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Críticas de Alvaro Zamora Cubillo
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Críticas 924
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
3
9 de febrero de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Il sapore del grano” (1986) de Gianni Da Campo con Lorenzo Lena, Marco Mestriner, Alba Mottura, Egidio Termine, Mattia Pinoli, Paolo Garlato Elena Barbalich, Elisabetta Barbini, Efisio Coletti, Maria Baldo, Michele Pastre, Marina Vlady, entre otros.

Drama italiano que sigue a un “bro-romance” entre un joven profesor y su alumno de 12 años en la Italia rural.

La relación con el niño, aunque aparentemente inocente, intenta dar la impresión de que algo está pasando entre ellos... sin embargo, la mayor parte de la película demuestra lo contrario:

Situaciones idílicas y demasiado ambivalentes para una historia de amor romántico prohibido; y pese a lo que se cree, esta película no genera siquiera alguna controversia, ni por el uso descarado de las relaciones sexuales estándar entre hombres y mujeres; por lo que aquí no hay nada en su forma más extrema que pueda considerarse una película gay de “hombre/niño” pedofilica.

La producción es el 3° y último film del director, Gianni Da Campo, en cuyas películas ha abordado temas como la represión llevada a cabo por instituciones, como la familia y la iglesia, la homosexualidad y el feminismo, tratándolos en clave intimista, por lo que han sido recibidos de manera diferente por la crítica y el público; de ahí que la interpretación más común y vaga, es la de un sensible retrato de la relación romántica que se desarrolla entre un maestro de primer año de escuela y su admirador adolescente; por lo que se aborda con gran cuidado el despertar del deseo homosexual en un niño de 12 años.

No es casual que Da Campo se viera inspirado por el trabajo del director Luchino Visconti en su película “Morte a Venezia” (1971) donde toda la trama recae en las situaciones vividas por Lorenzo y Duilio.

De los actores, en el caso de Lorenzo Lena, esta es su 3° película, y si bien no hizo mucho más en el cine, es una pena que se desperdiciara tanta belleza, aunque como actor no es tan bueno; por su parte Marco Mestriner, el niño, sólo ha rodado este largometraje, y como es de esperar en los actores infantiles, su actuación es más natural y ambigua, hasta sorprende por lo que pretende y no dice/actúa.

Total, el filme nos recuerda esas atracciones imposibles, y si esa es la idea del film, me pareció francamente original, y es verdad que es tratada con una gran delicadeza para hacer aflorar la ambigüedad; pero en el fondo creo que todos hemos sufrido un amor platónico hacia algún adulto en nuestra adolescencia, que al ser inalcanzable, nos ha afectado bastante.

Ese es un marco más efectivo para una historia que evita en todo momento caer en recursos fáciles, e intenta transmitir las emociones propias de esos primeros amores basados en la admiración.

La factura viene por el tratamiento del guión, que nunca va al grano en ningún momento y siempre se va por las ramas; y aunque es innegable el gran atractivo de Lorenzo Lena, me pareció que su interpretación era considerablemente plana y carente de emociones en momentos determinantes de la trama.

Y aunque el tema abordado es interesante, me parece que a la cinta le falta el realismo de la época; por ejemplo, el profesor se habría metido en problemas rápidamente ante simplemente una sospecha injustificada; pero queda lo más fácil:

La atracción natural de un niño hacia un hombre, modelo y ejemplo a seguir, con todas las implicaciones afectivas que acompañan a tales relaciones; dejando entrever que el verdadero problema para el profesor, no es el noviazgo del chico, sino los sentimientos de su propia homosexualidad.

La cuestión de las relaciones homosexuales entre jóvenes y mayores siempre me ha preocupado.

¿Quién soy yo para juzgar?

Pero en algún momento existe el abuso infantil...

¿Dónde se trazará la línea?

En este caso, las edades no son tan dispares, y la supervisión de la familia de los jóvenes agrega un elemento completamente nuevo a la ecuación.

No obstante, en la vida real hay situaciones como esta en las que 2 personas se enamoran y tienen que separarse dolorosamente debido a la diferencia de edad.

“Mi hijo le quiere a usted más de lo que me quiere a mí”

NO RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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6
8 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Marciando nel buio” (1996) de Massimo Spano con Jean-Marc Barr, Massimo Dapporto, Thomas Kretschmann, Roberto Citran, Ottavia Piccolo, Flavio Albanese, Mariella Valentini, Emilio Bonucci, Franco Interlenghi, Bruno Corazzari, entre otros.

Drama italiano de temática gay, que sigue a un joven recluta del ejército italiano que descubre y rechaza el sórdido mundo de los soldados que se prostituyen para complementar sus ingresos; pero antes de dejar este mundo, es violado por un oficial superior muy respetado y debe decidir si se arriesga a iniciar un proceso en su contra.

A partir de ese momento el superior y su cómplice tratan de evitar la culpabilidad a toda costa, presionando y amenazando a quienes conocen dicho asunto.

Traducido como “Marchando en la oscuridad” es un filme escrito por el director, Massimo Spano, quien también es diseñador de producción, que como buen apasionado por el arte del cine, se convirtió en asistente de dirección de Tinto Brass para el rodaje de “Calígula” siendo después escenógrafo de varias películas de los hermanos Bruno y Sergio Corbucci.

Spano junto a su esposa Zeudi Araya, una actriz y productora de cine italiana naturalizada de Eritrea, quien es una de las actrices más famosas del cine erótico italiano de los 70, produjo esta película, donde el personaje principal persigue la justicia por encima de todas las cosas.

Aquí se nota el impacto que tiene en un hombre, el haber sido violado por otro, donde la misma vulnerabilidad y la manipulación del poder es exactamente igual que en el caso de las mujeres abusadas.

Aquí se le ve al joven ingenuo y despreocupado, que se divierte con todo, hasta que su capitán lo viola; por lo que la víctima se involucra en una batalla legal, al estilo “David contra Goliat” un Oficial fuerte en su rango, que considera ganada de antemano; como también observamos que las buenas instituciones militares defienden al superior sin escrúpulos.

El filme lo lleva Flavio Albanese como Saro Franzese, la víctima que sufre todo lo que se le vino encima, un actor que habla muy bien con la mirada, curiosamente tiene pocos trabajos cinematográficos; mientras su amigo, Gianni Tricarico en Thomas Kretschmann, es quien lo impulsa a conocer el oscuro mundo de la prostitución masculina y que le demuestra que está enamorado de él.

Curiosamente, Krestschmann tiene un crédito superior a Albanese que es el verdadero protagonista; mientras los villanos:

Silvio Roatta en Jean-Marc Barr, da un buen papel como el Oficial Superior que cree ser “Dios en La Tierra” intocable, y el enfermo sexual Vittorio Scarpa en Massimo Dapporto, un personaje que logra ser antipático y odiado.

Como dato, la película no contó con la colaboración del Ejército, por obvias razones, y se le cobra que es un tema que ya ha sido tratado bajo la perspectiva de la mujer, por lo que viéndolo como un filme de temática gay, solo por el hecho que un personaje se enamora de un cadete que sufre una violación, es quedarse corto.

El filme aboga por el sentido de la lucha por la justicia, la institucionalidad del ejército y el amor fraternal.

“Respeta el silencio”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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5
6 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “En tu ausencia” (2008) de Iván Noel con Gonzalo Sánchez Salas, Francisco Alfonsin, Ana Tutor, Anabel Azuar, Pedro Salido Saborido, Juanjo Galiardo, Antonio J. Atienza Sánchez, Asensio Salas, Luis Vargas Gómez, entre otros.

Drama español que sigue a un niño sin padre, cuya fijación en un misterioso extraño le causa una tragedia que lo marcaría de por vida...

El debutante director Iván Noel, es bueno con la cámara, con el paisaje, con la improvisación y con la música que compuso; y para el montaje de todo utiliza elementos simples:

Un hombre misterioso que llega con un auto averiado, un niño de 13 años al que le falta un padre, una niña coqueta, un cartero entrometido, pero el drama se vuelve bastante complicado... eso sí, la película nos permite compartir los conflictos internos de la adolescencia juvenil, desafiada por las decisiones de la vida sobre el amor, el odio y la captura de errores inocentes.

Tecnicamente, la obra emana belleza en más de un sentido:

Situada en un tramo prístino de la campiña española, se filma en medio de un escenario impresionante, lleno de cielos azules envolventes, abundantes girasoles, campos en flor y colinas onduladas, donde el telón de fondo de la película define el verano en su absoluta perfección, y la combinación de imágenes afinadas y música diversa y ambientadora, hace que la película sea un deleite tanto auditivo como visual.

No es casual que Noel se ha enamorado de la tierra seca de Andalucía; y nos ofrece una visión única e íntima de los andaluces reales en su mundo aislado, al mismo tiempo que toca temas universales como la amistad, la paternidad, la mayoría de edad, la sexualidad y la traición; porque en el fondo es una película que se basa en interacciones humanas impredecibles; de ahí que Noel se las arregla para mantener a los espectadores cautivados al dejar caer pistas, en lugar de afirmar rotundamente las características definitivas de los 3 personajes principales; y esta lenta revelación, mantiene una película de ritmo bastante lento rebosante de tensión; porque uno se pregunta constantemente:

¿Qué hará cada personaje a continuación? y, a menudo, se equivoca...

Se insinúan un millón de posibilidades para cada acción sutil, lo que hace que la trama esté llena de suspenso de una manera impredecible; y con tantas posibilidades en el horizonte, el punto más crucial radica en su conclusión, y no defrauda.

Todo tiene perfecto sentido al final:

Un lugar de descanso cómodo para una película con una plétora de finales aceptables.

Para la producción, fiel a la pura tradición hiperindie, el director vendió su casa y la mayoría de sus pertenencias para pagar esta primera película, y gastó $500 mil para hacerlo con la mayoría de “no actores” en una hermosa parte de Andalucía, y fiel a la misma tradición ha permanecido en quiebra desde entonces.

Y es que el rodaje tomó 1 año, como explica el director, para poder rodar los cambios de estaciones y paisajes, que reflejan el estado de ánimo y los pensamientos de los protagonistas; pero todo el filme lo define el joven Gonzalo Sánchez Salas que cumple con soltura un papel pesado.

Él interpreta a un niño de 13 años, emocionalmente encerrado, cuyo padre falleció recientemente; es ingenuo y vulnerable, y está a punto de descubrir su homosexualidad.

Al ser esta la primera película de Salas, es fácil entender cómo ofrece una actuación tan poderosa con una exuberancia tan juvenil.

Sin embargo, quedan cosas en el tintero:

¿Pablo quitó intencionalmente la escalera o no había visto que su padre estaba en el techo de la casa?

¿Pablo ve en el extraño a un padre sustituto, o sintió por él una atracción homosexual?

¿Julia se burló del cartero y estuvo consintiendo?, de todos modos es un abuso sexual...

Pero al menos el filme lleva apuntada la homosexualidad infantil, que es un tema que parece tabú en el cine, de lo poco que se ha tratado.

O bien, en cuanto a la ambigüedad, no la criticaría; pues obliga al espectador a pensar.

También se le puede achacar que hay demasiadas tramas o eventos que no tienen cabida y que pudieron cortarse, como todo el rollo del hijo del mecánico; o bien lo que tiene que ver con la amiga putilla...

Seguro todo ello obedece para mostrar con más fuerza el poder de la ignoracia en los pueblos que se mueven más por los rumores y el sensacionalismo que por las verdades.

Total, hay películas que pueden revelar la búsqueda universal de esa verdad que deja una huella indeleble en el alma humana; y de todas las virtudes internas que tienen un propósito de duelo, el amor es una que puede consolar o destruir a quienes lo buscan; y sin embargo, es el único poder sobre el que tenemos menos control.

“Una traición que acabó con una infancia”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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8
5 de febrero de 2021
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Terminando de ver “Shock to the System” (2006) de Ron Oliver con Chad Allen, Sebastian Spence, Michael Woods, Daryl Shuttleworth, Morgan Fairchild, Anne Marie DeLuise, Rikki Gagne, Stephen Huszar, Nelson Wong, Ryan Kennedy, Jeffrey Bowyer-Chapman, Shawn Roberts, entre otros.

Película de suspense de temática gay, es la 2° adaptación cinematográfica de una novela de Richard Stevenson protagonizada por el detective privado abiertamente gay, Donald Strachey que comienza en “Third Man Out” (2005)

Aquí, después de la misteriosa muerte de un cliente, el detective privado Donald Strachey se infiltra en un grupo de terapia para gente homosexual que quiere volverse heterosexual... por lo que Strachey se enfrenta al fundador del grupo para probar que la muerte de su cliente no fue un suicidio.

Strachey es un hombre gay que vive en Albany, New York con su pareja Timothy Callahan, quien trabaja como asistente legislativo de un senador del estado de New York; pero en su trabajo, los clientes de Don a menudo sienten que su orientación sexual le da una ventaja cuando se le pide que investigue casos que involucran a la comunidad gay de Albany.

Así, en las novelas de misterio gay de Stevenson basadas en su creación de Donald Strachey, han encontrado el equipo perfecto para transformar estas historias tan interesantes y entretenidas en películas; por lo que Shavick Entertainment ha adaptado 4 libros para la red de televisión LGBT Here!, empezando con “Third Man Out” (2005), “Shock to the System” (2006), “On the Other Hand, Death” (2008) y “Ice Blues” (2008)

Todas las películas han sido protagonizadas por el actor canadiense, abiertamente gay, Chad Allen como Strachey.

Respecto al material literario, comenzando con “Death Trick” (1981) las lecturas son de primer nivel con tramas inteligentes, envolventes y a veces violentas; en otras palabras, no son misterios gay... son misterios que presentan un detective privado gay; y ya sea en comparación con Sam Spade, Philip Marlowe, Mike Hammer o cualquiera de las miles de imitaciones menores, el detective heterosexual básico es un “ámalos y déjalos” escribir con una nueva dama en cada historia; pero las historias de Donald Strachey enfatizan que Strachey es un tipo casero, que se ha establecido con el amor de su vida y están muy enamorados; y eso queda claro en las películas y los libros lo demuestran en cada oportunidad.

Respecto a la película, las imágenes tienen un evidente estilo retro y “noir”, especialmente en la oficina de Strachey, con las persianas de las ventanas, el ventilador de la mesa, y la luz y las sombras.

Solo la secuencia de créditos de apertura presenta excelentes esquemas en blanco y negro, y una excelente partitura de jazz.

Ya en la segunda mitad, la luz y las sombras, junto con una música espeluznante y la imagen de una figura encapuchada corriendo por un pasillo oscuro, se combinan para crear un suspenso excelente con guiños a filmes emblematicos del cine negro como “The Maltese Falcon”, “The Big Sleep” y “Out of the Past”

El diálogo es nítido, relevante, intenso cuando es necesario y divertido cuando se relaja, mientras la cinematografía hace una hermosa reverencia a las antiguas técnicas del cine negro de Hollywood, y el elenco es excelente, lleno no solo de un montón de dulces para la vista, sino también con algunas caracterizaciones muy bien realizadas.

Claro está, todos los 90 minutos recaen en Chad Allen, que ofrece una interpretación excelente, a veces desgarradora, como Strachey; tanto así que algunas de estas escenas y luego algunas escenas de autoexamen e introspección sobre su propia vida con su compañero Sebastian Spence, muestran una actuación realmente conmovedora de Allen, que hizo pública su homosexualidad y que ahora se ha convertido en un activista de la causa LGTB, interpretando casi siempre a personajes gays en sus películas o en obras de teatro; aunque ahora está retirado de la actuación y más dedicado a su profesión, ¡la psicología!

Todos los actores restantes parecen cómodos en sus roles, y es bueno ver a Nelson Wong regresar como secretario de Donald; Morgan Fairchild aparece en un cameo bastante ingrato y, aunque Sebastian Spence es un poco menos tonto como el novio abogado de Donald; hay otros actores con peso dramático, enigmático y patético.

Lo malo del filme es que es de bajo presupuesto, tal vez una dirección más pulida pudo haber ayudado a que el filme tenga más caché; y personalmente encontré el tema de la curación sexual para gays más fascinante que el tema de “la salida del closet” y la aceptación como gay.

Mi impresión es que los cineastas aquí quieren que la audiencia se concentre en la naturaleza dudosa de la terapia gay impulsada por los políticos conservadores; sin embargo, el filme tiene un fondo más universal y deja de lado la cuestiön gay para decantarse como lo haría con cualquier otro filme de asesinato misterioso.

Y el resultado del misterio tiene una ingeniosa ironía; por lo que esto lava las facturas y hace que la película sea melancólica e incluso triste.

Otro dato de interés, es que los libros se escribieron y las películas se hicieron en un momento en que la gente LGBT está presionando por los derechos del matrimonio en EEUU; es interesante especular, que la idea de un detective privado gay, se originó 20 años antes, o si tales historias se escriben 20 años en el futuro, cuando el matrimonio ya está asegurado, si un héroe “pulp” como Donald Strachey será el típico detective solitario que trata con una multitud de bares, que ama y deja una sucesión de jóvenes fiesteros...

De eso no trata el filme, y eso lo eleva muchisimo, porque no se trata de centrar la trama en la homosexualidad, sino en utilizarla como contexto de una historia.

“Algunos secretos matan”

RECOMENDADA

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Alvaro Zamora Cubillo
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5
5 de febrero de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Ein Leben lang kurze Hosen tragen” (Use pantalones cortos de por vida - 2002) de Kai S. Pieck con Tobias Schenke, Sebastian Urzendowsky, Ulrike Bliefert, Walter Gontermann, Jürgen Christoph Kamcke, Sebastian Rüger, Stephan Szasz, Roland Riebeling, entre otros.

Drama alemán traducido del inglés como “El niño que nunca fui” se basa en una historia real, y reconstruye la historia de vida criminal del 4 veces asesino en serie alemán, Jürgen Bartsch, más tarde bautizado por la prensa como “La bestia de Langenberg”; el caso del delincuente sexual Bartsch en la historia de la jurisdicción alemana, fue el primero en incluir factores psicosociales del acusado, que provenía de un entorno temprano violento, para establecer el grado de pena.

La narrativa se presenta a modo de “flashbacks” cuando Jürgen tenía 15 años cuando cometió el primer asesinato y lo atrapan a los 19 años.

Así, años más tarde, en El Sanatorio de Eickelborn, Jürgen recuerda y revela su ser más íntimo en un monólogo a veces extraño...

Este es un relato ficticio que se emplaza entre 1962 y 1966, cuando Bartsch ya había matado a 4 niños de entre 8 y 12 años, y se estimaba que había cometido más de 100 intentos homicidas más; donde el método del asesinato era la paliza y el estrangulamiento, luego el desmembramiento en la mayoría de los cuerpos, donde les sacó los ojos, decapitó los cuerpos y extrajo los genitales.

No obstante, el asesino fue capturado y sentenciado a cadena perpetua, donde murió en 1976, debido a un error en el procedimiento anestésico durante su castración voluntaria.

Su confesión real, durante la terapia en El Sanatorio Eickelborn, es el telón de fondo para este viaje a lo más oscuro de una mente perturbada; pues vemos 2 perspectivas:

Una el “flashback” y otra la confesión, donde expresa su deseo por no crecer, los insoportables años en una escuela católica y la atracción homosexual.

Todo dicho en parte como recreación y en parte como “confesión grabada”

En su debut, el director y escritor Kai S. Pieck basa el guión en el libro “Jürgen Bartsch: Opfer und Täter” (Jürgen Bartsch: Victimas y Perpetradores – 1991) del germano-estadounidense Paul Moor, quien se puso en contacto con Bartsch después del primer juicio, y durante 8 años se convirtió en una especie de figura paterna para el asesino de 19 años.

El caso provocó una reacción histérica colectiva en Alemania Occidental, que no había ocurrido desde El Caso Haarmann; pues el público estaba conmocionado y completamente ignorante de los hechos de Bartsch, y aparecieron artículos de prensa casi exclusivamente condenatorios de antemano, en los que los escritores estaban asombrados de que una persona que crece en circunstancias supuestamente sólidas, pueda convertirse en una bestia así.

De esa manera, Moor se quedó perplejo cuando leyó en los informes del periódico, como que Bartsch, de 19 años, había sido bañado por su madre adoptiva hasta el día de su arresto, por ejemplo... y se interesó por el caso, también en el contexto de una gran miseria en su propia infancia, y cuando comenzó el juicio de Bartsch en 1967, participó como reportero.

Así, Moor informó que se sintió solo en el proceso porque no podía compartir las actitudes básicas que el público mostraba hacia Jürgen Bartsch.

Para él, se hizo cada vez más evidente que Bartsch no solo era un perpetrador, sino también una víctima antes y al mismo tiempo.

Fue entonces que Moor se puso en contacto con Bartsch por escrito; y en el período de enero de 1968 a abril de 1976, recibió 250 cartas suyas; donde Bartsch aprovechó la oportunidad para contar con gran detalle la historia de su vida.

Y es que en Moor, Jürgen tuvo su primer y único oyente, quien siguió con preguntas, unas que a menudo llevaba orientación psicoanalítica para poder intentar comprender su mente criminal.

Todo ese material apareció en el libro “Das Selbstporträt des Jürgen Bartsch” “El autorretrato de Jürgen Bartsch – 1972) y además de gran parte de la correspondencia entre Bartsch y Moor, el libro también publica las circunstancias de ambos procesos, las diferentes percepciones públicas del caso, antecedentes detallados y en algunos casos cita las grabaciones que se hicieron para el interrogatorio y tasación de Bartsch.

Más tarde, Moor complementó su trabajo con más cartas y declaraciones de Bartsch; y en 1991 publicó la versión final de sus representaciones y hallazgos sobre el tema de Bartsch, bajo el título que se basa el filme.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILER POR FALTA DE ESPACIO
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Zamora Cubillo
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