Thriller español pasable en donde un hombre, que pierde su trabajo, debe irse a vivir a otro lugar, teniendo que alquilar su costoso departamento. De pronto comienza a obsesionarse con la nueva familia e intenta participar cada vez mas activamente en su vida mientras se va olvidando de su verdadera esposa e hijo. No es mala,tampoco descollante, es un producto que uno olvida al poco de verla. Dentro de las actuaciones esta correcto Javier Gutierrez como el villano en cuestión (al que todo lo sale risiblemente bien) y como siempre mediocremente Mario Casas como el sufrido e ingenuo inquilino.

Con dos actores que dan la talla demostrando su capacidad ante las distintas situaciones que les toca vivir a lo largo del film se destacan la gran Helen Mirren y al mismo nivel Ian McKellen. La trama nos muestra a un estafador que conoce a una rica viuda la cual parece una presa fácil para este hombre que parece que nadie lo puede engañar. Así poco a poco veremos como se involucran los personajes provocando que el hombre se vaya enamorando de la dulce e inocente dama. Realmente se sostiene por las actuaciones, aunque el guión falla ya que lo que uno se imagina ocurre con algún que otro sobresalto que no ayudan demasiado. Pero realmente es para ver y pasar un rato agradable mas que nada por la dupla protagonista.

Con un argumento efectista se desarrolla este film mas cercano al suspenso que al terror obteniendo buenos resultados, logrando un producto altamente entretenido. La trama cuenta como una mujer decide huir de un marido controlador y golpeador que comienza a experimentar la sensación de que la están vigilando alterando su frágil equilibrio emocional. Si bien conocemos antes de verla algo de la trama igualmente el film logra con algunos golpes de efecto mantenernos a la expectativa e intrigarnos por lo que podría ocurrir. Dentro de las actuaciones Elizabeth Moss lo hace correctamente transmitiendo esa constante sensación de agobio cercano a la locura. Para ver.

Lejos de las mejores transcurre este film de Belmondo en donde solo se aprovechó la creciente popularidad del actor que se encontraba en la cresta de la ola en ese momento. Con un argumento tonto, demasiados diálogos y poca acción se desarrolla este film de tintes bélicos que solo logra aburrir. Aquí encontramos a un grupo de legionarios que quieren apoderarse de un oro que se encuentra en un banco de África y escapar aprovechando la guerra, vivirán una serie de hechos muchos de ellos estúpidos, otros absurdos y otros aburridos. Belmondo, quien me gustaba, aquí solo aporta su sonrisa permanente y poco mas, también actúan en papeles totalmente desperdiciados Michael Constantin y Jacques Villeret que hicieron cosas mejores que estas. Al volver a verla me recordó en parte a la gran Los Violentos de Kelly solo que ésta es infinitamente superior. En este caso solo con Belmondo no alcanzó.

Ambientada en la Primera Guerra Mundial este film cuenta como dos soldados son enviados en una misión casi suicida a través de las lineas enemigas para advertir sobre un peligro que involucra a miles de soldados. Así se enfrascaran en la misión y el espectador junto a ellos vivirán todos los infortunios que deberán sortear para intentar alcanzar el objetivo. Es una película cruda que sobre todas las cosas muestra el desprecio de la vida humana y la locura de la guerra. Particularmente creo que es para ver aunque me parece excesivo que fuera candidata al Oscar. Dentro de los actores se destaca George Mackay componiendo el papel principal con soltura y mostrando de manera correcta las fatalidades que deberá enfrentar en el viaje.