Barbra Streisand dirigió esta notable historia de crisis matrimoniales, nuevos amores, abusos psíquicos y sexuales en donde la única liberación es afrontar las heridas del alma.
Mareas de sucesos completan un guión agridulce. Interpretaciones que arrancarán las lágrimas a más de uno hacia su desenlace.
Preciosa.

Con la boca abierta puede quedar el espectador al visionar este inquietante relato de la mano de Bill Paxton. Fuerza narrativa, actuaciones de calidad y todas las sensaciones que se experimentan en el cine de terror, hacen de esta película una obra de auténtico miedo.

No se fíe de las apariencias o estará perdido.

Viendo un día una noticia de hace años donde decía que otra de las candidatas para interpretar La loba de William Wyler había sido la actriz Tallulah Bankhead. Me dije a mi mismo, si esta mujer aspiraba para ese papel tiene que parecerse a mi actriz favorita Bette Davis, y la verdad es que al visionar La zarina, lo comprendí. Desparpajo al actuar inquieto y nervioso y un gesto en la cara de dureza melancólica. Sinónimos que definen muy bien a la dama por excelencia de la historia del cine.
En esta obra Tallulah lleva todo el peso del guión, historia en un momento de amoríos de la reina Catalina la grande.

Es una buena historia basada en un hecho real.
Pero qué pena que no llegue a ser la gran película que podía haber sido.
Algunos de los intérpretes más importantes de la obra no son creíbles.
La vocalización es nefasta.
La parte técnica es insuficiente.
La banda sonora algo mediocre sobre todo en calidad de sonido.
Mal ecualizada; durante los diálogos hay música con demasiado volumen.
Aun así, el personaje principal tiene poder para que aguantemos estas carencias y hacia el final nos emocionemos.

En esta divertida película de líos, sarcasmos y humor negro. La gran Bette Davis pasa a ser una actriz de reparto.
Es maravilloso como con diálogos ingeniosos, buenas actuaciones y desarrollándose todo el metraje dentro de una casa, podemos disfrutar de un rato tan entretenido.