Imaginería audiovisual al servicio de lo épico. De eso trata esta película. Ciertamente la leyenda del Rey Arturo da para lo que da, si bien es cierto que algunas aproximaciones como El Último Caballero, nos muestra un Camelot de nivel, otras, como aquella inefable (pero bien orquestada por Hans Zimmer) leyenda del Rey Arturo protagonizada por Clive Owen, no llegaban ni al aprobado justito.

Personalmente, no me ha disgustado. Es verdad que cuando voy a ver a Guy Ritchie acostumbro a esperar una trama más ágil, Operación U.N.C.L.E, Snatch, o Rock & Rolla son buenos ejemplos de lo que suelen ser mis expectativas, y estaba ansioso por ver cómo resolvía ese tipo de argumentario en una película como la del Rey Arturo. Lo cierto es que no lo hace.

La película en sí, es un poco tonta, con un guión sorprendentemente fácil para Ritchie. No parece suya, de hecho. Olvidaos.

Ahora bien, es cierto que el desarrollo a medio metraje es lento, y que la forma de resolverse la cinta es estúpida... en general, todo es un dislate. Pero me ocurre algo similar a lo que me ocurrió con Pacific Rim, todo me parecía como rodado por mí cuando tenía 10 años, y es quizá, ese atisbo de ilusión infantil, ese atabismo que todavía perdura en mi forma de ver el cine, el que hace que estas cintas sacadas de un Happy Meal me sigan gustando.

Visualmente es poderosa, injustificadamente, sí... pero poderosa. Y si a uno le gusta el rollo épico, pues tiene su aquel cuando la cámara lenta se engalana con el musicote, y todo empieza a vibrar y se llena de luces de fantasía épica. Sinceramente, como espectáculo: funciona. Es, como apunto en el título que antece esta crítica, una mezcla entre los monstruos y la épica de Peter Jackson en King Kong; con la paleta de colores y la coreografía de Zack Snyder... Con alguna reminiscencia a los planos cortos tan característicos de Guy RItchie, y esas escenas que se desarrollan paralelas en dos tiempos distintos que tanto le gustan.

Pero ya está. La historia parece de un videojuego, lo que puede gustar a algunos y desagradar a los más puristas. A mi no me suele gustar Jude Law, pero reconozco que no está mal... Y Charlie Hunnam, que luchó a muerte por este papel, desde luego que destaca más de lo que lo hizo en Pacific Rim. Las motivaciones de los personajes son burdas y obtusas. Guy Ritchie nos presenta a un villano retraca, funciona a medias, le da un toque más de epicidad al personaje del Sr. Law, es indiscutible que suya es una de las escenas más emocionantes... pero también es verdad que le tiñe de ese toque de palurdo añejo. Malo tonto. Antagonista de baba.

En fin, muchas luces, mucha cámara lenta, mucha música con el bass a tope para acompañarlo todo, que no defraudará a los amantes de ese cine comercial y épico... pero que les parecerá una soberana tontería a todos los demás.

Afortunadamente, yo disfruto con casi todo.