Desternillante, simpatiquisima comedia de enredos con una pareja protagonista de lo más graciosa (Peck está inmenso en la escena de los raviolis o en la escena de los pantalones prestados) arropados de unos secundarios fantásticos, destacando sobremanera ese hilarante y entrañable boxeador sonado.

El filme me recordó en ciertos momentos a 'La fiera de mi niña', pero sobre todo a "No hay tiempo para amar", de Mitchel Leisen, especialmente a la hora de confrontar dos universos bien distintos, uno el de ella y sus amistades: elegante, culto y mucho más estirado; otro ,el de él y los suyos, mucho más rudo y más varonil. El choque está servido.

Fantástico colorido, algo que suele tener algunas de las pelis de su director, además de hacer notar claramente su pasión por el musical.

Fabulosa película que gracias a una planificación y una narración espléndida nos va presentando los hechos, las situaciones y los personajes. Uso magnífico de la pantalla dividida. Toni Curtis, de órdago. El uso de la imaginería visual para mostrar la mente de un enfermo es fascinante, además de desasosegante.

Me ha gustado, que vaya eso por delante, pero la he visto algo insuficiente, me he quedado con ganas de más, le hubiese venido muy bien más metraje, y de esta manera, haber desarrollado mucho más el tema del dominio sobre quien ostentaba el poder en Rusia, aunque quizás no haya tenido la profundidad necesaria a lo largo de su metraje.

La labor actoral de Cristopher Lee es estupenda, ayudándole mucho a ello su imponente físico convirtiéndolo en un personaje aun más temible si cabe.En las escenas de la posada/bar, como se nota que se trata de una producción de la Hammer, ¡es como un sello!.

Un filme estimable, en el que he visto ciertos ecos de 'Svengali'.

¡Qué bailes se pega el monje!

Otra joya de la productora Ealing con una pareja protagonista de lo más entrañable. Los momentos del golpe, la persecución de las colegialas y la persecución final (desternillante el momento interferencia de la antena o la parte de la convención de policías) son magistrales. Y como guinda, ese cierre 'con giro sorpresa' lleno de mala baba.

Fantástico remake de la británica 'Luz de Gas', donde al parecer muchas de las copias de la misma fueron pasto de las llamas gracias a la MGM, productora de dicho remake. Imagino que para que su creación pareciese más original.

Magnífica ambientación y una atmósfera opresiva conseguidísima para este espléndido thriller psicológico, donde Charles Boyer como Ingrid Bergman, ¡inmensa!, están soberbios.