Siete amigos, tres parejas y un soltero, se reúnen a comer una noche de eclipse lunar y la anfitriona decide, como un juego, que todos pongan sus celulares y smartphones en el centro de la mesa, de modo que cuando alguno suene, el dueño deberá atender con altavoz o mostrar el mensaje recibido al resto.
Habrá quienes se opongan, otros que duden y alguno que no tengan ninguna dubitación. Al final, todos accederán en muestra de que nada tienen que ocultar y al parecer tendrán una velada apacible.
Sin embargo, poco durará la calma y los amigos se convertirán en perfectos desconocidos, como el título lo evoca.Todos guardan secretos, algunos recientes y otros de antaño, que irán aflorando de a poco y de distinta manera. Entonces, la tensión ira in creyendo.
Así, la película no sorprende ni en su forma narrativa ni en su idea, más allá de la incorporación de la tecnología y su consecuente crítica respecto a la invasión en nuestra vida. Sin embargo, sondea de manera más que atractiva los confines de las relaciones humanas y lo hace con la grandilocuencia italiana.

Con "Un monstruo viene a verme" Bayona cierra su trilogía sobre las relaciones maternofiliales que inició con "El orfanato" y continuó con "Lo imposible".
En esta oportunidad, el protagonista es Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años que tras la separación de sus padres vive con su madre (profunda interpretación de Felicity Jones) enferma de cáncer terminal, tiene un padre ocasional y temporalmente presente y una abuela estricta y debe lidiar con permanentes acosos escolares.
Una noche a las 12:07 Connor recibe la visita del Monstruo Hombre-Árbol al que Liam Neeson le ha forjado una potente y convincente voz. Le informa entonces que le contará, en su debido momento, tres historias y luego, el niño deberá contarle la suya.
Así, en tono fantástico "Un monstruo viene a verme" resulta una especie de sesión o sesiones de terapia entre Connor y el monstruo que viene a verlo cada noche. Será la forma en que el niño intentará superar sus miedos y fobias y el momento en que las fantasías tendrán que enfrentarse con la realidad.
Propuesta para un festín psicoanalítico, de profunda y sentida tristeza pero que a veces peca en sobreabundancia de metáforas literales restando magia y vuelo. Así, poco lugar queda para la reflexión, todo ha sido dicho.
No por ello, la premisa sobre la que se construye el relato de que en la fantasía y la realidad no hay buenos ni malos deja de ser una buena razón para conocer las historias que cuenta el hombre-árbol a Connor ni la de "Un monstruo viene a verme".

BEN-HUR - Se deja ver
Remake de la clásica película de 1959 de William Wyler con el magnífico Charlton Heston.
La maravillosa historia salva una remake que, salvo pequeños momentos en que asombra con los avances tecnológicos, resulta mucho más densa que la original (incluso aquella en blanco y negro de la década del ´20).
El protagonista es bastante flojo y Freeman está desaprovechado.