Tarantino tiene arte como para hacer que una historia tan desaborida como Kill Bill, le de para dos películas visualmente interesantes. Algunos le agradeceríamos que las hubiera dejado en una aunque para ello hubieran tenido que morir la mitad de ninjas. La banda sonora, como siempre, interesante.

Una película que se pasa el ritmo por el forro. Las secuencias empiezan diez segundos antes y se van diez segundos después. Algún momento mágico como el de Begnini contando la historia de us madre y los conejos, pero todo dentro de ritmo cansino.

Si no la hubiera visto a 2x a lo mejor la hubiera puntuado más bajo.

Se agradece, de todas maneras, una película original.

Imagino que si hubiera pillado esta película con diez o doce años me hubiera encantado. (Lo digo sin ironía).

No tengo ni idea, pero apostaría a que se trata de una de las películas favoritas de Tarantino. De hecho, la película recuerda a "Kill Bill". Eso sí, con la originalidad de llevar el lejano Oriente a los barrios de Estados Unidos.

Cada película tiene su público. La minoria a la que va destinada ésta, son las adolescentes que no acaban de encajar la discriminación que sufre la que se sale de la talla 42.