Acepto que mi cerebro occidental y —para mayor dificultad— español no vea los matices, no interprete correctamente el sentido o no plantee los paralelismos idóneos en las películas de animación orientales (generalmente japonesas). Pero me encantó Chihiro, me pasmó el castillo ambulante, me entretuvo Nausicaa y no me dormí con Mononoke. No sé que entiendo o que debo entender pero me gusta este cine, me conmueve, su estética es desbordante y no me deja indiferente.

Pompoko tiene un mensaje proteccionista en contra del brutal desarrollismo japonés de la década de los 90 que superó con creces los 10 años de pelotazos urbanísticos en España a finales del siglo XX e inicios del XXI, y está protagonizada por unos mapaches a los que se les hinchan las pelotas.

La idea la he pillado, pero he sido incapaz de interpretar tanta simbología. Es más, me costó terminarla. Me pareció repetitiva, sin orden ni concierto, lenta, larga, infumable... creo que indujo en mí un intenso odio a los mapaches. Pero creo que esta película tendría un efecto potenciador de ciertas drogas alucinógenas, por lo que se la recomiendo a pastilleros y farloperos: ¡fliparán con los mapaches!

Estoy enganchado a Islandia: a sus glaciares y a sus volcanes, sus casas abiertas, su territorio apenas transformado, esa lana islandesa que parece alambre, el sol de media noche, su desconocida (no comercializada) comida tradicional, los colores de la lava, el bacalao que explotan empresas vizcaínas, las colonias de frailecillos, sus asentamientos de 7-8 coloridas casas de madera, el carácter indolente de sus gentes, las focas y las ballenas, su abedul de metro y medio de altura... Un lugar en el Mundo para los amantes de la Naturaleza.

Otra cosa es esta película: una mala parodia (supongo que era una parodia) construida mediante un conjunto de lugares comunes, muy comunes y muy mal hilados. No por ser una comedia de coña tiene que ser la cutrez que creo que es. Los adictos al festival disfrutarán con los cameos; yo no he reconocido a nadie.

No la puntúo con un 1 porque ese honor últimamente sólo se lo concedo a Adam Sandler.

¿Sólo estaba disponible Will Ferrell para hacer de inadaptado social?

Las tres cosas que he podido ver de Martin Lawrence me producen vergüenza ajena, nunca me ha hecho gracia este organismo heterótrofo, sólo hace muecas para que se rían críos de teta. ¿Su madre le saluda por la calle?

Aunque a veces me extiendo y me voy por las ramas cuando doy mi opinión (de aficionado, sin más) sobre una película, me gustan las críticas cortas. De hecho, son las que leo. Siempre he pensado que es más difícil y meritorio sintetizar y resumir que soltar una teoría de varias pantallas para compartir la opinión personal de una película.

Si además se trata de productos comerciales lamentables para ser consumidos sin mucho criterio, como este, se agradece la concisión.