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Críticas de DavidCarideS
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Críticas 55
Críticas ordenadas por utilidad
Perfect Blue
Japón1997
7,5
15.810
Animación
8
11 de enero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Que tus problemas se vuelvan pesadillas es lo peor que te puede pasar... si no abres lo ojos y ves la realidad”, esta oportuna frase de Arturo Cuma describe perfectamente la primera película del fallecido realizador japonés Satoshi Kon. Basada en la novela homónima de Yoshikazu Takeuchi, con la que se hicieron múltiples cambios fruto de la colaboración entre Kon y Sadayuki Murai, ‘Perfect Blue’ es un film de animación japonés, que nos introduce en la historia de Mima, cantante de un famoso grupo japonés que por imperativo de su mánager abandona su rutina para convertirse en actriz. Sin embargo, esto la lleva a sumirse en una profunda depresión...

Identidad, miedo, sexo; temas que el director maneja con la singularidad de un maestro. Y es que decían que no se puede obviar la relación entre el sexo y la muerte a la hora de asustar, y Kon no lo hace. Primero te planta la sensualidad delante, se recrea en su belleza, con sutileza y al mismo tiempo descaro a la hora de enseñar carne desnuda, y cuando llega el momento, ¡ZAS! Una explosión de sangre y sexo en sintonía con el paranoico descenso a los infiernos de la protagonista. Porque hay que ver la fragilidad de la chica para poder sentir el miedo en el pesadillesco recorrido de la historia.

Uno de los principales aciertos de ‘Perfect Blue’ reside su uso del concepto de “cine dentro de cine”. La realidad se difumina jugando con el espectador, desorientándolo en varios momentos donde es difícil establecer una separación entre la historia de la película protagonizada por la joven aspirante a actriz y la propia película en si. Añádase también un halo onírico que envuelve e hipnotiza y lo cierto es que toda la película huele a Lynch. Eso si, aquí el surrealismo es mucho menos simbólico y más cercano a un film de horror que a la composición formal del director de ‘Carretera perdida’. Pero incluso parece como si el bueno de Lynch se retroalimentara de su influencia sobre Kon para ‘Mullholland drive’ y su protagonista atormentada; aquí ya está presente el tema de la identidad personificado en la disyuntiva de Mima, quizá de forma menos intrincada que en las habitaciones de cortinas rojas lynchianas, pero igualmente latente. Y eso es solo la punta de la pirámide. Desentrañando la filmografía de Darren Aronofsky observamos un mar de referencias que se arrastran desde el homenaje hasta el plagio: la escena de la bañera de ‘Requiem for a Dream’ es exactamente igual, punto por punto a la de la película de Kon (no en vano, Aronofsky, se molestó en adquirir los derechos de la animación para replicar la secuencia) y no solo esa, también la de la supuesta violación guarda similitudes con la de la película citada. Esto concluye un pequeño bosquejo de la palpable influencia de la opera prima del desaparecido cineasta.

En definitiva, un sublime viaje a través de los miedos y las inquietudes de su protagonista y un imprescindible y dramático thriller de horror.

@DavidCarideS
DavidCarideS
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Jurassic World Dominion: Prólogo (C)
CortometrajeAnimación
Estados Unidos2021
5,9
692
Animación
7
23 de noviembre de 2021
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Independientemente de cómo vaya a ser la película, creo que este prólogo de dos de partes sintetiza muy bien la fascinación infantil que se dio en los 90 por la primera 'Jurassic Park' en su doble vertiente. Por un lado, la del peque que un día soñó con dedicarse a la paleontología; y por otro, la del que se enamoró del cine o quiso convertirse en cineasta. En ambos casos bajo el denominador común del - tan añorado como difícil de conseguir hoy en día - sentido de la maravilla. Todo en cinco minutos que suponen, al mismo tiempo, un resumen iconográfico de la franquicia y un metacomentario sobre su espíritu que va desde el cretácico al presente, recordándo todo aquello que murió en el pasado pero perduró gracias al cine, como ese en el que acaba rexy tras su huida a través del bosque del tiempo, como los dinosaurios que la imaginación de un novelista trajo de nuevo a la tierra y que sembraron nuestros sueños de infancia. No tiene mala pinta el asunto. Más bien, tiene pinta de regalazo directo al corazón.

En lo personal diré que el primer recuerdo que guardo de toda mi vida tiene que ver con 'Jurassic Park'; de la noche en que la cinta de la película entró por primera vez en el viejo reproductor de VHS de mi casa. Allí estaban mis padres y mis abuelos. En la tele se movían unas palmeras. Había unos operarios del parque con unos cascos muy chulos. Una grúa se acercaba cargando un contenedor y Robert Muldoon sostenía su escopeta con una mirada seria que decía "PELIGRO". Poco después, la tensión contenida explotó en un arrebato de violencia, y aunque Spielberg siempre fue más de insinuar el horror que de mostrarlo, aquel momento fue lo suficientemente impactante como para que mi madre me llevase a la habitación. En la escena que yo recuerdo estaba en la cuna, y me fui a dormir soñando con ponerme algún día ese casco tan molón con el ahora mítico logo del T-Rex.
DavidCarideS
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6
31 de diciembre de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una premisa de terror se trasmute en una comedia no es algo nuevo; lo hemos visto en “Evil Dead” o “La matanza de Texas”, y es una circunstancia a menudo incomprendida, porque indaga directamente en la parodia de la original. Pero el cambio aquí es mucho más brusco; una película de terror sobre un muñeco asesino pasa a ser una comedia negra, algo road movie, con tintes de comedia romántica de lo más enfermiza donde apenas tienen cabida los sustos y si los chistes inspirados de un muñeco resucitado, cínico y colgado. Cambio que se reafirma cuando la casquería y el gore quedan considerablemente reducidos a momentos muy puntuales de la cinta.

Lo que nos plantea “Bridge of Chucky” no es solo una parodia; es un completa alteración del registro con respecto a las anteriores entregas.“La matanza de Texas” o “Evil Dead”, por lo menos mantenían ciertas reminiscencias a la esencia original, cosa que no sucede en el film que estamos a comentar, y que condiciona un completo lavado de cara que da como resultado un guión que resulta, cuanto menos, bastante curioso, y nada risible. Sin embargo, al igual que en la mayor parte del subgénero del Slasher, no hay ni grandes personajes (de carne y hueso), ni grandes actuaciones, ni nada por el estilo. Pero da lo mismo. Aquí solo está un Chucky memorable y carismático, con momentos y frases para levantarse y aplaudir.

Da igual que no sea un film de terror; al fin y al cabo ¿Cuánta gente ve cine de asesinos psicópatas para echarse unas risas ?… pues eso, estamos en las mismas.

-David Caride Films-
DavidCarideS
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9
4 de enero de 2022
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando 'Alone in the dark' llegó a ordenadores, la definición de terror interactivo cambió para siempre. Si bien aquel juego no fue pionero en sus mecánicas de exploración, gestión de recursos y resolución de enigmas (tres años antes fue lanzado el desconocido 'Proyect Firestart', inspirado en 'Alien', para Commodore 64, y el mismo año 'Sweet Home' de NES vio la luz en Japón), sí que consiguió dotar a su jugabilidad de un importante componente narrativo directamente deudor de la literatura de Lovecraft. A ello contribuyó su escenario de diseño prerenderizado, donde el detective Edward Carby investigaba un misterio desgranado en notas -tal como sucedía en obras como 'La llamada de Chutulú-, mientras se enfrentaba a monstruos pixelados que bien podrían haber sido descritos por el maestro de Providence.

Tuvieron que pasar tres años hasta que Sinji Mikami (diseñador de 'Sweet Home') tomara la ancestral obra de Infogrames como pilar para un proyecto que pasó por muchos planteamientos jugables, entre los que se estudió, paradójicamente, la primera persona y el sistema cooperativo que posteriormente cristalizaría en futuras entregas de aquel proyecto, convertido ya en franquicia. Aquella obra llamada 'Resident Evil' era la última vida en el Hud de una Capcom acorralada por problemas financieros, que se lo jugaba todo a una última carta que ni a algunos de sus ejecutivos convencía. El título, tras algunas betas, se lanzó finalmente en marzo de 1996 y se convirtió en un éxito para gloria de un Mikami que entró en salón de la fama de los desarrolladores de videojuegos más influyentes, y de una Capcom que acabó encontrando su gallina de los huevos de oro.

'Resident Evil' guardó y potenció la forma de jugable de 'Alone in the Dark', incluyendo la opción de elegir entre dos personajes diferentes al inicio, el juego de cámaras fijas, la exploración, los puzzles deudores de la aventura gráfica tradicional o el control tipo tanque. Aunque el factor clave que Capcom reformuló del clásico de PC fue la limitación de recursos y la necesidad de gestionar el inventario. El miedo aquí nace de una sensación de inferioridad ante el peligro. Esto hace contar pertrechos al jugador, gestionar la incertidumbre de no saber lo que se encontrará a la vuelta de la esquina, en un ángulo de cámara muerto y de las veces que tendrá que regresar por el pasillo por donde poco antes pudo escapar de algún monstruo para conseguir una llave que abrirá una puerta al otro lado de la mansión. La lección ludológica de 'Resident Evil' (1996) entiende el miedo como la capacidad de mantener la tensión de la situación, de conseguir que cada partida sea una lucha por la supervivencia. Y si Infogrames alumbró tal planteamiento jugable, Capcom le dio el nombre de Survival Horror.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
DavidCarideS
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8
11 de enero de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
11 de septiembre de 2001. No se ve nada. Los gritos desesperados de las víctimas del atentado contra el World Trade Center suenan a través del teléfono. Piden ayuda, pero saben que van a morir… Así comienza ‘Zero Dark Thirty’. Solo escuchamos. No hace falta revisionar por enésima vez las mismas dolorosas imágenes para evocar su recuerdo y vendernos la moto de todo lo que va a ocurrir en los 150 minutos siguientes. Simplemente están ahí, tras ese negro opaco, porque deben estar ahí; no se puede olvidar que la muerte esas 3000 personas fue el desencadenante de todo lo que está por venir. Probablemente algunos no lo vean así y, para ellos, esos primeros minutos de llamadas agónicas sean no más que un instrumento sensacionalista que con maniqueísmo quiera justificar que tan solo 5 minutos después estemos asistiendo a la tortura de un terrorista. Pero no hay que olvidar, que a menudo, las páginas de la historia se escriben con sangre. El horror sucede y es la transmisión de la historia, el pragmatismo, lo que nos hace evolucionar como entes empíricos y racionales; como seres humanos. Transmisión que aquí recae sobre Kathryn Bigelow y Mark Boal.

La nueva propuesta de los reconocidos autores prosigue entre los ambientes hostiles de una usual descripción de Arabia (buen trabajo de fotografía). Bigelow, perpetúa el estilo documental (que directamente inserta imágenes reales cuando es preciso) e intimista de su último film con gran pulso narrativo y puesta en escena; una lección magistral de como usar un recurso tan manido y convertido en táctica de cineastas perezosos como la cámara al hombro sin revolverle las tripas al espectador. Boal, por su parte, se marca un guión ni corto ni perezoso que puede resultar un arma de doble filo; nada en aguas maquiavélicas (esas de 24’ y ‘Homeland’) donde el fin justifica los medios, los gobernantes son “virtuosos” a ojos del pueblo y la moral no es más que una palabra acompañada de rasgos indefinidos. Resume una década de política antiterrorista americana; interrogatorios y torturas, sustentándose en una base de documental donde no vemos un posicionamiento moral ni político provocado, solo una historia de lucha antiterrorista posterior al 11- S de semblante aséptico (las torturas se terminan cuando Obama entra en la casa blanca, no hay más vuelta de hoja). El problema viene cuando no podemos llegar a saber cuando termina la historia real y cuando Boal tira de cosecha propia. ¿Acaso la CIA le abrió las puertas al guionista de ‘En Tierra Hostil’? Lo dudo bastante… De todas formas y a pesar de que la tortura aparenta un elemento narrativo de progresión de la trama de una pista a otra; de un paraje a otro (lo mismo que sucede en ‘24’), se excusa de manera soberbia mostrando hechos incómodos y violentos en una viva imagen de la realidad que subyace a la película. La CIA pasándose por el forro de los cojones los derechos fundamentales en pro de la seguridad nacional, pero como he dicho, la moral de lo justo e injusto, no es más que una palabra en tiempos de guerra…

Parece como si ‘The Hurt Locker’ y ‘Zero Dark Thirty’ formaran parte de una misma saga sobre las consecuencias de la guerra. Si la anterior teníamos a un Renner adicto, aquí tenemos a una Chastain dedicada, o más bien, obsesionada en concluir su objetivo. El desarrollo de los personajes, queda suplido por estética documental, la del trabajo de hombres y mujeres en su lucha por asesinar a los líderes de Al Qaeda, a excepción de Chastain, nuestro avatar en el desarrollo de la investigación. Su evolución es latente a lo largo del filme. En primera instancia, Maya, puede verse como un ligero contrapunto al agente de la CIA interpretado por Jason Clark, luego la historia se desarrolle, su personalidad se volverá más retributiva; o por que no… vengativa. La mujer, que se ha dedicado toda su vida exclusivamente a la caza del mayor terrorista de la historia, se tomará la labor como algo personal, momento cuando abrazará a la inmensidad como actriz. Brillante monólogo ante Kyle Chandler de una Chastain entregada a la causa cual Yihadista, pero no es su única perla, no hay que olvidar el literal: “Voy a encontrar a Bin Laden, y lo voy a matar”.Y es que ‘La noche más oscura’ alcanza su cenit en el conocido desenlace final; la escena del asalto. La guinda del pastel, donde la exmujer de James Cameron saca todas sus armas (literalmente) como narradora. Una larga secuencia salpicada por verde visión nocturna, arena y sangre. Al final uno termina las apasionantes dos horas y media del que podría ser un perfecto epílogo para el cine post 11-S preguntándose, al igual que su protagonista. Después de esto ¿Qué? Muerto el perro, ¿se acabó la rabia?

@DavidCarideS
DavidCarideS
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