Y mira que me he visto cientos y cientos de películas del género, pero nunca me he encontrado con otra que igualara el grado de brutalidad de ésta.

La pelicula trata de una bruja, cuyo espíritu vaga por un lugar maldito y se encarga de despedazar a todo aquel que se le ocurra adentrarse en la casa o los alrededores.

Los años no la han hecho envejecer muy bien y hacia el último tercio de la película, se le achaca un poco de lentitud.

Pero aun navegando por el terreno del terror de bajo presupuesto, la pelicula logra aterrorizar con su villano. Una bruja sacada de cualquier cuento de terror de los hermanos Grimm. Nada de.florituras, pero si muchos detalles y juegos con las sombras y las garras del ente demoniaco. Se.combina gore sucio y crudo con el juego de sombras donde se puede intuir que la bruja es un ser espeluznante. Las garras, su voz y la forma de aniquilar a todo aquel con quien se encuentra hacen de ésta pelicula una de las.mejores de terror de todos los tiempos.

Pude.contactar con uno de sus guionistas Michael O. Sajbel a traves de facebook y fue sorprendente descubrir que la mayor parte de las veces, la bruja era él.mismo disfrazado porque les faltaba presupuesto. Lo que hace aun mejor la pelicula.

Qué Hollywood es el Sión donde los reyes midas hallaron un hogar en el que erigir su propio Xanadú, paraíso sobre el que cimentar el 7º arte e instrumentalizar todos los estilos e innovaciones de la Europa de entreguerras: tan profusa en las vanguardias artísticas como mortífera, implacable y genocida frente a sus minorías.

Desgraciadamente, "Eternals" tiene muy poco del gran Hollywood pergeñado en sus años dorados y más bien parece un panfleto proselitista, tan divertido y emocionante como cuando llaman a la puerta de tu casa, un domingo por la mañana, los Testigos de Jehová contándote la buena-nueva del señor. "Eternals" huele a eso, a proselitismo chungo vestido de super héroes que guían y redimen a la humanidad de su propia estupidez.

El reparto liderado por la inefable Angelina Jolie, no consigue que empaticemos con los nuevos superhéroes y la cinta carece del ritmo necesario para mantenernos entretenidos; la torpe dirección de Cholé Zhao revela que la incauta sólo ha sido usada como anzuelo para pescar en el goloso mercado chino, que es el caladero donde muchas producciones destinadas al fracaso, hallan un sorpresivo éxito.


¿Qué falla de Eternals? Pues lo de siempre: es un producto vacío, pomposo, excesivamente autoindulgente consigo mismo que no aporta nada nuevo y basa su baraja ganadora en el descomunal arsenal de efectos especiales, (precaución a aquellos que sean propensos a ataques epilépticos) las continuas elipsis de una historia coral cuyos personajes son meramente bosquejos de algo parecido a actores: son tantas las situaciones y las elipsis que es imposible empatizar con ningún nuevo super héroe y al final la cinta se queda en eso, en un quiero y no puedo, en un intento chusco de sacarse de la manga otro universo de "übermensch" para justificar otras diez películas al año sobre ese devaluado género de super héroes que está a punto de implosionar.

Como recientemente dijo Dennis Villaneuve: "No son más que un corta y pega" que fabrica "zombies"
"Hay demasiadas películas de Marvel Studios que no son más que un corta y pega de otras. [...] El problema que tienen es que están realizadas con un mismo molde. Algunos cineastas pueden agregarle un poco de color, pero todas parecen ser producciones de fábrica", declaró. "Quizás este tipo de películas nos han convertido un poco en zombies".

Se mire por donde se mire, la película es un truño: una cosa es que fabriques un blockbuster y otra es que te rías en el jeto de tu público.

Personajes planísimos, (ya sé que no vamos fisionar un átomo, pero joder... que son más simples que el mecanismo un chupete) que se limitan a darse de hostias y destruir media ciudad sólo porque sus cojones lo mandan: macho alfa contra macho omega.

Ben Affleck mostrando una vez más cuál es el secreto de su carrera: canas en el bisoñé, músculos made in clembuterol y una talega repleta de pasta para ceñir a un más ese Bruce Wayne madurito que se pasa por la piedra a quien sea.

Henry Cavill: un actor cuya carrera empezó discreta pero de calidad y al final el pobre hombre va acabar más encasillado que el Chiquito de la Calzada, enfundado en un traje que pone de moda otra vez el spandex y el uso y abuso de los anabolizantes para rellenar aquello que el cerebro no le da.

Es caótica, inconexa, automasturbatoria y sin un argumento mínimo que te ayude a justificar el por qué cojones has pagado por ir a verla. Como diría la bruja Lola: "Bazzuuuuraaa"

Mark L. Lester, director únicamente famoso por rodar el incombustible psicotronismo de "Comando" (1987) donde Arnie aniquilaba el sólo a toda la población latinoamericana, en un ejercicio de salvajismo cuya línea entre lo creíble, lo fantasma y lo macarra no estaba del todo definido, pero era increíblemente divertido.

Pero éste director ya apuntaba maneras con "Curso 1984", película sobre el drama de la violencia, el acoso y los crímenes que azotan un Instituto de los suburbios neoyorkinos.

El Overture de la película se inicia con el temazo ochentero de Alice Cooper "I'm the future": lema vociferado cientos de veces por el psicópata Peter Stegman (Timothy Van Patten) líder de una pandilla de violentos que se encargan del suministro de drogas en el instituto, así como amedrentar a todo aquel que ose si quiera interponerse en su camino.

Perry King encarna a un profesor de música sustituto, que tiene que enfrentar la psicopatía del líder y su banda, y a la vez la indiferencia del propio sistema que encubre las maldades de los macarras.

Es una película francamente violenta, con momentos muy logrados, donde brillan con luz propia Timothy Van Patten como el genio psicópata que hace la vida imposible a Andrew Norris: los dos actores se ven inmersos en un "tour de force" donde sólo uno sobrevivirá al choque de antagonismos: la encarnación del mal por el mal en estado puro y la encarnación de la honestidad y el idealismo.

Atención especial al tema a piano improvisado por el propio Timothy Van Patten: "Ivory Joe From Kokomo", donde él propio villano demuestra a toda la clase, que no sólo es el hijo de puta más malvado del barrio, si no que además es el más inteligente y creativo: razones no le faltan.

El resto del score corre a cargo de Lalo Schifrin, encargado de las BSO de "Harry el Sucio". De corte sucio, postapocalíptico y excepcional en el tercio final de la película: suspense por doquier en cada nota casiotone.

El tercio final de la película se torna en una obra que mezcla terror y suspense en grado superlativo. Provocando una explosión de violencia sin límites, donde la redención es la única válvula de escape para mitigar esa balsa de odio y maldad que es Peter Stegman.

En resumen: una película a ratos "serie b", y a ratos drama ultraviolento donde el suspense y el horror bailan en una fina línea que parte los ojos.

Hablar de Aliens no es hablar de un clásico, es hablar de una obra maestra. Lo que hace grande a éste Aliens el Regreso, es que siendo una secuela de la obra maestra de Scott, consigue desmarcarse del terror psicológico de la primera parte para adentrase en el cine bélico. No es ni mejor ni peor película que su predecesora, es simplemente diferente. Aporta otros matices y un género distinto.

La película atravesó penurias en su presupuesto, ya que con unos exiguos 6 millones de dolares, Cameron consiguió realizar una obra que no sólo no fusila el encaje original si no que lo engrandece y lo convierte en un universo rico y variado.

Es cine de acción, pero entre tanto tiro, testosterona y mala leche, hay lugar para una historia sobre el amor de una madre a una hija: tanto de Ripley como de la reina Alien. Cada cual defendiendo su especie a muerte.

Encomiable el increscendo que va generando Cameron en la primera hora de metraje, donde no aparece ni un sólo bicho. Generando una tensión y suspense que desata posteriormente de manera magistral.

Mucho se ha dicho de que si Cameron plagió la novela de Startship Troopers o se basó en cómics sobradamente conocidos para plagiar escenas y la historia misma. Nada más lejos de la realidad: la película tiene una personalidad propia. Tanto es así, que ha influido a cientos de películas de acción, video-juegos, (con mejor o peor fortuna) y a dejado mella en la cultura popular.

Mención especial a la BSO escrita por James Horner, que aquí combina compases y rítmos militares con pasajes bellos y sutiles, donde más se remarca ese amor de madre a hija. No hay que olvidar que Horner casi llega a ser despedido por no poder cumplir con las exigencias de Hellen Enn Hurt y Cameron, porque éste último se pasaba todo el rato cambiando escenas que arruinaban el trabajo de Horner. Y este sin tiempo para llevar las partituras a la copistería para poder entregarlas a tiempo a la sinfónica, grabar y tener lista la peli. Un infierno que gestó una enemistad que se zanjaría con Titanic y se consolidaría con la pasable Avatar.

Mención especial al tema "Resolution and Hyperspace" donde se remarca los dos aspectos del filme: vertiginoso y a la vez emocional. Reusado en cientos de películas, sobre todo en Die Hard, (la escena final)