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España España · Barcelona
Críticas de Cinexin
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Críticas 85
Críticas ordenadas por utilidad
2
22 de junio de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto es el juego de los disparates. La primera en la frente: ya en la sinopsis te dicen que Carolina es una chica “libre e independiente”. Pero si la niña ésta tiene ¡14 años! ¿Cómo va a ser libre? ¿Cómo puede ser independiente? Y el disparate continúa porque cuando la peli empieza te das cuenta de que a Carolina la han doblado con una vocecita de niña pija de 14 años, es verdad, pero aparenta por lo menos 18, y se comporta como si tuviera 20. Lo único que es menor de edad en ella es su cerebro.

No sé a qué tipo de público va dirigida esta película, la verdad. Me cuesta trabajo pensar que no aburra a las niñas de 14 por lo intrínsecamente cursi y trasnochada que es, a pesar de su supuesta modernidad, y tampoco creo que pueda soportarla un adulto si no es por obligación. No sólo es mala sino que también es dañina. En un mundo en el que una jovencita puede aspirar a ser astronauta, jefe de neurología en un hospital de referencia, primer violín en la Filarmónica de Viena o la mejor calculadora y fría asesina a sueldo del mundo, si es eso lo que le mola, el modelo que nos muestran es una tontita pseudolánguida y salida, cuyo máximo deseo va a ser dentro de dos años… a ver si lo adivino… ¡aumentarse el pecho un par de tallas para gustar más! Resumiendo, muy mala película: malas interpretaciones, mal guión, malos diálogos y mala como ejemplo o modelo de conducta. Mala en todos los sentidos. Consigue que “Al salir de clase” pueda ser recordada comparativamente como una obra con mensaje y trasfondo filosófico.

Crítica 79
Cinexin
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4
19 de diciembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estética de la película es subyugante. Cada plano está estudiado para que resulte exquisito y la cámara pasa sin prisa por cada uno de ellos, de hecho, puede estar mirando cada objeto como si tuviera que inventariarlo. Al poco de empezar la película, ya nos hemos dado cuenta de que a Wong-Kar-Wai, su director, lo que le interesa sobre todas las demás cosas es la estética y el preciosismo. Que vale, que también le pasaba lo mismo a Visconti, sólo que Visconti, además, contaba una historia que te dejaba clavado en la butaca.

Resulta que el director se graduó en Hong Kong como diseñador gráfico. Entonces se entiende que cada plano parezca un fondo de escritorio muy trabajado. La música, también exquisita. Incluso se escucha Casta Diva como en cualquier anuncio de coches de lujo que se precie.

Otra cosa es el guión. Parece ser que Wong-Kar-Wai no suele trabajar con un guión muy definido, sino que la historia va cambiando a partir de una idea más o menos clara. Pues eso se nota. Al principio (y al final) cuesta saber dónde estamos temporal y geográficamente y también quién es quién, qué quieren los unos de los otros y qué está pasando.

Hay una escena particularmente risible: una pareja come en un restaurante, pero no están sentados uno frente al otro (eso sería demasiado vulgar). Aquí la mujer mira al infinito frente a ella y el hombre le habla a su perfil. Mantienen una larga conversación sin mirarse ni una vez. ¿Por qué? Pues sólo para que la cámara capte el rostro de la mujer de frente al tiempo que el perfil del hombre, o al revés. Todo a favor de la estética, como si fuera un cromo.

Aquí ya empiezo a pensar “Todo esto les va a gustar un montón a los que disfrutaron con la niña aquella de las coletas que no hacía más que correr por todos los caminos detrás del maestro de escuela (véase El camino a casa) porque va del mismo palo, sólo que mucho más barroco”.

La música te martillea los oídos siempre, sea la escena que sea. No es que sea mala música, todo lo contrario, pero es un recurso facilón para que el espectador quede arrobado. Me extraña que el director no haya incluido el Adagio de Albinoni, ése no falla: causa furor en las almas sensibles.

En fin, no insisto. Total, es imposible convencer a los que la han encontrado sublime que esto no es mas que artificio pseudoemotivo envuelto en una caja con muchos, muchos bonitos lazos de seda. Que conste en mi descargo que Still Walking o Hana-Bi me parecieron una maravilla y también son lentas de narices. Pero esta caja está vacía.
Cinexin
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6
11 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a ver, ¿por qué tienen que rodar todo el musical cámara al hombro como si fuera un documental de la NBA? Podría tener un pase en las escenas de mucho movimiento, pero que salgan todos movidos como si esto fuera REC 4 me parece totalmente fuera de lugar. Un musical: estupendo. Pero resulta que una buena parte del elenco no canta bien. ¿Y entonces?

- Bueno, es que así parece todo más natural.

- Pero es que los musicales no tienen que ser naturales. O sea, en un musical la gente te dice el resultado de la quiniela de la semana o que les duelen las muelas cantando y eso forma parte del plan. No se necesita que sea natural, sino que afinen.

- Bueno, pero es que aquí se trata de poner actores famosos y guapos.

- Pero es que Hugh Jackman sale demasiado flaco y arrugado y Russel Crowe sale gordo y barrigudo.

- Bueno, pero es que los actores actúan mejor que los cantantes profesionales.

- ¡Pero si están más pendientes de si les sale un gallo que de actuar!

Resumiendo: me conmovieron los cuatro minutos que Anne Hathaway canta “I dreamed a dream”. Chapeau! Y se agradece el resto del esfuerzo, pero si simplemente hubiera visto esos cuatro minutos en YouTube, eso que me hubiera ahorrado. Ya los he visto unas diez veces mínimo. Pero la peli no la vuelvo a ver ni que me regalen el DVD cuando salga.

Crítica 64
Cinexin
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4
6 de enero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no sé si la culpa la tiene el doblaje al español (que supongo que al menos una parte sí, porque las voces maldita la gracia que tienen), o si es que la he visto en un mal día (que no creo porque tiendo a valorar las películas de animación con buena nota ya que suelen gustarme), pero esta película es un bodrio. Aunque le pongas ganas y estés predispuesto a reírte con cualquier escena graciosa, el caso es que esperas y esperas, y apenas aflora media sonrisa. No entro a valorar el mensaje final (que ya ha sido más que criticado por otros y es posible que con razón), pero es que incluso si se aceptara este mensaje como válido (mejor estar bajo libertad vigilada pero a salvo, que libre y afrontando lo que venga), la película flojea por todas partes. Aunque, por otro lado, también hay que añadir que otro posible mensaje de la película es que si el león Alex siguiera sus instintos primarios en la jungla, se comería a su amigo Martin (la cebra) y que en cambio en el zoo (que representa la sofisticada civilización) pueden ser amigos porque sus sentimientos se imponen a sus instintos.

Bueno, se demonice o no el supuesto mensaje de la película, lo cierto es que las situaciones no tienen gracia, son simplonas, no hay ni rastro de inteligente ironía como en otras películas de animación de la misma época sino un pensamiento plano. Y encima, copia características de personajes. Por ejemplo, el “lindo gatito” de la jungla, utiliza la misma “arma infalible” que el gato con botas de Shrek II utilizaba ya un año antes. Vale que Shrek es también de DreamWorks, pero para mí es una muestra de la falta de creatividad de Madagascar.

En fin, bastante floja. Creo que es una de las pocas películas en la historia del cine animado cuya secuela (Madagascar II) es mejor que esta primera parte.
Cinexin
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5
2 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza cuando en 1974 Fielding, con veintipocos años, se entera mirando las noticias en la TV que su novia, Sarah, una defensora de los derechos humanos, ha muerto víctima de una bomba de la dictadura chilena. Numerosos flash-back nos llevan a dos años antes, cuando se conocieron y se enamoraron y a todo el tiempo que pasaron juntos hasta el año en que ella muere. Y, de vez en cuando, la historia transcurre en 1983, cuando Fielding, con treinta y tantos años, se presenta a las elecciones americanas como senador, que es lo que ha querido hacer siempre. Pero no ha podido olvidar a Sarah y, de buenas a primeras, cree escucharla y verla por la calle.

Los primeros veinte minutos de la película, cuando se nos plantea la historia y se presenta a los personajes, el interés se mantiene. Pero ese interés se desvanece después de ese tiempo porque las idas y vueltas del pasado al presente y del presente al pasado se hacen pesadas y reiterativas. Discusiones políticas entre la pareja y sus amigos en un tiempo en que Estados Unidos estaba en guerra contra el Vietcong y medio país en contra de la guerra de Vietnam cuando nos trasladamos a los setenta. Y cuando la película transcurre en los ochenta, vemos los problemas de Fielding, que no puede centrarse en las elecciones porque está convencido de que Sarah está viva y quiere buscarla, pero no sabe dónde.

La ambientación de la época hippie y de la contracultura americana está lograda y las interpretaciones también, por eso le pongo un 5, aunque nos creemos más al Fielding novio de Sarah en los setenta que al aspirante a senador de los ochenta.

Nos quedamos sin saber qué se pretende en la película, si hacer una crítica política, si contar una historia de fantasmas o de amor. Y la verdad es que a medida que avanza cada vez importa menos porque, sea lo que sea lo que quiere decir, lo único que consigue es aburrirnos.
Cinexin
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