Siempre resultan fascinantes los documentales sobre hechos tan dramáticos como la WWI. Excesivamente sesgado bajo el British point of view. En lugar de la WWI parece que fue la guerra angloalemana de la primera mitad del S.XX, pero merece la pena verlo sólo por el hecho de poder apreciar los colores de los distintos uniformes, aunque ya cansan un poco los análisis de estos hechos siempre bajo la perspectiva de buenos (ingleses y americanos) contra malos (alemanes). Esta aproximación a la Historia reciente, desde un punto de vista etnocentrista y superficial, es demasiado frecuente y creo que en el S. XXI ya no se debería contar la Historia de una forma tan simplista.

Aún así, el documental es muy interesante y altamente recomendable por el material gráfico presentado.

Estrenada 3 años antes que Taxi driver, parece que Scorsese busca un resultado que aún no acaba de llegar, aunque vemos ya elementos que estarán presentes en muchas otras de sus legendarias pelis.

Aquí la trama se pierde un poco en un sinfín de escenas del caos que reina en los suburbios, pero la peli queda como inconclusa porque el director no ha querido ir más allá de un mero retrato costumbrista de la atmósfera de los bajos fondos sin profundizar demasiado ni en los personajes ni en el relato.

Jeffrey Hunter está aquí espectacular. Desde Rey de Reyes en 1961 es imposible pensar en la figura de Jesús de Nazaret y no ver a Jeffrey Hunter. Quizás sea ese el principal mérito de la película, junto con la mítica escena del baile de Salomé en la que le pide la cabeza de San Juan Bautista. Ha sido el Jesús más carismático de todos, probablemente por el atractivo natural de Hunter, que era un tipo muy apuesto. En cuanto a la historia, se toma alguna que otra licencia, sobre todo en el relato de la parte final, con un Barrabás ultra belicoso, un Pilatos que aquí aparece como el principal causante de la ejecución de Jesús. Es un tema que continúa siendo motivo de polémica y debate entre los expertos hoy en día, si fueron realmente los romanos quienes lo ejecutaron por sedicioso, no habiendo intervenido para nada los judíos de la época en ello. Aquí se apoya esta versión que es la que parece más plausible.

Además de esto la película tiene otras curiosidades interesantes como la interpretación de una jovencísima Carmen Sevilla en el papel de María Magdalena. Para las escasísimas palabras que suelta la buena de Carmen, su dicción debía resultar tan graciosa que fue doblada tanto en inglés como en español.
Otra curiosidad de esta película rodada en España, es que podemos ver muy brevemente la primera aparición en pantalla de nuestro queridísimo Paul Naschy (Jacinto Molina) en la que aparece como uno de los sirvientes de Herodes. Fue su primer trabajo como extra y lógicamente su nombre no aparece en los títulos de crédito.

A Nicholas Ray le debió gustar mucho España, porque apenas 2 años más tarde repetiría lugar de rodaje de otra superproducción mítica.. 55 días en Pekín.

Película sobre un personaje de moral disipada, un tanto decadente, reconvertido en espía para esquivar la cárcel, genialmente interpretado por Michael Caine, un auténtico mito de la gran pantalla.

Y es que es precisamente ese realismo y autenticidad que le da Caine al personaje, con el añadido de numerosas escenas cotidianas maravillosamente filmadas, con primeros planos increíbles, con cámara ascendente o descendente, en ese Londres de los 60, lo que hace que sientas inmediatamente que estás viendo un peli muy especial, diferente, auténtica. La escena de Palmer (Caine) discutiendo una operación secreta con su superior en un supermercado, ambos con el carrito de la compra en sus manos, es tan insólita como verosímil, sencillamente genial. La trama va complicándose sin prisa pero sin pausa, con un final trepidante.

Una auténtica joya de los 60.

En esta película Paul Naschy nos lleva con su Hombre Lobo hasta el Lejano Oriente, mezclando brujería, licantropía,magia, hechicería, gore, y alguna que otra japonesita en bolas, el popurrí típico de las pelis de Naschy que hará como siempre las delicias de los fans “naschyanos” y el cine fantástico made in Spain (en este caso Japón), cuyo principal aliciente además de Naschy es Shigeru Amachi, actor japonés consagrado de los 60 y 70.

Hay una diferencia tremenda entre las escenas de lucha interpretadas por Shigeru con gran realismo, y las interpretadas por Naschy como Hombre Lobo, que en ocasiones parece más un baile que una lucha encarnizada entre un monstruo y varios samurais.

Hay que tener en cuenta que si no eres “naschyano” la peli te puede resultar un tanto chorra o aburrida, puesto que no está a la altura de sus otras pelis rodadas en España, dirigidas o interpretadas por él.

Naschy tenía clubs de fans en varios países como USA, Alemania o Japón, donde tuvo un reconocimiento muy superior al que obtuvo en su propia casa y de ahí que llevase hasta el Lejano Oriente al heredero de su mítico personaje Valdemar Daninsky, siendo ésta su última aparición a pesar de dejar un final abierto.. por si las moscas (se me ocurre hacer otra peli).