Aunque un servidor es un acérrimo seguidor del humor de Gomaespuma, la presente película no le hizo ni puñetera gracia.
Abusrda sí, original puede que también, tierna un tanto también. Pero como comedia, bastante pobre. Sólo apta para aquellos que le cojan el puntillo pronto.
En la línea del corto "El secleto de la tlompeta", del mismo director, aunque éste sí con más gracia y más digerible por su extensión.

Producto meramente documental, en el que se cuentan a los entresijos de un brutal asesino en serie llamado "El carnicero del río" como si hubiera sido un caso real, con la particularidad de insertar las grabaciones que el propio criminal realizaba de sus ataques y torturas. Éste último aspecto es el que aporta el componente terrorífico a la película, en un estilo gore-snuff pero sin llegar a nada verdaderamente impactante (aunque se busca). Pareces estar viendo pues uno de esos programas matinales de sucesos luctuosos, donde se disecciona (nunca mejor dicho en este caso) el "modus operandi" del asesino, entrevistan a familiares de víctima e investigadores, intercalan imágenes de informativos, etc. El mal rollo lo aportan esas grabaciones caseras de cámara en mano, sin ir tampoco más allá de buscar el impacto y el miedo al estilo "te puede pasar a ti".
No obstante, el escaso metraje del film y su visionado se hace llevadero, pero apenas deja nada digno de ser recordado.
Mención especial para el aspecto más jugoso de la cinta, el calvario que pasa la tal Cheryl Dempsey, secuestrada durante años, torturada, y finalmente liberada, con unas secuelas irreversibles. Un personaje del que se podría hacer una película para ella sola.

Cuatro flojas historias se dan cita en este film decente, con el nexo de unión entre ellas de la compra de objetos más o menos malditos en una tienda de antigüedades regentado por un cadavérico Peter Cushing.
Un fantasma con sed de sangre atrapado en un espejo, un hombre amargado con su esposa que conoce una misteriosa mujer a través de su no menos misterioso padre, un millonario que vive con un demonio invisible sobre su hombro izquierdo, y una puerta que da hacia un extraño salón medieval donde vivía un malvado rey. Éstos son los temas principales de las historias, de las que sólo podríamos salvar por completo a la que abre el film.

Si ya la segunda entrega de la franquicia PARANORMAL ACTIVITY daba muestras de cierta fatiga, esta tercera parte pretende estirar aún más un chicle tan mascado que no sabe a nada.
Así que imaginen las mismas premisas que las anteriores, la misma escenografía, la misma planificación de escenas y una mimética estructuración del "crescendo" terrorífico. Al menos uno espera pasar miedo, como así ocurre en su predecesora a pesar de ser más de lo mismo. Aquí, sin embargo, todo es bastante predecible, cuando no ya visto (especialmente en anteriores entregas). La única escena que tal vez llega a inquietar es aquella de la sábana en la cocina, pero es demasiado poco para un film que, lamentablemente, acaba haciéndose pesado.
La excusa argumental de presentarnos la acción en la infancia de las dos hermanas protagonistas de las anteriores películas podría haber resultado más enriquecedora si hubieran pensando en tratar en film de modo distinto a dichos productos.

Ya desde la primera escena (un interrogatorio a Tony Montana sobre su pasado criminal cubano), se demuestra que esta es una película hecha a la medida de Al Pacino. Es un maestro en este tipo de personajes: cínicos, irónicos, fríos, pero a la vez raciales cuando se les toca lo más querido (su reputación, su familia, etc.); y demuestra todos los matices de su interpretación en cada gesto (hasta en la forma de sentarse está diciendo algo). Todo un acierto para contarnos el inicio, áuge y decaída de un narcotraficante cubano que se afinca en Miami.