La amiga que me dejó el libro me comentó que había llegado un punto en la vida que estaba mejor mal acompañada que sola, que el vértigo que le provocaba la soledad era muy superior a la necesidad de buscar algo mejor que un hombre sucio y alcohólico que la engañaba con las típicas y tópicas promesas de “no volverá a suceder”, “voy a cambiar”, “será la última vez”, o “te lo prometo”.

La amiga que me dejó el libro me dijo que no soportaba ir sola al cine, que la película le había desencantado, que no mostraba ni por asomo la ternura ni la delicadeza que había sentido al leer a Anna Gavalda, que el guion era bastante fiel pero no por ello sincero, que faltaba algo, algo.. Y no sabía el qué

La amiga que me dejó el libro me dijo que si por algo le gusta el cine francés es por su ritmo pausado y aquí sucedían demasiadas cosas, que pasaba lo que contaba el libro pero no era creíble, todo era demasiado previsible y en el libro no lo era, todo era demasiado almibarado y en el libro no lo era, que la escena final era pero no era así, que faltaba algo, algo y no sabía el qué

La amiga que me dejó el libro me dijo que no reconoció a Camille Fouque, un personaje que en el libro le enamoró, oscuro, triste, con muchas aristas, con muchos silencios,…., una gran dibujante, una artista, bastante más fea que la inefable Audrey Tuatou que siempre hace de Amelie, una gran decepción el papel principal, y que los otros tres personajes de su extraña familia estaban bien caracterizados pero les faltaba algo, algo y no sabía el qué

La amiga que me dejó el libro, no tiene todavía su ordenador portátil reparado y me pidió que escribiera por ella. Su pareja este fin de semana le ha pegado, no es la primera vez; La he acompañado a la comisaria para poner la denuncia pero no se atreve, no quiere que él pase una noche en el calabozo, se resiste a separarse aunque se siente como una orquídea marchita, que tal vez su vida por fin ha descarrilado, que le falta algo, algo y no sabe el qué

Aunque si sabe por qué

Café society me ha provocado una serie de aerofagias intelectuales que necesito compartir, por si algún cinéfago siente las mismas cosas que yo, cada vez que vez que le hace la digestión el último trabajo del gran satiricón.

1- Allen es un excelente frutero: toda su mercancía se muestra lozana y sabrosa a simple vista, pero cuando le hincas el diente pueden pasar 3 cosas: que esté demasiado fría pues ha estado mucho tiempo en cámara frigorífica, que no sepa a nada pues todavía no está madura, o que le falte un punto para estar buenísima. No hay ningún criterio por el que guiarse, pues la puesta en escena es siempre magnífica, con lo cual es inútil recurrir al tripadvisor para leer opiniones acerca de su frutería. Hay que ir y comprar manzanas.

2-Allen es un consumado torero. Lo mismo te suelta una faena sobresaliente, que le da dos pases de aliño a la película y con media estocada baja la manda a chiqueros sin quitarse las gafas, pero lo cojonudo es que haga lo que haga, la mitad del respetable va a opinar que el truño es sobresaliente y la otra mitad que sus muletazos, sus pases de pecho y sus desplantes, son la quinta esencia del arte y que para no entender de cine, lo mejor es callarse.

3- Allen es un obstinado fontanero. El rollo judío ya huele de manera pestilente. Sin embargo el sigue metiéndose en ese charco, en ese pozo sin fondo, inasequible al desaliento, intentando desatascar lo inestancable. Después de 47 películas y haber citado a todos los profetas del antiguo testamento, creo que va siendo hora de tirar el baño y hacer uno nuevo.

4- Allen es un avezado chapista : Utiliza sus películas como excusa para contratar a las mujeres que le gustan y le atraen, al estilo del peor Hitchcook. En todas, nos muestra una protagonista que antes de pasar por su taller era guapa, pero había pasado mayormente desapercibida para el vulgo. Después de la mano de obra del chapista Allen, la misma mujer aparece ante nuestros atónitos ojos una poderosa afrodita, absolutamente refulgente y traumáticamente irresistible, rompiendo el corazón a 2 o más hombres a la vez.

5-A Allen le gustan los nigth club, los tríos líos y el sexo excéntrico: Esta película se podía haber titulado perfectamente y pido perdón por anticipado, " amar sin ser amado es como limpiarse el culo sin haber cagado". Un amago y regate intrascendente y lúdico en el que nuestro amigo se ríe de todo y de todos. Me he aburrido moderadamente en este melancólico homenaje a Maria Lourdes Villers que tanto aguantó las neuras y las no tan neuras de nuestro filosofo arrepentido.

Por cierto, creo que este año se me olvidó: Feliz cumpleaños.

El mejor momento del día, es sin duda, cuando a eso de las diez y cuarto/media, mi mujer y yo nos metemos en el sobre y calentitos, nos disponemos a ver una serie. Ciertamente envidio a la gente que devora capitulo tras capitulo y todo les encanta, sobre todo las series americanas repletas de nominaciones y premios, pues últimamente no acertamos en la elección y nos aburrimos hasta tal punto que nos quedamos dormidos antes que finalice el capitulo, ( y eso que estos no pasan de 60 minutos afortunadamente), con lo cual este síntoma, da buena idea del grado de satisfacción e intriga del mismo, aunque también puede ser que la cama no sea el mejor sitio para ver series o sea preferible optar por gran hermano dúo.

Para estos 8 capítulos, hemos necesitado 2 semanas, nuevo record de permanencia en "pasalaserie", lo que muestra bien a las claras, nuestro grado de implicación con la tocata y fuga, y si ha habido compromiso, es por el aliciente de saber que se basaba en un hecho real y nos intrigaba el final de la historia, pero nos hemos aburrido soberanamente, pues en mi modesta opinión hay mucha paja y muy escaso ritmo. Con 4 capítulos hubiera sido más que suficiente para despachar esta historia, que en lo que más destaca es poner el foco sobre el compadreo de los guardianes y los presos, al contrario de la idea preconcebida que tenemos de las cárceles americanas de extrema seguridad, así como lo "canis" que son la pareja protagonista de funcionarios de prisión, donde yo no destacaría a Patricia Arquette sino a su marido Eric Lange que está brillante en su papel de esposo entregado y paleto.

En definitiva, para los que nos encantó prisión break, un desencanto formidable, un latazo considerable y una monserga recurrente. Es bastante mejor Vis a Vis.