La verdad es que no se que se le pasó por la cabeza a Adam Sandler a la hora de embarcarse en este proyecto, ya que aunque pese a que no es un actor que se prodigue en grandes películas y se encuentre encasillado en la comedia barata, poseé una especie de caché que le posibilita mantenerse alejado ante films de tal factura. Y es que la película en cuestión es un sin fín de absurdos gags, carentes de gracia alguna y unidos sin mucha lógica, más propios de una película de serie B, en donde muchos inexpertos guionistas sin medios practican en busca de una oportunidad, aunque este no sea el caso.

Wise no se complicó la vida con este western ambientado durante guerra civil de los americanos en donde confederados y unionistas se ven obligados a colaborar bajo la amenaza común de los nativos americanos. Wise mima la acción, con detallados asaltos, tanto a diligencias como al fuerte, a la vez que no se olvida de la tan recurrida historia de amor, potenciada por la presencia de la morena Linda Darnell. Western, por lo tanto sobrio, que sin tener un gran nombre consigue entretener.

A pesar del esfuerzo de los animadores de 3D, con personajes muy logrados, y que es bastante fiel a la trilogía moderna, el film no acaba de encajar del todo en el universo de "Star Wars". Un tratamiento inusualmente infantil, una pobre banda sonora y una trama más propia de un capítulo de media hora que de una película de hora y media echan al traste cualquier esfuerzo de equiparar la película a las del resto de la saga, resultando evidente que es un producto más dentro del inmenso merchadising de George Lucas, cuyo único fin es recaudar más y más dinero.

George Clooney se confirma tras la cámara, demostrándo que es más que una cara guapa dentro del engranaje cinematográfico americano. Si hace poco se decidió por una drama más oscuro ("Buenos días y buena suerte"), Clooney ahora se lanza a la comedia, en donde se ve una gran influencia por parte de las comedias de los Cohen (sobre todo de O Brother!, protagonizada precisamente por Clooney), esta quizá perfeccionista comparación provoca que la nota de corte de su película no figure un poco más alta, pese a que la película recoge muy bien el espíritu norteamericano de los años veinte, poseé una muy buena ambientación, la pareja protagonista raya a buen nivel y además entretiene... pero los Coen son los Coen.

Menzel regresa con maestría después de muchos años sin dirigir con un melodrama que en ciertos aspectos recuerda a la aclamada película de Begnini "La vida es Bella", no solo por estar ambientada en la Segunda Guerra Mundial (en este caso en la Checoslovaquia ocupada), sino por ese tratamiento cómico y satírico que ofrece de una situación tan devastadora como fue la expansión de régimen nazi. Realmente la película resulta una grata y agradable sorpresa para los tiempos que corren llenos de películas vacías que muchas veces ni entretienen.