Al ser una película producida por la escuela de cine y audivisuales de Cataluña, en el que su directora y guionista Roser Aguilar y el equipo de técnicos de la película, han pasado por la escuela, todo en la película es muy didáctico, con un guión que se acopla perfectamente al bajo presupuesto y en el que las situaciones se resuelven fácil y eficazmente.
Me gusta mucho la transformación que sufren los personajes a partir de un hecho clave y como el título en un momento determinado, es capaz de definir toda la película, como si se tratara de la regla básica del suspense, de avisarte del asesino en la primera escena.
Toda esta verdad no hubiera sido posible sin sus actores protagonistas, Juan Sanz y sobre todo Marián Álvarez, recae en ella casi todo el peso de la película, llena toda la pantalla y se come a la cámara en cada plano. Estamos ante un animal cinemátografico.
Habrá que seguir de cerca los futuros trabajos de Roser Aguilar, porque creo que se va a unir al carro de ese grupo de mujeres encabezadas por Iciar Bollaín, que hacen el mejor cine de este país.

La película se deja ver. En plena guerra civil, un joven cura estrena parroquia en un pueblo de Navarra y lleva el evangelio hasta las últimas consecuencias, esto es, estar al lado de los más débiles, sin mirar la clase social ni el color político. El problema es que tiene un cierto maniqueísmo que hace que los buenos sean muy buenos y los malos malísimos. Unax Ugalde interpreta con mucha fuerza un personaje lleno de verdad.
Y yo me pregunto porqué en el cine español todos los protagonistas tienen que ser guapos.

Lo único que queda claro de esta película es que los personajes saben decir "joder", "tío" y "puto..." Quiere retratar una época con la estética del videoclip y no cuenta nada, una historia no se cuenta a base de sacar elementos que identifiquen una época, lo primero es tener una historia que contar y luego ambientarla. Supongo que la historia central es diferenciar a los frustados skinheads racistas y los skinheads pacíficos con una música y una manera de vestir como filosofía de vida, pero los diálogos de estos cabezas huecas no dan para mucho y todo lo demás como la guerra de las Malvinas, la sra. Tatcher y el niño protagonista que tan bien se integra en la banda, están metidos con calzador.

Siendo el protagonista de esta película "El Langui", líder del grupo La Excepción, te imaginas una historia con mucha música hip hop, pero el único hip hop presente es la película en sí. Con una primera escena impactante, nos deja claro por donde va a ir la historia, una persona minusválida y su afán de superación y lucha ante todas las adversidades que se le van presentando, propias de su discapacidad y de su entorno, para montar su propio estudio de grabación. El mundo en que se mueve son barriadas en el cinturón de una gran ciudad donde conviven todas las etnias entre drogas, trapicheo y mercadillo.

Nuestro protagonista, sobrado de humanidad y tesón, no sólo tiene que tirar del carro por sacar su proyecto adelante dentro de un mundo hostil, sino que también tiene que luchar contra sus amigos y familia faltos de motivación y llenos de negrura, soledad y desesperanza.

Con una estética fea perfecta para el entorno de la película, el director novel Santiago A. Zannou se mueve con soltura por los bajos fondos y el resultado es un relato muy creíble a pesar de tener altibajos a la hora de resolver alguna escena, menos mal que para ese momento ya te has olvidado de la mecánica del relato, porque nuestro protagonista te tiene atrapado, te mueves con él y quieres ayudarle desde la butaca. Juan Manuel Montilla "El Langui" se interpreta a sí mismo y lo hace con contundencia, haciendo grande este relato hip hopero.

Terribly happy es un western con humor macabro en la dinamarca profunda, con una fauna de personajes corruptos perfectamente dibujados, una rubia seductora que te puede arruinar la vida y un policia que busca un destino en un pueblo tranquilo para huir de su vida tortuosa y se llena de barro desde el primer momento.
Un buen guión, una buena puesta en escena con unos fundidos que lo cuentan todo y una música rompedora, hacen que estemos ante una gran película heredera del cine de los Coen, David Lynch o Hal Hartley.
Para mí también es la mejor película que hemos visto en la Seminci 2008.
Espero que alguien se anime a distribuirla en España.