuda, puede resultar algo pueril llegando incluso a recordar a series del estilo "Me llamo Earl", "Extras", "The office" o "Curb your enthusiasm". Eso sí, salvando las distancias en cuanto a calidad global se refiere.
A veces, la serie parece ser solamente un compendio de sketches continuados de fácil digestión al más puro estilo Saturday Night Live, aunque no siempre y bajando el listón en ocasiones, sobre todo en algunos capítulos de mero relleno que hacen que el ritmo de la trama pierda fuelle.
Aún así, la pareja protagonista tiene buena conexión y están acompañados de un elenco de secundarios interesante y satisfactorio en una puesta en escena bien dirigida. Todo ello en un envoltorio de bonitos escenarios sin abusar en demasía del CGI y un argumento postapocalíptico relevado, en gran parte, por la comedia ligera y el enredo basado principalmente en los instintos humanos más primarios.
Parte de una idea original y fresca que a mí personalmente me deja con ganas de más y con bastante curiosidad de ver adónde va y hasta dónde llega.