Película típicamente palomitera con el planteamiento de hacer pasar una velada divertida sin otras pretensiones, y apta para el disfrute de todos los públicos. A mi parecer, tiene un buen saque inicial hasta su segunda mitad, donde se vuelve algo rutinaria y pantanosa hasta su final, que a pesar de estar repleta de clásicos clichés, llega a ser amena.

Tiene sus vicisitudes para aquel cinéfilo que le encanten este tipo de trama oriental complejo de cine de artes marciales de antaño. Pero a mi nunca me ha gustado estas tramas que se toman en serio sus personajes, y nos presentan unos diálogos cargantes de filosofía que pretenden ser trascendental para alcanzar la iluminación.

En cuanto a esto, la iluminación de los decorados, maquillajes y efectos técnicos, son impecables, pero no por ello deja de ser un film aburridísimo, con esas peleas marciales sobrenaturales que no se cree ni un niño de cinco años.

Al que le guste los films de superhéroes, aconsejo que vean una película de superhéroes porque tiene más contexto en la realización de estas piruetas. Pero que no te vendan, que con un estado superior de mente-cuerpo, ni por mucho en ponerte en forma, puedas llegar al nivel de romper todas las fuerzas de la gravedad: volar como Superman y trepar por las paredes como Spiderman.

Lo dicho, un bodrio bien empaquetado.

Se nos presenta, con un buen empaquetado del Paris de los años 30 del siglo pasado donde se nota que se han gastado el dinerillo del presupuesto, un drama aburrido (aunque intenta ser simpático) y soso. Trata de compensar momentos de suspense con humor absurdo (tirando a infantil), reflejado en una policía y justicia inepta, sobre el crimen de un relevante productor de cine de la época y que incrimina a una de las amigas "esnob" protagonista.
La forma de llevar la historia y conclusiones me parecen disparatadas y lo único que a mí me atrajo fue los vestuarios, maquillajes de los personajes y escenarios, pero que no ayuda lo suficiente para terminar de hacer llevadera la duración del film.
A lo mejor, si no hubiera dejado el alcohol, le hubiera dado una nota incluso positiva.

La verdad es que estoy harto de remakes y aunque aquí no es una copia descarada de Dopesick, si tiene una línea argumental muy similar y, en mi caso, prefiero la serie original que su imitación. En esta versión tiene algunas pocas diferencias y gira sobre esta droga farmacéutica, la oxicodona en su versión "OxyContin", que se popularizó especialmente en la sociedad estadounidense en la década de los 90 del siglo pasado, creando un serio problema de salud pública por su fuerte adicción.

Pero ya digo que es muy parecida a Dopesick, que en mi opinión tiene una calidad superior. Painkiller (Medicina letal), se centra algo más en la avaricia de la farmacéutica "Purdue Pharma", parodiando a la familia Sackler (pareciendo un puñado de imbéciles de tres al cuarto) y su uso de la mala praxis, así como de las corruptelas que se mueven en las altas esferas para la aprobación de medicamentos, poniéndose muy en entredicho -creo que con acierto-, la metodología reguladora de la FDA.

Con una introducción de estilo documental, incluye los relatos de algunas de las víctimas sobre este falso medicamento-milagro. Luego, en el transcurso de la serie se hace un retrato bastante peculiar del presidente de la compañía, Richard Sackler, desdibujándolo como un malicioso iluminado y, creo exagerando, un componente extra de tara mental para en base a ello tratar de exculpar y justificarse sus actos. Puede que esta caricaturización tenga más atractivo comercial para subir las audiencias de público, pero a mí no me convence y me parece más creíble en estos personajes que simplemente se deba a la avaricia sin límites por forjar un imperio de poder y dinero.

En cuanto a las actuaciones nada que objetar, en líneas generales son buenas y tiene un desarrollo de ejecución dinámico.

Aburrida, sórdida y simple, repleta de los clichés clásicos de otras películas y muy previsible. A mí ni siquiera me entretuvo, sobre todo después de una primera parte monótona, recurriendo a algún truco para escandalizar y así mantener algo el suspense de la historia. Los habitantes locales de la isla parecen rusos, cosa que no me extraña dada la dinámica geopolítica actual.
En fin, para nada la recomiendo.