Si valoramos Blade Runner 2049 por su aparato visual, su consideración es casi la de una obra de arte. La belleza y verosimilitud del mundo creado por Villeneuve y el diseñador de producción Dennis Gassner es apabullante, va más allá del espectáculo, es de una plasticidad pictórica que te sobrecoge.

Si la valoramos como artificio narrativo, resulta algo lenta, fría, perfecta como un androide que imita la vida, pero que carece de su calidez. Aun así, su premisa es un hallazgo que conecta bien con la película original, y su desarrollo, apoyado en la estructura simple y eficaz de los policiales que te llevan de A a B de manos del investigador, no se desploma en ningún momento.

Me niego a compararla con su predecesora porque Denis Villeneuve tampoco lo ha hecho. El canadiense ha tomado el mundo concebido por Ridley Scott y lo ha expandido para contar su propia historia, no para remedar el clásico, y eso ha sido un gran acierto. Me temía un blockbuster y me he encontrado con un film que roza la condición de clásico. Demos gracias a Villeneuve.

Lo primero es decir que esta película no trata sobre fútbol (como debo aclarar siempre que la recomiendo), ése es sólo su trasfondo. La historia trata sobre la amistad que se crea entre dos chicas que, aunque viven en la misma ciudad, habitan en dos mundos muy distintos con un nexo en común: su pasión personal por el fútbol.

No voy a engañar a nadie: no es una película con pretensiones de denuncia o profundo análisis social y, aunque no le falta cierta dosis de esto último, funciona sobre todo por el trabajo de estas dos jóvenes actrices, y por la acertada y divertida descripción que la directora hace del mundo donde se ha criado (es hindú de origen británico).

Una comedia realmente divertida, que se aleja de las edulcoradas frivolidades no aptas para diabéticos que exporta Hollywood, aportando un soplo de aire freco a la comedia británica (tan encasillada tras Bridget Jones). Es tan divertida y agradable que no se quema por más que se la revisione. Muy recomendable.

Perdidos me parece una de las mejores historias de intriga e investigación que he visto o leído: personajes sólidos y con atractivo, enigmas dentro de enigmas que conforman un auténtico laberinto, pero que no llegan a desenganchar al espectador, golpes de efecto ciertamente magistrales y, por encima de todo, la creación de un escenario con personalidad propia que pasará a la historia del medio: la Isla, de la que nos seguiremos acordando aunque pasen los años.

Sin embargo, la serie adolece de un par de problemas impuestos por el propio formato del medio televisivo. Primero la necesidad de alargar la historia con personajes y subtramas de relleno que, aunque puedan aguantar el tipo y el interés durante varios capítulos (algunas son bastante buenas, especialmente los flashbacks), siempre son una distracción de lo que el espectador realmente quiere: que avance la historia principal, ahondar más en los secretos de la Isla.

Segundo, el efecto "desconexión" que se provoca si se ve con una semana de intermedio entre un capítulo y otro. La densidad de la historia y la complejidad de la trama hace que el espectador se pierda si pasan varios días entre el visionado de un capítulo y otro, esto hace que la historia se diluya y dé la sensación de que el argumento no avanza. Sensación que se borra por completo si se ven los capítulos con continuidad al ritmo que uno le apetezca (algo posible si te haces con la serie en DVD).

Mi consejo es que no se vea en la tele, sino conseguir las temporadas completas y verlas a tus anchas. Sólo me queda rezar porque no se carguen esta pedazo de historia y sepan ponerle un final a la altura de la expectativa creada.

Nolan parte de una premisa sencilla (objetos que viajan hacia atrás en el tiempo dentro de una realidad que avanza linealmente hacia delante), y desde ahí desarrolla una historia de estructura especular que debería ser trepidante, pero que falla a la hora de explicar al espectador lo que está sucediendo en pantalla. Memento o Inception muestran la misma densidad conceptual (si no más), pero son claras en su exposición; aquí, sin embargo, Nolan parece olvidar que no basta con que las cosas tengan sentido en su cabeza.

Como consecuencia de ese nulo interés del cineasta en hacer la trama comprensible para la inmensa mayoría de quienes la estamos viendo, el público se desdobla (como las realidades tras una "paradoja del abuelo") entre aquellos que se contentan con disfrutar de la pirotecnia y los que asistimos con la ceja levantada a un sinfín de escenas de acción cuya razón de ser desconocemos. Lo peor no es que cueste seguir la trama, sino que a los 40 minutos ya te da exactamente igual lo que te está contando.

La primera película fallida que le conozco a este realizador.

Una película incongruente con esta época de blockbusters rodados con plantilla. De algún modo, al director y a los guionistas les han permitido usar al superhéroe más icónico de Marvel para rodar una comedia de ciencia ficción que rompe con todo lo visto en el cine de superhéroes. Apabullante a nivel visual, cómica y dramática, por momentos adolescente y a ratos inesperadamente adulta. El placer se multiplica si eres capaz de apreciar las referencias, pero ni mucho menos son imprescindibles. Una película rara y maravillosa. Imprescindible.