La Princesa Mononoke (Mononoke Hime) es, para mí, una obra maestra absoluta, la mejor película de animación de la historia y una de las mejores películas de fantasía de todos los tiempos. Es una película épica y violenta, entre Nausicaa de Miyazaki y el cine de Samuráis de Kurosawa, con un mensaje de reconciliación entre el ser humano y la naturaleza, con unos personajes geniales, muy bien definidos y sin maniqueísmos. La ambición se castiga, pero puedes entender a la antagonista principal, Lady Eboshi, porque se equivoca pero solo quiere lo mejor para los suyos; San, la Princesa de las Bestias, odia al ser humano pero tiene motivos; en medio Ashitaka, un príncipe exiliado que intenta parar el círculo de muerte y violencia entre humanos y humanos y bestias, mientras se muere de una infección que a la vez le otorga poderes. Es, posiblemente el mejor personaje masculino no cómico de toda la obra de Miyazaki. Con elementos que recuerdan a El Señor de los Anillos, un mensaje de esperanza y la animación 2D más perfecta jamás vista (el sol entre las hojas de los árboles sobre los personajes, las gotas de lluvia mojando poco a poco las rocas, las escenas de acción), Mononoke Hime es una de las experiencias cinematográficas más satisfactorias que se puede tener.

Carlos Vermut ha hecho una obra de arte brutal. Hay un punto Almodóvar, un punto Persona de Bergman, cosas de Hitchcock, un toque setentero, pero sobre todo está Vermut, haciendo una obra más contenida que Magical Girl pero que de nuevo es una de las mejores películas españolas del siglo XXI. Grandiosa Najwa Nimri, tremendas Carme Elías y Natalia de Molina, y absolutamente perfecta, sobrenatural Eva Llorach, un descubrimiento total a la que quiero ver muchas más veces. Y la música... Alberto Iglesias, Eva Amaral, Najwa Nimri y, claro, Mocedades... Tremebundo todo (hasta sale en una escena Julián Villagrán que soy muy fan).

Porco Rosso es la primera película de Hayao Miyazaki que vi. Me la pasó un colega hace como 20 años, en VHS grabado y me flipó. Esta semana me han vuelto a flipar ese Mediterráneo fabuloso de entreguerras, ese antihéroe porcino, esas batallas aéreas y esa historia de amor tan tierna y tan sutil que destacan en el film. Ha habido lagrimita. No sé qué más decir, aparte de recomendarla encarecidamente a niños, niñas, jóvenes y adultos... y a todo el que prefiera ser un cerdo a ser un fascista.

Sin el codigo Hays el cine de Hollywood hubiera sido capaz de educar generaciones mucho más libres, mucho más críticas y mucho más sanas, y mucho menos enganchadas al romanticismo tóxico, a la moralina barata y a los roles tópicos. La prueba fehaciente es Design for Living (Una Mujer para Dos), y el título en español dice mucho. No es la obra maestra de Lubitsch, Noel Coward se quejó de que habían cambiado totalmente su obra, pero tiene una magia especial, y es una película maravillosamente libre y que no juzga a las personas por como viven. Sorprendente para 1933, pero ahora mismo Disney, por ejemplo, no la pondría en su plataforma ni de coña. Divertidas interpretaciones de Fredric March, Miriam Hopkins, Gary Cooper y Edward Everett Horton, buen ritmo, diálogos perfectos de Ben Hetch y un final muy guay. Clasicazo. Disponible en Filmin.

Excelente. Absolutamente conmovedora. Hay escenas que me han puesto los pelos como escarpias, como la de las granadas, el diálogo en inglés o la lectura en voz alta de cierta carta. Otra lección de cine del señor Eastwood. Si en Banderas de Nuestros Padres se cuestionaba el concepto de héroe (y su uso mediático) aquí se desmonta el concepto de honor como algo por encima del deber. En cualquier caso un alegato antibelicista de primer orden.