Tranquilos, no tiene nada que ver con la infame serie de Ana Obregón. Simplemente era un pequeño juego de palabras con la palabra "Nana" ya que también significa "siete". Nana es el nombre de las dos protagonistas de la película: Nana Osaki (la gótica) y Nana Komatsu (la otra). Para distinguirlas haré como hace Osaki en la película y a Komatsu la llamaré Hachi (que quiere decir "ocho").

Nana es una cantante que forma parte de un grupo en el cual también está Ren, su pareja. Sin embargo por circunstancias de la vida, Ren tiene que marchar hacía Tokyo y se tienen que separar, ante el descontento de Nana, que le guardará cierto rencor. Allí Ren formará parte de un nuevo grupo con el cual alcanzará la fama.

Tiempo más tarde, Nana viajará a Tokyo para irse a vivir allí. En el tren conoce a Hachi, con la cual entablará una relación de amistad que se fortalecerá cuando por casualidades del destino, acabarán viviendo en un mismo apartamento (en el piso "nana", es decir el piso siete).

Así comienza esta gran película en el que el tremendo carisma de los personajes (a pesar de que Hachi parezca al principio un poco tonta) juega un papel fundamental y engancha totalmente al espectador. No he leído el manga en el que está basada la película, pero supongo que gran parte del look visual vendrá influenciado por este.

La banda sonora es muy buena, como debería de ser debido al papel que el mundo de la música juega dentro de la película. El argumento tierno y conmovedor, nada rebuscado y sin embargo totalmente efectivo.

Según he leído por ahí existe una secuela (Nana 2), así como una serie. Veremos a ver si está a la altura de esta magnífica película.

Un chico atraca un banco, y secuestra a un taxista para poder huir. A partir de aquí una trama sencilla se abre paso en medio de carambolas y cambios de tornas entre los diversos protagonistas. La película se ve acompañada en todo momento por un gran trabajo de fotografía y una buena música que sigue el ritmo tranquilo de la película.

Sencilla, fácil de seguir y corta. Recomendable.

La película en si transcurre todo el rato dentro de burdeles del Shanghai de finales de siglo XIX y va narrando las relaciones entre las "flores", (lo que aquí diríamos putillas) y los cortesanos (puteros). La historia en si no tiene mucha chicha, en las dos horas que dura ocurren pocas cosas y puede que haya tramos en los que se haga aburrida. La trama se desarrolla sin sobresaltos, con lentos movimientos de cámara y tomas largas, predominando los colores pastelosos.

Quizás me haya recordado bastante a la película de Wong Kar Wai, In the Mood for Love en ese sentido (tampoco me acabo de gustar), muy bonita plásticamente pero cojea en el argumento.

Mi nota final, un 5... me esperaba realmente algo más. Recomendable solo a aquellos ya curtidos en este tipo de películas orientales, para el resto de los mortales puede ser un poco insufrible y un "tostón".

Desde la mafia italiana en Nueva York se apunta a un simple chulo (Luca Canali) como culpable de la perdida de un alijo de droga. Para arreglar el caso envían a Milán a dos hombres de confianza (Dave Catania y Frank Webster), que entablan relaciones con la banda milanesa de Don Vito Tressoldi para que le ayuden a encontrar vivo a Luca Canali.

De esta forma comienza "La mala ordina", segunda película de la trilogía de Fernando Di Leo sobre mafia compuesta por "Milano calibro 9" e "Il boss". A mi parecer, es sin duda la más floja de la trilogía, con una trama un tanto simple y poco elaborada en comparación con las otras dos películas.

A pesar de la falta de elaboración del guión, "La mala ordina" no deja de ser una película entretenida con sus persecuciones y tiroteos, dispuesta a dejarse ver por cualquiera que quiera pasar un buen rato con el cine italiano setentero sobre mafias. No obstante, antes que esta película, recomendaría las otras dos que mencione anteriormente.

Siguiendo el rastro de la gran Om Shanti Om (2007) por los vídeos del Youtube llegué a hasta Karz. Resulta que esta película es la que se homenajea en la reciente Om Shanti Om al principio. En Om Shanti Om, al comenzar vemos que el protagonista está de público en el plató donde están rodando la escena más importante de Karz (Monty cantando Om Shanti Om) y en el que vemos los deseos de Om Prakash Makhija de convertirse en una estrella del cine de Bollywood. Los paralelismos no acaban ahí, ya que Karz tiene una trama bastante parecida en esencia a la de Om Shanti Om.

Según he leído por ahí, Karz es considerada un clásico dentro del cine indio de la época, y tras acabar de ver la película se entiende enseguida ya que tiene todos los ingredientes necesarios como la acción, amor, venganza y sobre todo el gran rasgo identificativo: grandes números musicales autóctonos. Entretenida, amena y que no cansa en ningún momento a pesar de su larga duración.

Si te gustó Om Shanti Om y quieres profundizar algo más buscando los orígenes de la película, deberías ver Karz. Por supuesto también se puede visionar sin haber visto Om Shanti Om, pero si no se ha visto alguna película de este tipo, mejor iniciarse con otras películas más actuales.

Seguiré investigando alrededor de Om Shanti Om para sacar a la luz todos los guiños hacía otras películas que se encuentran en ella. Os mantendré informados, mis pequeños discípulos.