Estúpida película sobre muchos temas que no dicen nada. Inconexos casi al cien por cien pretenden constituir un film vanguardista, deshinibido y real... como si el porno o la violencia no se hubieran mostrado ya así. A Clark le hubiera salido mejor unirse a Andrew Blake, porque ese sí que conjuga bien la fotografía con el sexo, o al menos tiene claro lo que de verdad quiere mostrar.

Por supuesto que a Tiffany Limos no le va a suceder como a Chlöe Sevigny por su interpretación en Kids (inicio de toda esta enmarañada propuesta de Larry Clark). Y tampoco el resto ayudan a mantener el mínimo interés que requiere esto del cine.

Fatídica vida la que aguarda a estos chicos... y a la de la película.

Ni si quiera el final consigue salvar lo que desde el principio se nos antoja como nefasto. Con ambigua estética en la fotografía y mermados efectos especiales no se consigue una cinta digna de recomendar a un público ya experto en semejantes experimentos cinematográficos.

La historia, pasada por una estética ora retro, ora vanguardista, por parte de los que en su mayoría son responsables del producto final, nos hace caer en la desdicha de pensar que estamos ante un "blade runner" modernista, aunque con suficiente falta de aclaración sobre el escenario donde se desarrolla la batalla para darnos cuenta, en poco tiempo, de que ni siquiera "starship troopers" cae en la fatalidad de explicarnos las cosas a medias, lo cual resulta insultante cuando el contenido alcanza los 95 minutos escasos.

Sólo Gary Fleder sabe por qué con tan embarullado departamento de defensa, todavía los terrícolas seguimos viendo, ya no el cielo azul que nos simula en una escena eclesiástica, sino la cúpula de protección contra los "Centauris", de los cuales sabemos tan poco que nos serán presentados en forma humanoide. Y sólo el director puede hacer aparecer a un grupo de muchísimos soldados que acorralan al villano que juega a ser héroe para, segundos después, ponernos en el escenario, como por arte de cine, una salida de emergencia para dicho personaje.

Si la producción hubiera puesto más recursos y menos prisas, seguramente los paralelismos con otras realizaciones, aunque existentes, hubieran tenido la calidad que una obra de Dick se merece.

Mucho más, aunque poco aclaratorio, se puede decir de una cinta que adolece de dirección y de esfuerzo por parte los actores que encarnan a los desdibujados personajes, con un Sinise ingenuo a lo Mel Gibson, un D´onofrio despistado a lo Judge Reinhold, y una Madeleine Stowe compasiva a lo Madeleine Stowe, calcando su desorientado papel de "12 monos".

Escaso resultado para un guión que mas valdría la pena reconsiderar.

Suspenso general para una película con un guión sobrado, inteligente y aplastante, como el personaje principal que se encarga de desarrollar gran parte de él.

Sin embargo, los elementos restantes de la película no acompañan; con un arranque visual que recuerda al Snatch de Ritchie, Reitman se olvida pronto y apuesta por un desarrollo lineal donde el guión sea el protagonista. Y consigue que nos obnubile y perdamos de vista que en el film trabaja más gente aparte del poco conocido Eckhart, del cual tampoco conocemos mucho excepto que es el mejor en su trabajo.

No imagino un Larry Flynt sin sexo y tampoco esta cinta sin tabaco, y sin embargo tengo que mirar el cartel para ver cómo son los estupendos cigarrillos de los que nos hablan.

Comedia con ciertos golpes de humor pero escasa en su conjunto.