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España España · Badajoz
Críticas de beyoto
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
10
10 de septiembre de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un lunes de enero de 1979 Brenda Ann Spencer, una adolescente de dieciséis años, protagonizó un tiroteo contra un colegio estadounidense en el que ocho niños y un oficial de policía resultaron heridos y en el que asesinó al conserje del colegio y a su director. Cuando fue detenida e interrogada por el motivo de su acción criminal ella se encogió de hombros y respondió "no me gustan los lunes, lo hice para divertirme, para animarme el día, no tengo ninguna razón más".
En un episodio de la primera temporada de esta serie de tv, soberbio como todos, suena al final del mismo "I don't like Mondays", el famoso hit que The Boomtown Rats popularizó el verano de ese mismo año; la canción, escrita por Bob Geldof, fue inspirada por este acto y el mismo Geldof explicó cómo surgió la inspiración, "era un acto sin sentido, un acto sin sentido perfecto y esa era la razón sin sentido perfecta para hacerlo".
Sobre Mindhunter ya se ha dicho, creo yo, todo, la mayoría de los críticos y espectadores la alaban, aunque hay también un número reducido de ellos que no comparte ese entusiasmo (una de las críticas que se repite sobre la serie es que es "lenta" y esto es algo que me resulta incomprensible pero en la variedad está el gusto), yo me encuentro entre los espectadores que forman el primer grupo.
Me acerqué a la serie con precaución por lo escabroso de su trama, asesinos en serie y sus abismos psicológicos internos que los motivaron a convertirse en monstruos, pero ya desde los primeros minutos en el primer episodio intuí que estaba frente a una obra mayor, un producto cinematográfico (¿o televisivo?) de gran calidad, donde la excelencia en su realización era, al menos para mí, su principal pero no única virtud.
Como comenté antes, de Mindhunter ya se ha dicho todo pero no está de más repetir y recordar aquello que la hace única y la convierte en una obra maestra, aunque ya haya sido señalado hasta la saciedad.
Para empezar está bien saber que la historia está basada en un libro "Mindhunter: cazador de mentes" en el que se recrean las visitas que dos agentes del FBI realizaron a algunos de los mayores asesinos de su época, con cuestionarios pautados con una doctora psiquiatra dentro de una investigación sobre el comportamiento criminal.
Estamos en el año 1977, la ambientación sin estridencias es sencillamente magistral, al igual que ocurría con otras obras de época como "Mad Men" o "The Deuce" todo en su dirección artística -decorados, vestuario, fotografía- es de una gran exquisitez.
Añadamos una dirección en la línea de David Fincher ("Seven") que con unos guiones inteligentes y sugestivos y con diálogos extraordinarios interpretados por unos actores en estado de gracia (sobrecogen las composiciones tan realistas y verosímiles de los personajes, en especial las de los criminales entre rejas) consiguen, con un tono sobrio y una narrativa que no da concesiones al espectador, que asistamos fascinados al horror absoluto de unos personajes complejos, más allá del bien y del mal, que nos hacen cuestionarnos los resortes últimos de la naturaleza humana y sus comportamientos.
"Mindhunter" es una serie inquietante y de una belleza anómala y heterodoxa, quizá por eso me resulte tan fascinante y quizá también por eso ese desasosiego que acompaña en su visionado y disfrute. Quizá no sea una serie apta para todos los públicos pero sin duda es una de las mejores, si no la mejor de las que se pueden ver en estos tiempos de abundancia de títulos en plataformas digitales que parecen competir entre ellas por sus niveles de audiencia y de suscriptores antes que por la calidad de sus productos, muy recomendable.
beyoto
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6
6 de septiembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laura Antonelli fue, y siempre representará para mí, mi despertar sexual. Al final de mi infancia, justo en ese momento en el que empieza titubeante la adolescencia y sus poluciones nocturnas -o a cualquier hora, ver sus películas, especialmente esta y Malizia, era un ejercicio erótico de altísimo voltaje. Claro está que yo con apenas diez años no habría podido acceder a la sala de cine en la que se proyectaban de no haber sido porque íbamos toda la familia, mis padres, hermanos, tíos y primos, las tardes de domingo y en un cine de pueblo, en Esparreguera, Barcelona para más señas, donde el control del acceso de menores acompañados a este tipo de títulos no era ni mucho menos riguroso; otra cosa distinta era la reacción de mi padre, que en alguna ocasión hasta nos hizo salir del cine completamente indignado ante el espectáculo que estábamos presenciando, así ocurrió con Malizia cuya escena final apenas si pude ver completa.
"Dios mío, cómo he caído tan bajo" no está a la altura artística de Malizia pero yo la considero una de mis películas más queridas solo porque en ella luce y deslumbra una espectacular Laura Antonelli, mezcla de dulzura y sexo, de la que me enamoré perdidamente y que protagonizó mis sueños húmedos durante aquellos años de despertar sexual. La película es algo zafia y grosera, con momentos de dudoso humor pero contiene algunas de las escenas eróticas más ardientes que yo he visto nunca en el cine, mención especial al vestuario, la fotografía, la música y ese guiño a David Hamilton cerca del final de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
beyoto
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