La película se sostiene en sus dos actores principales. Un Christian Bale (Moisés) que demuestra una vez más que puede llevar sobre sus hombros el peso de cualquier superproducción, y es que el talento del británico está fuera de toda duda. Lo acompaña un Joel Edgerton (Ramsés) que mantiene el tipo y que aporta a su personaje lo que necesita.

Los secundarios no obstante, están bastante desaprovechados, desde un John Turturro (Seti) que brilla en sus muy escasos minutos en pantalla, pasando por un Ben Kingsley que pierde peso en la película conforme avanza la trama. Quizás los más damnificados sean una Sigourney Weaver (Tuya) cuya presencia es testimonial (una vez más me temo sea debido a los recortes en el metraje) y un Aaron Paul (Josué) que poco puede hacer en sus pocas escenas. El componente español nos llega de la mano de María Valverde (Séfora) que encarna a la mujer de Moíses y que no desentona en absoluto en sus breves apariciones.

El guión se resiente de los cortes sufridos y es que se echan en falta más escenas sobre la infancia de Moisés que aporten un transfondo a las motivaciones de ciertos personajes (el de Sigourney Weaver) y que en algunas escenas resulta insuficiente como por ejemplo en la batalla de Kadesh, bastante importante y que en la película se resuelve en un santiamén.

De los efectos especiales nada que añadir, una recreación de Egipto espectacular y unas plagas realmente logradas todo acompañado de una buena fotografía. La BSO es correcta aunque no destaca como en otros trabajos de este director.

Estamos pues ante una buena película, que destaca más en su forma que en su contenido y que seguramente con su metraje intacto hubiese sido más redonda. A la espera de ver un montaje del director de momento le mantengo el 6.

Jason Clarke es el nuevo Nicolas Cage. Sale en 30 películas al año.

Os preguntareis, salen la Hidra, el Jabalí de Erimanto o el León de Nemea?. Claro que salen!! , exactamente 2 MINUTOS en un prólogo que nos cuenta que los trabajos de Hércules (Dwayne "the rock" Johnson) podrían ser una trola que cuenta el sobrino de este para darle notoriedad entre los griegos o veraces (No se llega a saber).
Con semejante leyenda a sus espaladas, Hércules, que como viene siendo habitual últimamente entre los personajes protagonistas es un tipo atormentado que tiene un pasado sumamente oscuro y turbio y que busca la expiación de sus pecados mientras viaja con un variopinto grupo de guerreros (con un trasfondo inexistente que bien podrían ser personajes de un capítulo de la mítica serie de Hércules que protagonizaba Kevin Sorbo). El grupo es contratado por el rey de Tracia, (interpretado por un John Hurt abonado a los papeles de viejuno griego, viejuno vikingo o viejuno viejuno) para que adiestre y forme a un ejército con el fin de detener al malvado de turno que encima es un maestro ilusionista capaz de hacerse pasar por centauro sentándose de forma estratégica sobre su caballo (verídico).
En el más puro ejercicio de cliché, el malo era en realidad bueno y John Hurt el malo malísimo que quería hacerse con todo (Guauu!! no me lo esperaba!). Una serie de batallas sin sentido, un clímax ridículo, The Rock gritando y dando palos a todo lo que se mueve y una Irina Shayk que pasaba por allí componen una cinta con más pena que gloria.

La escena clave es en la que tres lobos del tamaño de bisontes muerden a The Rock a conciencia haciéndole un ligero sarpullido porque claro, es Hércules!.

Ah sí!, sólo faltaban los Masillas. Igual salen en la secuela.
Lamentable.

Sólo Gunn podía coger un grupo de mataos, ridículo y variopinto para cepillarselos en pocos minutos sirviendo de cebo. Toda una oda a la casquería y el gore.

PD: Los tiene cuadrados para elegir a Starro el conquistador como villano de la función y es que poner a una Estrella de mar alienígena gigante no está a la altura de cualquiera.