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Críticas de Javi McClane
Críticas 1.281
Críticas ordenadas por utilidad
4
20 de julio de 2019
160 de 223 usuarios han encontrado esta crítica útil
La moda de los remakes en acción real (o digital, como el caso que nos ocupa) está implantado en Hollywood (y en el mundo entero) desde hace años, y cada año nos llega una nueva propuesta, en algunos casos simpática ("El Libro de la Selva" o "La Bella y la Bestia") en otros olvidable ("La Cenicienta" o "Maléfica"), pero jamás superior al clásico original. Por lo que uno se pregunta: ¿cuál es el sentido de traernos lo mismo, con unos pequeños añadidos, pero a un precio superior? Sencillo: por dinero.

Y este es el mismo caso que nos ocupa, ya que, después de la olvidada (y olvidable) "Dumbo", y la fallida "Aladdin", nos llega el remake de uno de los clásicos más aplaudidos de Disney: "El Rey León".

Desde el principio hubieron críticas, ya que, ¿qué sentido tenía ofrecer un remake digital, sin humanos, cuando al fin y al cabo es también animación? Y así ha sido, sin rubor alguno por parte de su productora, ya que los peores presagios se han cumplido, y estamos ante una fotocopia digital calcada de la original, con pocos añadidos, eliminando cosas claves y... sin humor. Pero vayamos por partes.

La dirección corre a cargo del bueno de Jon Favreau, que como actor no tiene precio (recientemente hemos visto su estupenda vis cómica en "Spider-Man: Lejos de casa"), pero como director es un mero mercenario, que no tiene ningún reparo en dejarse llevar y acatar las órdenes del estudio a cambio de un jugoso cheque.

Su toque personal (si es que lo tiene) brilla por su ausencia en toda la película, ya que se trata de un trabajo perezoso y una copia (no barata, más bien cara) del clásico Disney. Y peor aún, aunque los efectos especiales están logrados (aunque no son perfectos, por mucho dinero que hayan invertido), los personajes son inexpresivos, buscando un realismo en la cinta que nadie había pedido, y sacrificando cualquier conexión o simpatía hacia los personajes por parte del espectador.

Es lo mismo que el clásico Disney, pero sin su sentido del humor, y quintando escenas recordadas de aquella para añadir nuevas aportaciones más que irrelevantes (aunque la nueva canción no está mal). Me imagino a Favreau calentando silla, y diciendo a los de los efectos digitales como quiere alguna escena, de vez en cuando, porque dudo que se haya llenado las botas de barro para rodar este insulso remake. Que no se mal acostumbre, porque cogerá mala fama...

Peor aún es el tema del guion. Sí, hay un guionista acreditado. La pregunta clave es: ¿cómo demonios es posible, si estamos ante la misma historia, paso por paso, y pocos añadidos? Señoras y señores... alguien ha cobrado por esto. Un estafador, sí, pero también un genio, ya que le ha metido un gol a Disney... y a los espectadores, esos mismos que dicen que han vuelto a llorar con cierta famosa muerte. Normal que nos ofrezcan productos vacíos y perezosos y caigamos en la trampa. No aprendemos.

Me hace gracia, porque me acuerdo que hace veinte años masacraron al bueno de Gus Van Sant (y con razón) por plagiar el clásico de Alfred Hitchcock "Psicosis", porque era lo mismo, pero en color, en vez de en blanco y negro. Pues esto es lo mismo, con algunas escenas nuevas, pero digital. ¿Ahora nadie dice nada? ¿Nos dejamos hipnotizar por la nostalgia y aplaudimos como borregos? ¿Ese es el nivel?

Por otro lado, ninguno de los personajes de esta nueva versión está (ni por asomo) a la altura de los carismáticos y divertidos personajes de la original. Lo de las hienas es de juzgado de guardia (pierden toda la gracia), y luego está lo de Scar.

He leído bastantes críticas que dicen que este villano de la nueva versión es un acierto. No podría estar más en desacuerdo, ya que pierde el sarcasmo y el humor del clásico de los noventa, ofreciendo un villano serio... e inexpresivo, que no aporta nada al conjunto. Y es que el Scar original es uno de los mejores villanos del panorama cinematográfico, y si es así era por su toque burlón. Este nuevo Scar ni siente ni padece.

Como ya digo, han quitado elementos de la original, siendo el más sangrante el humor y tono colorido de la original, ya que ningún número musical está a la altura, y se nota que los han metido con calzador y pocas ganas, para no enfadar a los fans, pero que, si por ellos hubiera sido, los hubieran eliminado. Sinceramente, para ofrecer algo como el "Preparaos" de esta nueva versión, mejor no haber hecho nada. Un despropósito.

Sin lugar a dudas, estamos ante otro nuevo remake innecesario de Disney (y van...), que no aporta nada. Todo es predecible, sin sorpresas, y visto con desidia, estafados al ver el mismo trabajo pero con otros efectos, y que muchos están aplaudiendo porque es idéntica a la original (como si eso fuese algo bueno). Que os aproveche. A los que vamos un poco más allá, pregunto: ¿Si Warner Bros. hubiese comprado los derechos y hubiese realizado esta adaptación... no la hubiésemos masacrado sin piedad? Pero como es Disney que se auto-plagia, aquí no ha pasado nada.

En fin, no quedan muchos clásicos destacables de Disney a los que meter mano, por lo que esta insufrible moda terminará pronto... aunque ya han amenazado con secuelas. Cuando vean que esta nueva versión (o copia) rompa las taquillas (ya lo está haciendo) anunciarán secuela más pronto que tarde. El sino de los tiempos. Y me siento responsable, ya que yo he pagado por ella y por lo tanto también he participado de su éxito, pero al menos no voy engañado (ni me auto-engaño) y sé qué me voy a encontrar. Al menos los críticos, en esta ocasión, no han quedado satisfechos, y las críticas son tibias. Algo es algo. 

Un remake innecesario, sin alma y olvidable. Si tiene algo positivo es por parecerse a la original, por lo que, los logros son de otra película. Pero no hay más ciego que el que no quiere ver. Maldito Disney...

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Javi McClane
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3
11 de octubre de 2019
192 de 288 usuarios han encontrado esta crítica útil
Breaking Bad es una serie que revolucionó el panorama televisivo para siempre. No tengo ningún problema en reconocer que, para un servidor, es una de las mejores series de la historia, y entraría en mi top 5 sin problema alguno.

La serie tuvo un final más que satisfactorio, con un final conclusivo, pero siempre me quedó la espina de saber como le irían las cosas al bueno de Jesse Pinkman (mi personaje favorito de la serie). Pues bien, mi sueño se ha visto cumplido, ya que, después de años de rumores, por fin nos llega su historia a modo de película y en exclusiva para Netflix (en un movimiento maestro por su parte). Y todo ello bajo la dirección del creador de la serie, el señor Vince Gilligan.

¿Qué podía salir mal? Pues una vez vista uno se hace las mismas preguntas que con la serie Better Call Saul (tan correcta como irregular), porque estamos ante una secuela/epílogo que realmente no aporta nada a lo visto hasta el momento, demasiado tardío (han pasado seis años, y se nota) y totalmente decepcionante, aunque no mediocre.

Entre los críticos profesionales (que han podido ver el producto a la vez que los espectadores, en un movimiento inusual) se ha destacado la dirección y fotografía del episodio... perdón, de la película. Nos encontramos con lo mismo que nos ofrecía técnicamente la serie, lo cual es una buena noticia, aunque tampoco creo que la dirección sea para tirar cohetes y sólo hay un momentos inspirado.

Por otro lado, el guion es bastante flojo y alargado hasta el extremo. No estamos ante una película, sino más bien ante un episodio extendido y con mucho relleno. Todos sabemos el destino que se merece el personaje, y lo que acontece en la producción son una serie de añadidos para alargar "el camino" y hacer que dure dos innecesarias horas.

Tampoco ayuda el abuso de flashbacks, como si la historia que nos ocupa (que no es otra que la huida de Pinkman) no fuese suficiente, y a cada momento nos quisieran recordar la serie original, con apariciones y escenas que son puro fan service y no aportan absolutamente nada al conjunto.

Hubiese preferido una mirada hacía adelante, y no depender de la serie que ya había finalizado, la verdad, porque se sacan de la manga demasiados momentos, como si la película en solitario de Jesse no tuviese la suficiente fuerza por sí sola, y fuese deudora de otros personajes y tramas. Creo que se han equivocado en la planificación y ejecución del proyecto, y no hacían falta seis años para contarnos algo que ya suponíamos.

Personalmente, me ha sacado mucho de la película que aparezcan personajes (y por lo tanto, actores) tan cambiados. Ya chirria mucho ver a Aaron Paul en escenas del pasado, cuando es obvio que no es el mismo y los años le han pasado facturs, que también tenemos que ver a Jesse Plemons (que ha cambiado una barbaridad) recuperando su personaje de Todd, y con un aspecto inverosímil e imposible de asimilar.

Creo que ha habido un trabajo perezoso en las caracterizaciones (las pelucas son más que evidentes) y ni se han preocupado en los pequeños detalles, porque ver a un Todd horondo en tantas escenas anteriores a la conclusión de la serie y compararlo... como que no, señores. Quizás otros no le den importancia a estos detalles, pero yo no salía de mi asombro.

La película es una sucesión de flashbacks y momentos innecesariamente alargados y metidos con calzador, que no va a ninguna parte. Creo que hubiese funcionado mucho mejor como corto de veinte minutos, pero el dinero es el dinero, y no le veo otro sentido a hacer un proyecto así, la verdad.

En cuanto al reparto, todos están geniales (como sucedía con la serie), pero, obviamente, el bueno de Aaron Paul destaca por encima de todos ellos, al recuperar a su personaje estrella y dándolo (de nuevo) todo. Vuelve a dar una clase maestra de carisma y dramatismo, y suyo es el mayor logro de la cinta. Sin él esto no tendría ningún sentido, siendo lo mejor de la película, de lejos.

En conclusión, estamos ante una secuela y epílogo demasiado tardío, que se tendría que haber rodado al finalizar la serie, y que únicamente se justifica seis años después porque los fans tenían hambre de más Breaking Bad y la fallida precuela del señor Saul Goodman no ha sido aperitivo suficiente. Ha llegado tarde y mal. Ni más ni menos.

Una pena, porque tenía muchas expectativas en este anunciado punto y final de la serie, y me queda un sabor agridulce, porque, aunque creo que como entretenimiento cumple y la valoración final sería la de "correcta, sin más", considero que se podrían haber hecho las cosas mejor, ya que había tiempo para ello. Como producto BB decepciona, como película en solitario no tiene sentido y como epílogo conclusivo solo funciona a ratos. Merecías una despedida mejor, señor Pinkman. Hasta siempre.
Javi McClane
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5
1 de marzo de 2021
123 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ganadora recientemente en los Globo de Oro 2021 a mejor película drama y directora, Nomadland es la película que parte como favorita de cara a los próximos Oscars, cosechando impecables críticas. Es por ello que, con el añadido de la presencia de la siempre fascinante McDormand, tenía bastante interés en el proyecto, aunque me suele pasar que desconfío cuando hay tantas alabanzas de por medio, y más en productos de estas características (es decir, de corte independiente). Pues bien, una vez vista, debo confirmar que mis sospechas no eran infundadas, ya que estamos ante un intimista drama que, si bien tiene algunos elementos interesantes, peca de frialdad, en un viaje que deja un sentimiento agridulce cuando aparecen sus créditos finales. Y es que estamos ante otro caso de producto sobrevalorado, que sólo los críticos profesionales y entendidos de turno sabrán apreciar, distanciando al resto de los mortales. Un clásico.

La verdad es que es sorprendente que la directora Chloé Zhao se haya llevado ya un galardón a casa (se espera que repita en los Oscars), cuando su trabajo es bastante convencional, por no hablar del montaje, con escenas de apenas un minuto, impidiendo que el espectador conecte con la historia salvo en momentos puntuales. Cierto es que hay momentos bellos (aunque el mérito es más de los paisajes), pero de ahí a valorarlo como el mejor trabajo del año… Sin lugar a dudas, estamos ante otro caso donde se valoran más elementos ajenos que el trabajo en sí, porque no veo nada realmente memorable en la puesta en escena. Cualquier director podría haber hecho lo mismo, o incluso mejor. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

El guion también es cortesía de Zhao, y si bien es cierto que hay diálogos y momentos muy interesantes y emotivos, también deja la sensación de distanciamiento con lo que se nos pretende transmitir, en una experiencia desangelada y que se acaba quedando en tierra de nadie. No cae en lo soporífero, pero cuando finaliza te preguntas si el viaje ha merecido la pena. Tampoco ayuda según qué subtrama (como la del amigo), que si quitas del metraje quizás el resultado sea el mismo. Que nadie se lleve a equívoco, porque el mensaje está bien claro y la película no tiene demasiadas lecturas, aunque sea un trabajo pretencioso a todas luces, pero quizás no hacían falta casi dos horas para contarnos una historia más convencional de lo que quiere ser. Porque sí, la película quiere ser cercana a toda costa y hacer de lo cotidiano su base argumental, pero le falta garra y emotividad al conjunto, por mucho que se fuerce dicho aspecto con los monólogos de algunos de los secundarios (por otro lado, de lo mejor de la cinta).

Y no quiero pensar qué habría sido del film sin la omnipresencia de Frances McDormand, o, dicho de otra forma, de una actriz menos inspirada. McDormand vuelve a regalar otra actuación memorable, repleta de matices y que te lo dice todo con tan sólo un gesto, siendo merecedora de todos los premios habidos y por haber. No se los darán porque ya lo ganó hace unos años con la sensacional y muy superior Tres anuncios a las afueras (mucho menos aplaudida que la que nos ocupa, pero esa es otra historia). Ella es el alma de la película, y sin su presencia la cosa hubiese sido mucho peor. Mención especial para los secundarios, todos a la altura de las circunstancias y con momentos para su lucimiento.

Llegados a este punto, me viene a la cabeza la también muy superior Hacia rutas salvajes, que es un drama que no llamó especialmente la atención a los críticos, pero que se quedó en el corazón de una gran parte de los espectadores. Eso fue debido a la forma de contar las cosas, sin barreras de ningún tipo y accesible para todos, algo en lo que Nomadland falla estrepitosamente, siendo una película sólo apta para los entendidos y a la que el público mayoritario dará la espalda seguramente. Mi pregunta es: ¿por qué no se puede contar esta historia pero con un poco más de gracia y vida? ¿Por qué pensar sólo en los críticos y, por lo tanto, en los premios? Y es que estamos ante otra producción que será olvidada por todos en unos pocos años, incluidos esos críticos que la están aplaudiendo ahora con fervor. Sí, le darán el premio gordo, después de marginar a los otros dos films comentados, pero todos sabemos que no lo merece. Y es que, por mucho que lo intente, a esta cinta independiente le falta algo: alma. Juzguen ustedes mismos.

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Javi McClane
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7
24 de septiembre de 2021
131 de 168 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maixabel es la nueva película de Icíar Bollaín, directora de dramas como la controvertida Te doy mis ojos, la aplaudida El Olivo o la reivindicable También la lluvia. En su último film ha decidido apostar por una historia basada en hechos reales, la cual sigue la vida de Maixabel Lasa, víctima de ETA al ser asesinado su marido por la banda terrorista. Diez años después, los verdugos que la dejaron viuda solicitan reunirse con ella. La verdad es que el punto de partida no puede ser más interesante, siendo una atrevida propuesta que toca un tema que todavía sigue escociendo. Y no me extraña.

Las críticas han quedado más que satisfechas, y lo entiendo, ya que estamos ante un solvente y emotivo drama que no deja indiferente, con dos increíbles Blanca Portillo y Luis Tosar (vamos, lo esperado), y que es una respetuosa representación de un terrible conflicto que todavía tiene mucho qué decir en el mundo del cine. Antes de entrar en faena, me parece curioso que Maixabel no haya sido preseleccionada para los Oscar, teniendo en cuenta sus buenos resultados en términos de calidad. Quizás los académicos hayan pensado que el tema no interesa fuera de nuestras fronteras, quién sabe. De todas formas, van a enviar Madres Paralelas, lo nuevo de Almodóvar, por lo que poco importa. Pero la reflexión está ahí.

Que Icíar Bollaín es una estupenda directora no tiene lugar a debate, y este es un ejemplo más, siendo efectiva en el tenso prólogo, cuando se relata el espantoso asesinato, y comedida en los no menos intensos diálogos entre la protagonista y los asesinos de su marido. Son conversaciones de más de cinco minutos en algunos casos, pero no hay lugar para el aburrimiento en ni un solo minuto del metraje. No obstante, estaría faltando a la verdad si no admitiese que el ritmo es lento, aunque jamás provocando el bostezo. Eso sí, dos espectadores abandonaron la sala, por lo que algo me dice que esta cinta no es para todos los públicos.

En cuanto al guion, también cortesía de Bollaín junto a Isa Campo, se agradece que la película se moje y no trate el tema con frialdad y distancia, como suele suceder en la mayoría de los casos. El film tiene un discurso claro, y es de esas propuestas que remueven las entrañas y agitan el corazón, siendo un emotivo drama que invita a la esperanza y la reflexión. No negaré que adoro el cine de evasión como el que más, pero de vez en cuando no están de más cintas como Maixabel, poniendo sobre la mesa un debate que todavía no ha llegado a su fin (ni creo que llegue a corto plazo).

El personaje principal está estupendamente bien construido, pero es la impecable y sobresaliente actuación de Blanca Portillo lo que lo convierte en el corazón de la película. Portillo ofrece una interpretación repleta de matices, siendo tierna y cercana en según que momentos, pero también valiente y decidida cuando la situación lo requiere. Un personaje de esos que se queda contigo y al que Portillo le saca todo el jugo. En este punto os podría decir que el Goya de este año ya tiene nombre y apellidos, pero es obvio que se lo van a dar a Penélope Cruz por la última de Almodóvar (lo sé sin haberla visto). ¿Una injusticia? El tiempo dirá, pero creo que pocas veces ha estado tan justificado un premio. Maravillosa.

Luis Tosar vuelve a dar lo mejor de sí mismo, siendo un auténtico camaleón al que da igual lo que le des, que te lo va a sacar con nota. Aquí hace de secundario de lujo, ya que tiene menos minutos de lo esperado. No es ningún reproche, más bien una aclaración, ya que la auténtica protagonista de esta historia es la que da nombre al film. Atención al cara a cara entre ambos actores, siendo uno de los careos más espectaculares del año. De verdad que no somos conscientes de la suerte que tenemos al contar con intérpretes de esta categoría y talento. No lo somos.

Mención especial a una estupenda María Cerezuela, siendo la gran sorpresa de la película (lo de Portillo y Tosar estaba claro), hasta el punto de mantener el pulso a una actriz como Portillo. Atentos a este fascinante debut, porque aquí sí que creo que el Goya a mejor actriz revelación tiene nombre y apellidos, y si llega a suceder, no podré alegrarme más. Y ya que estamos, tampoco sería justo olvidarse de un más que convincente Urko Olazabal. Todos funcionan en un reparto sensacional que engrandece todavía más el resultado final.

En conclusión, estamos ante un sólido drama, que invita a pensar y que arriesga con una historia nada sencilla. Para un servidor, la mejor película sobre ETA que se ha hecho hasta el momento, y espero que no sea la última, porque todavía queda mucho por contar. Lamentablemente, muchos no la entenderán y seguramente levante ampollas, pero es innegable que deja una reflexión tan necesaria como apasionante (la culpa y el perdón). Y es que quizás ya es hora de cerrar algunas heridas. Repito, algunas. Una de las mejores películas del año.

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Javi McClane
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6
12 de enero de 2019
127 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado esta película, dejándola como una de las mejores películas del año pasado, y un clara favorita a los Premios Oscar de este año. En los Globos de Oro sólo se ha llevado un (merecido) galardón, aunque la crítica, y otros festivales, se han rendido a los pies de esta sátira sobre el poder y la ambición. 

No había visto, hasta ahora, ninguna película de su director, Yorgos Lanthimos, responsable de "Langosta", que, por lo que se ve (y escucha), no dejó indiferente a nadie. Pues bien, su última película es, de momento, la más aplaudida. 

He tenido oportunidad de visionarla, y debo decir que, una vez más, los críticos y yo, jamás llegaremos a un consenso, porque me ha parecido una película que, sin resultarme mala, si me ha resultado una más, con algún elemento interesante, pero poco más. Pero como siempre, no adelantemos acontecimientos.

La dirección de la película se nota que está hecha con cuidado y mimo (hay algunas escenas a cámara lenta, tan hilarantes como necesarias), y, técnicamente, no se le puede encontrar ningún pero. A destacar el vestuario, los decorados, la música... todo impecable, sin reproche alguno.

En cuanto al guion, nos trae a tres personajes complejos y llenos de matices, y hay escenas y diálogos muy logrados, pero queda un regusto amargo al finalizar el visionado, como que falta algo, aunque eso es algo que me suele suceder con las películas que los críticos ponen por las nubes, como con "Roma". Serán cosas mías.

Sí por algo destaca esta película, es por su fabuloso y excelente trío protagonista. Olivia Colman (a la que vi en persona, aunque de lejos, en un rodaje) ganó el Globo de Oro, y merece el Oscar, de forma incuestionable. Su interpretación es la mejor de la película, y es impresionante lo que puede hacer con un personaje tan difícil. Lo mejor de la película.

En cuanto a Emma Stone, cumple a la perfección como joven damisela llena de ambición, que no dudará en pisar a quien sea para conseguir sus objetivos. Luego tenemos a la siempre estupenda Rachel Weisz, en otro papel complicado, del que sale victoriosa y con nota alta.

Como ya digo, esta película no sería lo mismo sin sus tres protagonistas principales. Ha tenido suerte el director de contar con tanto talento. Por otro lado, los secundarios también están muy impecables, destacando a un sorprendente Nicholas Hoult.

En conclusión, y siempre para quien esto escribe, estamos ante una película más, que considero que en unos años se habrá olvidado, pero que, si por algo destaca, es por su excelente reparto. No me ha parecido una mala película, pero tampoco nada destacable ni digno de tanto elogio. Cuestión de gustos.

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Javi McClane
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