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España España · Illescas
Críticas de BiShOp
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
8
12 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué implica ser profesor? ¿La enseñanza se reduce a la hora que estás en el aula? ¿A partir de ahí puede hacer uno lo que quiera? ¿El modo de vida que llevamos influye en nuestras acciones y,lo que es más importante, en nuestros alumnos? Muchas son las preguntas que puede generar esta película, más allá de que sea una historia de seres humanos y sus relaciones.

Ryan Gosling lo clava como profesor que se pasa colocado medio día y que entabla una relación con una alumna a la que intenta alejar de los turbios negocios del amigo de su hermano. Y ahí llega la pregunta: ¿puede un profesor que fuma crack y esnifa cocaína decirle a una alumna cuál es el camino adecuado a seguir?

Me encanta como plasman la soledad del personaje de Gosling, y como el único escape a esa soledad es colocarse y tener relaciones esporádicas que no le llenan. La interpretación es buenísima, mejor que la de Whitaker en "El último rey de Escocia", y llena de matices.

Y otro punto a favor de la película son los silencios. Muchas veces dicen más las miradas y los silencios que una parrafada.

Una agradable sorpresa.
BiShOp
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6
8 de febrero de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras unos inicios en los que su carrera profesional parecía enfocada al cine de terror, con títulos como La casa de cera (2005), el director español Jaume Collet-Serra (Barcelona, 1974), parece haber encontrado en el thriller de acción y suspense el género en el que mejor se desenvuelve y con el que se está labrando una trayectoria a tener en cuenta en el panorama cinematográfico estadounidense. En su nueva película, "El pasajero", además vuelve a contar con el que se está convirtiendo en su actor fetiche, Liam Neeson (Ballymena, 1952), que desde que protagonizara Venganza (2008), parece haberse anclado en un tipo concreto de personaje a la hora de interpretar, algo que de momento parece que le funciona. En esta ocasión interpreta a un vendedor de seguros que es despedido y se encuentra en su viaje diario en tren con una misteriosa mujer que le hace una enigmática propuesta con la que puede ganar 100.000 dólares.El resultado es una película en la que, como el tren en el que se desarrolla, la trama arranca lentamente, dosificando el suspense poco a poco, para coger velocidad en forma de un par de escenas de acción, preludio del ritmo vertiginoso que desencadenará en un final explosivo (y algo inverosímil, seamos sinceros). Veamos si merece la pena pagar el billete para embarcarnos en este viaje.

A Collet-Serra hay que agradecerle su sinceridad cinematográfica en sus propuestas. Aunque trabaje con temas mil veces vistos, no engaña, no marea a la audiencia, ofrece divertimentos puros y duros, y eso es "El pasajero", una cinta que busca la complicidad del espectador durante hora y media, que ha de ser consciente de lo que se va a encontrar. Obviando la poca consistencia del guión, debemos detenernos en el estilismo y saber hacer en la dirección que Collet-Serra ya ha demostrado en sus anteriores cintas. Al igual que en Non-Stop (Sin escalas) (2014), que comparte con esta director y actor protagonista, el escenario vuelve a ser asfixiante, cambiando un avión por un tren. La cosa empieza pausada, y tras la consabida presentación de personajes (brillante la de Michael, con un montaje que nos muestra su rutina diaria de una manera atemporal), abordamos un primer acto en el que prima el suspense, incluso pudiendo apreciar remininiscencias "hitchcockianas", como en el encuentro del personaje interpretado por Neeson con la intrigante mujer que le realiza la descabellada propuesta. Todo ello sienta las bases de lo que sucede a continuación, un tramo en el que la acción se adueña de la pantalla, sabedor el director de que el factor sorpresa ya se ha diluido y que debe transitar por otros derroteros. Y aquí el realizador tiene las de ganar, ya que se muestra como un consumado especialista de las "set-pieces" de acción, con una dirección muy dinámica y con la inclusión de planos arriesgados que están muy bien llevados, aunque la era de automatismos cinematográficos que vivimos hace que dichas escenas no estén exentas de cierta inverosimilutud inducida en aras del espectáculo, pero realmente es algo que no da exactamente igual.

Liam Neeson tiene pinta de ser un tipo simpático, vamos, del tipo de persona con la que te podrías ir de cañas sin conocerla. Es por eso que estos papeles le sientan como un guante, ya que encarna a la perfección al hombre corriente desbordado por las circunstancias, por lo que no debemos hacer demasiados esfuerzos para identificarnos con él. Breve, pero intenso, es el papel de Vera Farmiga (Clifton, 1973), "femme fatale" y factor desencadenante de la odisea del protagonista. Farmiga es una de mis actrices favoritas, teniendo en su haber la estupenda serie Bates Motel (2013-2017) y las dos peliculas de Expediente Warren. Se les une en el reparto una serie de caras más o menos conocidas, como Patrick Wilson (Norfolk, 1973), Sam Neill (Tyrone, 1947), Jonathan Banks (Washington, 1947) o la española Clara Lago (Madrid, 1990), en su primer papel en Hollywood.

En definitiva, una película de muy fácil digestión y que se olvida con facilidad, ideal para pasar un rato agradable en el cine si no somos demasiado exigentes. Positiva en el aspecto visual y en las escenas de acción, baja enteros si analizamos a fondo el guión o no tenemos la mente abierta hacía varias fantasmadas propias del género.
BiShOp
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8
12 de octubre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocer que Tim Burton (Burbank, 1958), está intentando salir poco a poco de esa UVI cinematográfica en la que se encuentra desde que dirigió Alicia en el país de las maravillas (2010), periodo de tiempo en el que también nos ofreció la horrorosa Sombras Tenebrosas (2012), momento en el que considero que el genial director tocó fondo creativamente hablando, llegando incluso a preguntarme si no estaría hastiado de la dirección, sin ganas por continuar en la brecha. Parecía mentira que al creador de auténticas maravillas como Big Fish (2003), Ed Wood (1994) o Eduardo Manostijeras (1990) le fallara el pulso de esa manera a la hora de traernos nuevas historias. Pero a alguien con esa capacidad de inventiva y que ha sido capaz de hipnotizarnos película tras película no puede haber agotado su crédito tan pronto, nos negamos a creer tal hecatombe cinematográfica. Es por ello que podemos afirmar que la película que nos ocupa no supone una vuelta completa a sus orígenes, pero da señales claras de un intento de normalizar las constantes vitales del universo creativo del director.

Es complicado establecer con exactitud el momento en el que Tim Burton dio una vuelta de timón a su manera de entender el cine, el momento en el que sus creaciones dejaron de lado la poesía contada a través imágenes, las historias que dejaban huella...Tal vez no encontraba el material adecuado para volver a ser él mismo, o tal vez, como he comentado antes, se encontraba perdido en un laberinto de autocomplacencia resultado de años y años de éxitos, en el que sacrificaba el tempo narrativo por una imaginería visual (apabullante, eso sí) sin ningún tipo de alma. Burton ha encontrado en el libro de Ransom Riggs, plasmado en el guión de Jane Goldman, el caldo de cultivo ideal para reconciliarse con el estilo que tanto le ha dado y, de paso, demostrar a la audiencia que le queda mucho cine dentro. Aunque no se pueden lanzar las campanas al vuelo por completo, puesto que la nueva cinta del director vuelve a mostrar algunas de las lagunas que han lastrado su carrera en los últimos tiempos. Durante la primera mitad de la cinta, con la presentación de los personajes que pueblan el peculiar orfanato, encontramos a un Burton en su salsa, asistiendo en algunos momentos a velados homenajes a otras películas de su filmografía y conformando escenas tan bellas como góticas. Pero llega un momento en el que Burton recurre a de nuevo a sus antiguos vicios, sustituyendo la templanza narrativa por espectáculo mal entendido, y lo que hasta ese momento había sido una relación idílica con el espectador se convierte en un intento atropellado de acabar la cita cuanto antes.

En esta ocasión, Burton no cuenta con su actor fetiche, ese que le ha acompañado en infinidad de proyectos, Johnny Depp. Pero da igual, porque tenemos a Eva Green, una de las mejores actrices de su generación, tal y como ha demostrado en la serie de televisión Penny Dreadful (2014-2016), y que carga con el peso de la interpretación durante buena parte del metraje, que se resiente en los momentos en los que ella no está, aunque hay que reconocer que las interpretaciones de los niños son bastante buenas, en especial las de Asa Butterfield, que si sabe elegir bien sus papeles puede hacer una buena carrera en el cine, y Ella Purnell, como Emma Bloom. Terence Stamp tiene un breve pero decisivo papel, mientras que Samuel L. Jackson hace de villano de la función, rondando entre lo histriónico y lo terrorífico.

En definitiva, una cinta muy entretenida en la que observamos destellos tanto del mejor Burton, el de los primeros años, plasmados en escenas con un alto contenido poético, como del peor, ese que abusa del CGI (arma de doble filo, brillante en ocasiones, cantoso en otras) y termina agotando al espectador. El pulso narrativo se resiente en ocasiones, con un montaje acelerado en el que vemos cambios bruscos entre escenas, además de personajes muy poco aprovechados, como el de Judi Dench. Aún así, vuelvo a repetir que Burton está en el buen camino, pero mucho me temo que no le volveremos a ver en toda su plenitud creativa.
BiShOp
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8
17 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrazarse a la persona que tienes a tu lado en la butaca del cine, asomarse a todas las esquinas, encender las luces de las habitaciones de casa antes de entrar...¿Quién no ha hecho alguna de estas cosas después de ver una película de terror? Y es que, aunque nos cueste reconocerlo, disfrutamos con el miedo en una sala de cine, disfrutamos de esa sensación innata y primitiva que nos atenaza. Y James Wan, director de Expediente Warren: El caso Enfield (2016), lo sabe, y explota todos los mecanismos a su disposición para que la experiencia de ver una de sus películas, sea, cuanto menos, inquietante. Desde que en 2004 se diera a conocer con Saw, James Wan se ha hecho (merecidamente), con un hueco importante entre aquellos directores que se dedican a poblar nuestras pesadillas de fantasmas, demonios y demás seres terroríficos...Hace 3 años, Wan nos ofrecía un estupendo ejercicio de terror con Expediente Warren: The Conjuring (2013), que le hizo alcanzar su cénit como realizador, poniendo de acuerdo a crítica y público, algo que generalmente es bastante complicado. ¿Conseguirá la secuela de aquél éxito lo mismo? Está en vuestra mano valorarlo.

La trama es muy simple. Ed y Lorraine Warren conforman un matrimonio dedicado a investigar sucesos paranormales, y en esta ocasión son requeridos para ayudar a una familia inglesa aterrada por una serie de fenómenos inexplicables que se están produciendo en su hogar. A partir de esta premisa, Wan construye dos historias paralelas que están condenadas a encontrarse y proporcionarnos un acto final sublime. James Wan se las sabe todas, se nota que es un fan de las películas de terror y utiliza todos los medios a su alcance para aterrorizarnos. Y ahí reside la grandeza de este director, ya que por un lado es capaz de crear una atmósfera insana que nos va atrapando poco a poco y que nos deja una sensación de terror que se mete en nuestros huesos, pero por otro maneja perfectamente los mecanismos del susto inesperado (para mis gusto,abusando demasiado de una subida de volumen no apta para oídos sensibles), por lo que el visionado de esta película se puede asemejar a una montaña rusa, en la que sabes que viene la bajada pero aún así te acabas asustando.

Para potenciar el aspecto terrorífico, el uso de la cámara es sublime, especialmente en la parte que se desarrolla en Inglaterra, consiguiendo que la casa en la que se desarrollan los hechos se convierta en un personaje más. Sé que es un recurso que utilizo muchas veces, pero me tenéis que creer si os digo que la casa tiene vida propia. Y lo demás es lo habitual en las películas de Wan: presencias demoníacas, sustos a la vuelta de la esquina, y, sobretodo, un final apoteósico, con una fuerza tremenda a nivel técnico, interpretativo y narrativo...

Es evidente que todo el festival que nos tiene reservado el director no serviría de nada si las interpretaciones no estuvieran a la altura. Patrick Wilson y Vera Farmiga vuelven a hacer gala de esa química que desprendían en la primera película y vuelven a encarnar notablemente al matrimonio Warren, encargado de luchar contra espíritus y otros seres malignos. Frances O´Connor está muy bien como la madre aterrorizada por lo que está sucediendo en su casa, mientras que de los cuatros niños protagonistas destacaría a Madison Wolfe, que encarna a Janet Hodgson, con un papel importante en la trama y que es el objetivo principal de la mayor parte de fenómenos paranormales que se desarrollan en la cinta. Las grandes interpretaciones permiten crear con el espectador una complicidad que provoca que sufras con los personajes, que se desarrolle una empatía natural.

En definitiva, una gran cinta de terror, apoyada en una primera hora absolutamente fantástica y en la maestría de un director que ya no tiene nada que demostrar y que se ha hecho merecidamente con un puesto de honor en lo que al género de terror se refiere. La película nos deja unos cuantos momentos para el recuerdo, que no reproduciré aquí para que la sorpresa (y el terror, todo sea dicho) sea más efectiva.Como aspectos negativos, únicamente resaltaría el abuso de los sustos apoyados en una subida de volumen, ya que la duración de la cinta no me ha parecido excesiva, ya que son dos horas que pasan muy deprisa y que nos tienen clavados en la butaca. Espero con impaciencia la tercera parte.

8/10
BiShOp
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9
4 de enero de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eastwood lo ha vuelto a hacer. Todavía estoy digiriendo la maravilla de película que tuve la oportunidad de ver ayer. Es increíble como este hombre es capaz de poner mis sentimientos a flor de piel con cada una de sus últimas películas. Si este hombre todavía no es un maestro poco le falta.

Dos horas y cuarto de sufrimiento, sufres con esa madre desconsolada pero luchadora, que no se rinde. La escena del interrogatorio me dejó clavado a la butaca, casi sin respiración. La película parece lenta, pero nada más lejos de la realidad, ya que Eastwood consigue que el interés no se pierda nunca. Y todo con un clasicismo desbordante, como es habitual en él.

Los detalles, ambientación, vestuario etc...está muy cuidado. La BSO me pareció algo cansina por momentos, recurriendo siempre a la misma melodía.

El elenco de actores es impresionante. Angelina se sale por los cuatro costados, clava el papel. John Malkovich está genial, los dos policías llegan a ser odiosos, y el poli del interrogatorio hace un papelón. Me ha gustado mucho en este sentido la película, la elección del casting ha sido excelente.

No sé qué más puedo decir, que cada segundo del metraje me hacía ver que estaba ante un peliculón, de esos que se quedan en la retina mucho tiempo.
BiShOp
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