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Críticas de Alvaro Zamora Cubillo
Críticas 924
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
20 de abril de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Messalina” (1951) de Carmine Gallone con María Félix, Georges Marchal, Memo Benassi, Delia Scala, Erno Crisa, Carlo Ninchi, Camillo Pilotto, Jean Tissier, Jean Chevrier, Germaine Kerjean, Ave Ninchi, Michel Vitold, entre otros.

Drama italiano basado en la vida de La Emperatriz Messalina, 3° esposa de Tiberius Claudius Caesar Augustus Germanicus; por lo que la decadencia de la antigua Roma es vista por medio de este retrato de la sensual esposa del Emperador romano; una historia ambientada en el 44 d.C., que trata sobre las intrigas amorosas y políticas de la malvada mujer y su eventual persecución hasta la muerte.

Valeria Messalina era prima paterna de Nero Claudius Cæsar Augustus Germanicus, prima 2° de Gaius Julius Caesar Augustus Germanicus y bisnieta de Augustus; fue célebre por su belleza y por las constantes infidelidades a su esposo con miembros de la nobleza romana, así como con soldados, actores, gladiadores y otros; y aún así, ella tuvo una gran influencia política en las decisiones que tomó su marido durante gran parte de su periodo como Emperador de Roma.

Por ello, Messalina dio rienda suelta a su ninfomanía; y según narra el poeta Juvenal, “llegó a prostituirse en el barrio de Subura bajo el apodo griego de Lycisca”, que significa “mujer-loba”

Así las cosas, aquí, la disoluta Messalina planea poner en el trono de Roma a su joven amante favorito...

El director, Carmine Gallone, considerado como uno de los creadores del “péplum” fue conocido fundamentalmente por sus películas históricas, cuya exaltación de la romanidad sirvió también de propaganda para El Régimen Fascista de Mussolini, hay que decirlo todo, y para esta producción filmada en Los Estudios Cinecitta, en Roma, no se guardaron gastos, siendo en su momento, la película más cara del cine italiano; una que fue parte de una tendencia creciente de películas históricas épicas de la década de 1950.

El guión insiste en la reputación de Messalina como asesina y sexualmente rapaz, aunque se basa principalmente en las historias de Suetonio y Tácito, mientras que Juvenal en su 6° sátira estaba lejos de ser elogiosa...

Como hija de su época, aquí tampoco hay humo sin fuego, por supuesto, pero la opinión posterior sugeriría que los relatos anteriores fueron asesinatos de personajes políticamente sesgados en los que los hechos históricos se mezclaron con los chismes.

Todos sabemos que el chisme es como el barro, se pega; y no hace falta decir que su personaje ha resultado infinitamente fascinante para escritores, pintores, escultores y compositores, tanto de ballet como de ópera, y ha llegado al cine en muchas producciones como personaje principal o secundario y ha sido retratada en la pantalla desde 1910.

Aquí, María Félix hace una Messalina cautivadora porque retrata a este personaje desagradable con una amplia gama de emociones:

Imperiosa y altiva, atractiva y engatusadora, mientras engaña a su loco marido necesitado, suplica a su principal amante, Caius Cilius en la figura guapérrima de Georges Marchal, se muestra fría y calculadora mientras asesina casualmente a un joven enamorado; y finalmente aterrorizada cuando sus astutas maquinaciones salen mal, se ve privada de amigos o aliados.

Aunque se toma una gran libertad con los hechos históricos reales, la película presenta a la mujer más notoria de la historia romana como una persona compleja y multifacética, de pasiones profundas y oscuras, que llega a un final ignominioso a través de sus excesos y locura.

Y la magnífica María está a la altura del desafío, dando el mejor retrato de Messalina en pantalla hasta la fecha.

Del resto del reparto, Benassi en particular es excelente como Claudius; y da un buen apoyo también de Jean Chevrier como Valerius, en una escenas cortas pero sustanciosas; sin olvidarme de Germaine Kerjean como La Bruja y Jean Tissier, adecuadamente extravagante como Mnester.

Toda la producción está muy bien filmada por Anchise Brizzi y la banda sonora es hermosa y discreta, un gran trabajo de Renzo Rossellini; sin olvidarme de los decorados y del hermoso vestuario de Vittorio Nino Novarese.

De la acción, que las hay, parece que los decorados inspiraron al oscarizado “Ben-Hur” de William Wyler, y los combates de gladiadores generalmente se manejan bien, y el concurso obligatorio unilateral de “Cristianos contra Leones” tiene un giro inusual por decir lo menos.

En definitiva, históricamente inexacto pero extremadamente disfrutable, esta Messalina es diabólica, malhumorada, insaciable y magnífica.

“Soy la mujer más envidiada y más desgraciada”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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6
19 de abril de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “隠し砦の三悪人” (The Hidden Fortress - 1958) de Akira Kurosawa con Toshirō Mifune, Minoru Chiaki, Misa Uehara, Takashi Shimura, Susumu Fujita, Eiko Miyoshi, Kamatari Fujiwara, Koji Mitsui, Yoshio Tsuchiya, entre otros.

Comedia y aventura que narra la historia de 2 campesinos que aceptan escoltar a un hombre y una mujer a través de las líneas enemigas a cambio de oro, sin saber que él es un General y la mujer una Princesa.

Traducida literalmente como “Los 3 villanos de La Fortaleza Escondida” es la 1° película de Kurosawa filmada en un formato de pantalla ancha, TohoScope, que continuó utilizando durante la próxima década; y la 1° de Kurosawa grabada en estéreo.

Todo comenzó un poco angustiado por la falta de éxito de sus 2 últimas películas que consideró pesadas y trágicas, que Akira Kurosawa tomó un nuevo tono con esta película, diciendo:

“Quiero hacer una película 100% entretenimiento, llena de emoción y diversión”

Y además la hizo comercial y accesible como una forma de recompensar a Toho Studios por permitirle hacer películas más arriesgadas y artísticas como “Rashomon” (1950)

Y es que la película parece más una animada comedia del oeste; pero tiene una relación ingeniosamente diseñada entre los protagonistas, incluido un Toshirō Mifune fantásticamente descarado y viril; donde la comedia coexiste con una visión oscura de la brevedad de la vida, al tiempo que Kurosawa diseña emocionantes escenarios e imágenes cautivadoras.

Así, la trama aquí es relativamente simple; y es la forma en que se describe la historia, no la historia en sí, lo que hace que esta película sea grandiosa; y a pesar de su sencillez, Kurosawa le da el estilo de una epopeya; y realmente se siente como uno.

Del reparto, Toshirō Mifune muestra un gran talento para sacar tanto la épica como la comedia, y da una fuerte presencia en la pantalla.

Sin siquiera decir una palabra, La Princesa no es una damisela en apuros, y la actriz deja toda la carne en el asador para ayudar a que la película avance; algo inusual para la época, sobre todo en un filme japonés donde ella hubiera sido un florero/estorbo; eso no sucede aquí, tanto que mostrará más poder y confianza que El General.

Y los verdaderos protagonistas, los personajes campesinos de Tahei y Matakishi que son más que un alivio cómico; se usan principalmente para reír y toda la historia se cuenta desde su punto de vista, son esencialmente héroes, pero no hacen más que quejarse... son codiciosos y egoístas, curiosos porque estas no son características que normalmente se usarían para los héroes, pero Kurosawa las hace agradables para la audiencia.

Lamentablemente el filme se hizo posteriormente más conocida por servir de influencia para la saga de películas de ciencia ficción/soap opera “Star Wars” particularmente “Episode IV - A New Hope” (1977) y “Episode VI - Return of the Jedi” (1983), con la técnica de narrar la historia desde la perspectiva de los personajes más humildes, C-3PO y R2-D2, quienes también aportan un contrapunto humorístico al drama mostrado por los personajes principales.

La Fuerza también se siente en esta película, y la verdad es que hay muchas escenas por descubrir para el placer culpable del fanático de la saga Jedi.

“Lo que hagas con la bondad de otra persona depende de ti”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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2
17 de abril de 2021
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “The Party at Kitty and Stud's” (1970) de Morton Lewis con Sylvester Stallone, Henrietta Holm, Jodi Van Prang, Nicholas Warren, Frank Micelli, Barbara Strom, Janet Banzet, entre otros.

Película erótica que relata la vida sexual de una joven mujer y su novio, que está buscando romper su rutina sexual, organiza una fiesta en el apartamento de Kitty que termina en una desenfrenada orgía.

¿Por qué debería ver a Sylvester Stallone de 24 años en una película con clasificación X?

De todos los casos famosos de superestrellas e íconos de Hollywood que incursionaron en la realización de películas X, esta es una que, digamos... hay que verla solo 1 vez.

Y es porque poco después del lanzamiento de la película ganadora del Oscar, “Rocky” en 1976, este filme fue editado y relanzado como “Italian Stallion” para sacar provecho de su ahora famosa estrella.

Con un presupuesto de $5 mil, y financiada por un grupo de abogados adinerados, de menos de 60 minutos de metraje, es una producción demasiado barata y se nota muchísimo, lo peor, es para nada estimulante; por lo que solo la recomiendo a aquellos que buscan “pornografía de celebridades” y nada más.

El director intenta elevar la película al nivel del “Art-House” insertando largos montajes de caminatas y destellos de una mujer de sangre muy caliente con botas, un abrigo de piel y una sonrisa en un parque de la ciudad cubierto de nieve... pero en realidad no tiene nada rescatable técnica ni cinematográficamente.

También porque los vínculos con “Rocky” son bastante asombrosos, sobre todo porque fue rebautizado como “El Semental Italiano”, incluso hay un momento en el que Stallone corre con brazos estirados, sin mencionar una pista instrumental de alrededor de 11m que alude tan fuertemente al tema de “Rocky” que estoy seguro de que debió haber sido agregado en la postproducción algunos años después...

Con todo, Sly nunca ha sido un buen actor, siempre me ha parecido que es demasiado lento mentalmente, y no por eso es que sea malo, es que es repetitivo y aburre... sus líneas tienen algo de brillo de eso, y su actuación es bastante torpe como natural; mientras la voz de Kitty, que parece mal doblada, parece haber sido grabada años después de que se hiciera originalmente la película, con líneas tan risibles que no llegan al empalme y tampoco sus escenas son masturbatorias.

Todo aquello de la gente chigoleta simulando sexo es tan falso que es re-malo y vergonzoso.

De hecho, Sly es el único otro “miembro” masculino del reparto, junto a un sin nombre poco atractivo; y ninguna de las mujeres es particularmente memorable:

Hay una “stripper” negra, una escena lésbica demasiado larga y aburrida, el segundo hombre y su novia tienen sexo anal, que ni se ve, y finalmente, la orgía que dura para siempre... y repito, no es muy erótica, ni siquiera porno.

Recordar que el filme es popular por haber sido la primera película de Sylvester Stallone, quien recibió $200 por su actuación, afirmado que la desesperación económica lo llevó a participar; y claramente calificó la película de “horrenda”

¡Y tiene razón!

Aparte de eso, la película celebra la misoginia, el abuso de drogas, la promiscuidad y la violencia contra las mujeres, aunque también plantea el punto de que hay algunas que gustan vivir en un mundo así... y sí, hay varias tomas de los genitales de Stallone que ha demostrado ser el único atractivo duradero que puede presumir esta película; y por el simple hecho de saber que existe, les da a los fanáticos algo por lo que masticar, y lo convierte en una figura más clásica del folclore estadounidense:

“La película porno de Sylvester Stallone” que evolucionó a lo largo de los años hasta convertirse en una leyenda urbana menor.

“Antes de ser “Rocky” era, y sigue siendo El Semental Italiano”

NO RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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8
16 de abril de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Frankenstein: The True Story” (1973) de Jack Smight con Leonard Whiting, Nicola Pagett, Michael Sarrazin, James Mason, David McCallum, Jane Seymour, Michael Wilding, Clarissa Kaye-Mason, Ralph Richardson, Agnes Moorehead, Margaret Leighton, John Gielgud, Tom Baker, entre otros.

Película de ciencia ficción y terror, hecha para TV, basada libremente en la novela “Frankenstein; or, The Modern Prometheus” (1818) de Mary Shelley que sigue a un brillante pero poco ortodoxo científico cuando rechaza al hombre artificial que ha creado; todo cambia cuando La Criatura, conciente de su estado, escapa y jura venganza.

Esta es una pieza de época victoriana exuberante y bien elaborada, y la historia de amor no correspondido entre La Criatura y su creador está en el centro de la misma; y para aquellos que hasta ahora solo han estado familiarizados con la imagen clásica de Boris Karloff del monstruo de cabeza plana con grandes botas y tornillos en el cuello, esto es algo completamente diferente; y lo que es más interesante, presenta una serie de conceptos claramente originales:

El guión lo escribió Christopher Isherwood y su pareja Don Bachardy; por lo que la película tiene un borde homoerótico muy desconcertante y sorprendentemente evidente.

En lugar del inevitable “doctor loco” típico de las películas, Victor Frankestein es un joven notablemente apuesto que es seducido por el igualmente guapo, pero claramente extraño doctor más experimentado; por lo que ambos actores no solo interpretan la relación de una manera inquietantemente sensible, sino que el último se opone a la prometida de Victor, y ella le devuelve el favor, exigiendo que Víctor elija entre ellos... para que nadie se pierda las implicaciones, La Criatura es interpretada por nada menos que Michael Sarrazin, y aunque muchos hombres pueden ser descritos como “guapos”, Sarrazin se encuentra entre los pocos que pueden describirse justamente como hermosos:

Se levanta de la mesa del laboratorio apenas decente con unos pocos vendajes estratégicamente colocados, y cuando el ansioso Dr. Frankenstein aparta su cubierta facial, se nos ofrece una imagen persistente de cabello negro brillante, tez pálida, ojos y labios notablemente líquidos que haría llorar de envidia a un modelo de Vogue.

Así, el osado Dr. Frankenstein lo lleva a su propio apartamento, donde educa a este inocente infantil, y muy generosamente permite que la criatura duerma en su propia cama...

¿Hará falta ser más notorio y evidente?

Pero, como en todas las películas de “Frankenstein”, el experimento sale mal... y cuando lo hace, los mismos matices homoeróticos desconcertantes toman otro giro...

Debido a algún error desconocido en el proceso de creación, La Criatura comienza a deteriorarse en apariencia, y en lugar de continuar tratándolo con amabilidad, Frankenstein mantiene a La Criatura encerrada, quizás porque empieza a amar a la mujer desde el encuentro con la niña hasta que se enamora de Agatha... y se vuelve verbalmente abusivo con él y ya no permite que La Criatura duerma en casa su cama, relegándolo a un colchón apretado en el suelo, porque siendo evidente, hasta le puso ojo a la casera...

Al mismo tiempo, Frankenstein es abordado por el misterioso Dr. Polidori, o “Polly Dolly” como lo llamaba Lord Byron; un científico aceitoso con un don para la hipnosis que afirma saber qué salió mal... e insiste en que abandonen a La Criatura y crean una nueva, una mujer; y cuando esta nueva creación surge de un proceso completamente diferente, ella también es notablemente hermosa.

Pero mientras que La Criatura original era una criatura amable que solo aprendió la violencia del odioso rechazo de Frankenstein, esta nueva entidad es extrañamente helada, casi como una serpiente desde el principio, una clara alusión a la mujer fatal, a la frigidez sexual y al mismo tiempo a la ninfomanía extrema; y la criatura masculina, ahora viciosa y salvajemente celosa, exigirá un terrible costo para todos los involucrados.

Mientras que la dirección de Jack Smight no ofrece nada tan interesante como el guión, los valores de producción tienden a ser barrocos para su propio bien y nunca falta algo que mirar en la pantalla.

Como dato muy curioso, uno de los aspectos más satisfactorios de la película es la participación inusualmente fuerte de las protagonistas femeninas, quienes añaden gracia sin esfuerzo a los procedimientos pero también ofrecen excelentes actuaciones, con veteranos experimentados, es casi imposible citar a los favoritos destacados, pero si tuviera que hacerlo sería La Criatura de Michael Sarrazin, definitivamente el más multifacético y comprensivo; y vale la pena elogiar la rivalidad entre David McCallum, Leonard Whiting y el siempre confiable James Mason como el brillante y retorcido Dr. Polidori; sin olvidar a Jane Seymour como Prima, una gran “femme fatale” que tiene una de las escenas más perturbadoras del cine para TV.

Y como dato de esta producción, el personaje del Dr. Polidori, que no apareció en la novela original, se basó en el personaje del Dr. Pretorius de la película “Bride of Frankenstein”, pero recibió el nombre del John Polidori en la vida real, un conocido de la autora Mary Shelley que fue parte de aquella competencia que produjo su novela; inclusive, la propia contribución de Polidori fue la primera historia de vampiros moderna, “The Vampyre” (1819)

Total, el estilo clásico de cinematografía complementa los hermosos decorados, realza el estado de ánimo melancólico, y muestra la humanidad de los personajes.

“¡Nos han educado para temer!”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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3
15 de abril de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “The Blue Bird” (1976) de George Cukor con Elizabeth Taylor, Todd Lookinland, Patsy Kensit, Jane Fonda, Ava Gardner, Cicely Tyson, Will Geer, Mona Washbourne, Robert Morley, Nadezhda Pavlova, Harry Andrews, George Cole, Richard Pearson, Georgiy Vitsin, entre otros.

Fantasía basa en la obra de teatro “L’Oiseau Bleu” (1909) de Maurice Maeterlinck; una obra que se distingue por una gran imaginación y por una fantasía poética, que revela, a veces en forma de cuento de hadas, una profunda inspiración, mientras que de una manera misteriosa, apelan a los propios sentimientos; de ahí que los temas principales son la muerte y el sentido de la vida.

La acción sigue a un par de niños que buscan “la felicidad”, representada por El Pájaro Azul de La Felicidad, siendo ayudados por el hada buena Bérylune y por las presencias humanizadas de un Perro, un Gato, La Luz, El Fuego, un Pan y otras entidades.

Esta es la 5° adaptación cinematográfica de la obra, detrás de 2 películas mudas, una versión de 1940 protagonizada por Shirley Temple, que es la de referencia; y una película de dibujos animados de 1970.

La película tiene conceptos profundos, aunque surrealistas, que involucran la vida y la muerte, el pecado y el amor; y ciertamente es perfecto para niños pequeños con una fuerte filosofía moral.

Además, el detalle más importante es que esta fue una producción conjunta soviético-estadounidense; por lo que debe entenderse en el contexto de la época en que se hizo, en el apogeo de La Guerra Fría, siendo uno de los pocos ejemplos de cooperación entre EEUU y la URSS, especialmente en la industria cinematográfica; de hecho, se cuenta que el director George Cukor le dijo al jefe del estudio soviético, lo honrado que se sentía de estar filmando en el mismo estudio donde Sergei M. Eisenstein había filmado “El Acorazado Potemkin” (1925) a lo que el director del estudio dijo:

“Y con el mismo equipo”

Pero es extraño ver todo el talento que se desperdicia aquí, pero al mismo tiempo creo que los fanáticos de lo extraño, lo barroco y lo surrealista probablemente lo amarán... y es porque esta versión es completamente extraña de cabo a rabo; y en su mayor parte, las actuaciones van de malas a medias, pero con un reparto como este esperas algo mucho mejor:

Taylor parece fuera de lugar en sus 4 papeles; Fonda parece atrapada en una pesadilla ya que nunca se siente en su lugar... obviamente...

La Gardner está desperdiciada en su pequeño papel al igual que Robert Morley; y la pobre Tyson sale peor con una actuación bastante vergonzosa.

Todo esto tiene algo de leyenda negra, sin referirme a Tyson... y la historia nunca despega por completo.

Las secuencias de baile tampoco añaden nada, y al final esto es solo una extraña mezcla de fantasía y musical.

Al final, la película punta una solución inusual en cine, que deja planteados numerosos interrogantes:

Indicaciones negativas que la felicidad no está en los sueños, ni en la voluptuosidad, la lujuria o el placer, ni en la luz que ilumina y da calor, ni en la vida en el bosque encantado... y la definición sólo esbozada y elíptica que presenta de felicidad.

¿Está la felicidad en la inocencia?

¿En el servicio a los demás?

¿En la satisfacción de las aspiraciones propias?

¿En su búsqueda permanente?

¿En mirar nuestro entorno?

Se supo que durante el rodaje, se recibió quejas de varios miembros de habla inglesa del equipo ruso sobre Jane Fonda porque en lugar de dejarlos hacer su trabajo, ella los seguiría citando pasajes de Karl Marx, queriendo involucrar a los técnicos en discusiones sobre ello; y le dijeron a Cukor que ya eran comunistas, que Fonda no tenía que convertirlos, y que si persistía en su comportamiento, toda la tripulación se declararía en huelga.

Los productores hablaron con Fonda y consiguieron que se detuviera; pero ahí no acaba la leyenda más negra:

Según Cicely Tyson, Cukor la acusó de maldecir la película usando magia vudú...

De hecho, las relaciones entre Tyson y Cukor se deterioraron hasta el punto en que, cuando Tyson llegaba al set por la mañana, ella preguntaba, refiriéndose a Cukor:

“¿Ya está muerto?”

Total, hubo tantos problemas de producción, errores y resentimientos durante el rodaje de esta película en Rusia que, finalmente, el director George Cukor y el productor ejecutivo Edward Lewis, se comunicaron solo a través de sus abogados.

“Los amo a ambos tanto como se merecen”

NO RECOMENDADA

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