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Críticas de Uno de los vuestros
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
6
3 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un deportivo de lujo da vueltas a un circuito circular en un paraje desértico californiano apareciendo y desapareciendo del plano fijo de la cámara durante un par de minutos. Este es el arranque de Somewhere, la última película de Sofía Coppola.

Cuando han pasado cuarenta minutos ves que nada a cambiado; el deportivo de lujo es ahora un actor guapo, admirado, deseado y exitoso; y el circuito circular son las insustanciales y monótonas veinticuatro horas del día del protagonista de la historia, día tras día. Nada parece romper esa reiteración plomiza hasta la llegada de la hija de éste, pero tan sólo es un espejismo. De nuevo su vida transcurre en círculos sin principio ni fin, sin rumbo ni destino, buscándose continuamente sin encontrar nada que justifique su vida vacía.

La directora introduce la cámara en la cotidianeidad del protagonista con la intención de transmitir al espectador el mundo anodino y vano de Johnny Marco, y desde luego que lo consigue. Reveladoras del estado de animo Johnny son las secuencias en las que la estrella de Hollywood conduce su Ferrari sin rumbo por las carreteras de Los Ángeles; o esas otras, donde dos bailarinas gemelas de striptis montan su show diario a los pies de su cama hasta que concilia el sueño. El inconveniente de esta película, para mí, es que sientes que la historia que te está contando Sofía ya está muy vista y además no te emociona ni te hace sentir nada nuevo. Sofía Coppola ya narró algo parecido en Lost in Traslation contando la historia del hombre, vacío pese a su éxito profesional, perdido y en decadencia, cambiando el desierto Californiano por un desolador Tokyo.

La niña protagonista lo mejor de la película, aunque está manifiestamente mal doblada, y además su personaje también lo hemos visto “cienes y cienes” de veces en el cine; por ejemplo Tatum O’Neal.

Conclusión, mucho ruido y pocas nueces. Como me dijo un amigo a la salida del cine “yo creo que es un poco floja para el León de Oro…” Pues sí, tienes razón, yo creo que se merece más el Gatito de Plata…
Uno de los vuestros
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8
22 de octubre de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 31 de agosto, las piscinas públicas de Oslo se vacían anunciando el final de la temporada de baños y el inicio del frio que impregnará todo ciclo vital hasta el siguiente verano. La gente abandona las heladas calles para recogerse en sus casas, se aleja de los espacios de ocio a la intemperie y se traslada a lugares oscuros y claustrofóbicos, los desplazamientos del trabajo a casa se hace con la urgencia necesaria para huir del hostil y largo invierno, viven encerrados en sí mismo contagiados del gélido ambiente.
El 31 de agosto, el joven Anders, que abandona el día de antes un centro de desintoxicación y rehabilitación, se traslada a la ciudad para una entrevista de trabajo. Deambula de nuevo por el tortuoso y salvaje camino de la desesperación, la oscuridad, la soledad, la miseria, la distancia y el desamor, como el negro espacio invernal que ya advertía el fin de la temporada estival en Oslo. En una continua busca de sí mismo y de los motivos de su desoladora desilusión, el protagonista camina por las calles de Oslo, enfrentado a sus pesadillas, intentando responder las preguntas que le torturan de las que no encuentra respuesta en sus amigos y conocidos.
Oslo, 31. August. es la segunda película (Reprise, 2006) de Joachim Trier primo lejano del director danés Lars Von Trier. Ganó los premios a la Mejor Película y Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Estocolmo del 2011.Fue presentada en la terna de candidatas junto a Sons of Norway (Jens Lien , 2011) and Happy, Happy (Anne Sewitsky, 2011) a los Oscar por Noruega en el año 2011. Participo en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes del mismo año y fue nominada a los premios Cesar de la Académia del Cine Francés del mismo año a la mejor película extranjera.
Uno de los vuestros
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9
3 de octubre de 2011
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Bellísima película de Terrence Malick. Desde Malas tierras hasta El árbol de la vida, el director Tejano nunca a renunciado a mostrarnos su amor por la naturaleza y por descubrirnos el alma de sus personajes.

En El árbol de la vida, Malick va mas allá. Plantea cuestiones filosóficas básicas como el impulso vital e inmediato de vivir de modo espontáneo y sin necesidad de racionalizar la vida, encarnado en la madre de los niños (todo amor) frente al que representa el padre marcado por el orden, la ambición, el sacrificio, el esfuerzo, ... el de las “heridas”. “Nos enseñaron que nadie que amara el camino de lo divino acabaría mal”… pero no es cierto, continuamente los personajes protagonistas, con mayor o menor convicción o fuerza, se van planteando preguntas y respuestas respecto al camino a elegir en la vida; que rama del árbol de la vida elegir, “la de lo divino o la de la naturaleza”.

Además, Malick no sólo cuenta historias con unas imágenes admirables, también las acompaña de una hermosa música. La película está narrada, de principio a fin (casi dos horas y media), en una sucesión continua de planos breves, de los que no sobra ninguno (admirable el montaje). El Director, impregna su sello personal en la dirección de la cinta. Se atreve a mezclar con acierto, secuencias de la infancia, niñez y preadolescencia de unos niños en el seno de una familia conservadora de no tan sólidos principios cristianos, con imágenes del génesis del Universo, como una parte más del árbol de la vida, para terminar con unas inquietantes representaciones oníricas del niño-adulto en su introversión sobre el sentido de la vida y el fracaso de su éxito.

En fin, una maravilla que no hay que perderse, aunque no apta para todos los públicos.
Uno de los vuestros
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7
21 de febrero de 2009
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Como dos púgiles de boxeo, aunque de diferentes pesos, Nixon y Frost, con sus respectivos equipos de preparadores, técnicos, relaciones públicas, etc. pactan una pelea a cuatro asaltos, con una gran bolsa para ambos, donde nunca puede haber combate nulo.
No estoy alucinando ni he visto otra película, en realidad “Desafío: Frost contra Nixon” muestra una entrevista como si se tratara de un combate de boxeo; desde los cruces de miradas, gestos, intercambios de frases para desestabilizar al rival antes de “subir al cuadrilátero”, hasta el final de la misma, cuando desde el rincón de uno de los púgiles al ver como se tambalea “tiran la toalla” y se da el combate por perdido.
Contemplamos un desafío interpretativo del que sale vencedor por KO Frank Langella frente Michaell Shenn, incluso por encima del nivel de la película. Simplemente magistral.
Mérito sin ninguna duda de su director, es la capacidad que tienen las imagenes que nos muestra para transmitir y mantener la tensión en el espectador, a modo de las tan cinematográficas partidas de poquer (ver la reciente My blueberry Nights de Wong Kar Wai), con primeros planos de objetos, de los protagonistas y de sus asesores, rostros sudorosos, nervios contenidos, ...
Sin embargo, la película se muestra un tanto superficial en la descripción de los personajes pues nunca llegar a bucear con profundidad en sus inquietantes personalidades, mostrando a dos rivales soberbios y engreídos pero también inseguros y débiles. Sin duda, en mi opinión, la mejor escena es la conversación de Nixon, ebrio, con David Frost, donde por un momento desnuda su alma acomplejada. También sorprende, al menos para los que desconocemos el mundo del periodismo televisivo, toda la parafernalia y coreografía que rodea a una entrevista de esa magnitud.
Uno de los vuestros
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8
8 de febrero de 2014
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en hechos reales, PLAY cuenta la historia de una pandilla de niños negros y pobres, que se sirven de los prejuicios sobre ellos para robar a niños blancos acomodados.

Partiendo de ese planteamiento, el director juega con los escrúpulos del público para aflorar nuestras miserias y hacernos pensar en la facilidad que tenemos para intercambiar nuestros roles sociales. La imagen estigmatizada del hombre negro a la hora de crear un sentimiento de amenaza, la conducta de los adultos blancos maltratando “por su bien” a niños inmigrantes, ya de por si doblemente vulnerables, nos genera una reflexión sobre: la pobreza, el miedo, la segregación, el odio y nuestras normas de convivencia. Ruben Östlund deja al espectador el posicionamiento moral hacia lo que sucede en pantalla.

Con su característico estilo distante de planos largos y fijos, te hace sentir un espectador curioso en todas las escenas, amplificando nuestra atención para observar todo lo que sucede en el plano, y relacionar a los personajes dentro del cuadro.

En definitiva una descripción de una sociedad de clases, en este caso la sueca, pero que podría ser cualquier otra, de unos suecos contra otros que intercambian los papeles. Quién roba a quien?, quién amenaza a quien?, quién extorsiona?, quién agrede?, quién mete miedo?… En definitiva, como ya he comentado antes, un permanente cambio de roles.
Uno de los vuestros
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