Sofi me cae de “puta madre”. Que gustazo el día que decidió ser directora de cine, y no cantante, actriz o diseñadora de modas. Imagino que, después de chutarse toda la filmografía de su padre, entre muchos otros directores, le entró ese cosquilleo que uno tiene cuando siente que ha encontrado el proyecto de su vida, por llamarlo de alguna manera, que eso es lo de menos. Así, prosigo, la querida Coppola se dispuso a comenzar su vituperada carrera hasta el día de hoy, a punto de comenzar su cuarto filme.

Cuando realizó “Lost in translation” (su mejor obra, creo yo), la crítica fue unánime y magnánima con ella. La ensalzaron a niveles insospechados. La llamaron una “Obra Maestra”. Sospecho que fué un gran orgullo para su padre, que para esas fechas ya no hacía cine tan rotundo y hermoso como la trilogía de “El Padrino”, o “Apocalypse Now”. La cúspide ya la alcanzo, la cima de su montaña rusa esta intocable; ahora, cási estoy seguro que Francis quedó deslumbrado al contemplar el segundo largometraje de su hija como directora. Y un gran porcentaje de cinéfilos también quedaron maravillados, yo incluído. Y pensamos en viajar a Japón, en curiosear su cultura, en cantar en un karaoke, o lo que es igual, en vivirla de un modo tán humano y sincero como lo hicieron Murray, Johansson y compañía. Para un amigo fué la película de su vida, y lo dijo con un orgullo digno del mejor poeta de todos los tiempos. ¿Cuántos se pueden jactar de lo mismo?

Sin embargo, no todo el público se decantó como la crítica lo anunciaba. La tacharon de aburrida, de pedante, de pretenciosa, de vacía, de tonta, de burlarse de una cultura ajena, de espantosa, de insípida, de mierda… que se yo. Supongo que sus detractores ya han usado todos los adjetivos negativos existentes en la faz de la tierra. Hasta los del idioma élfico. Y si a un amigo le cambio la vida, y como hay equidad en éste mundo, pues a otro amigo le espanto sobremanera, casi jurando que, a quienes nos inspiró para bien, estábamos una copa de más al momento de su revisión. El dice que es desastrosa y tonta. Y respeto y admiro ese punto de vista, aunque desde luego, no lo comparto.

(Continua en spoiler)

Es muy común ver como género la ciencia ficción en el anime. Esta vez, no es la excepción. La historia suena a una combinación de muchas, pero con un fin que las une: la inminente destrucción del mundo. Tópica y típica. Si, pero bien hecha.

La animación es notable, combinando 2D y 3D de forma correcta. Los personajes se asemejan a otros más famosos (Ghost in the shell, Cowboy bebop). La estética esta cuidada. En general, bien a secas.

La música, por otra parte, es un punto a favor para el filme. Grandes temas con el suficiente coraje para que te emociones. Y disfrutes.

El problema que le encuentro es el siguiente. La historia es fría, que no mala. Como consecuencia te mantienes distante de ella en todo el metraje de ésta. No encuentras la suficiente empatía con alguno de los personajes. Quizás el objetivo fue este, y no lo demerito. Tan solo lo veo como una oportunidad, para mí, perdida.

Sin embargo, mi nota sube con el desenlace del filme. El cual es grandioso. Wonderful days, titulo que, tras visionar la animación, esconde un bello e irónico mensaje, marca un enternecedor y poético final. Abierto, pero realmente necesario. Y es que no encuentro más amor eterno que el que dos seres, amigos en la infancia, enemigos íntimos en la posteridad emprenden cuando aquel bello cielo que vieron por última vez y fue la ocasión que sus miradas mostraron el nacimiento del amor, se abre de nuevo. El corazón despliega sus alas…

Despierto…

Veo una foto en un piano, un recuerdo del ayer.

Aquí estoy de nuevo; si diera una mirada nostálgica hacia atrás vería un mundo de ensoñaciones, de sueños… de utopías salvajes.

Me encanta estar aquí; diatriba permanente de la esencia de nosotros (ellos)… pero no me quedaré mucho tiempo.

Estoy flotando en las tinieblas, en el caos. Alcanzo a ver a lo lejos una completa degradación de nuestra condición. Se nos ha extinguido, el exterminio ha sido brutal. Violento.

Pero hay tanta belleza… he comprendido una vez más que nada (ni nadie) es para siempre, ni el creador, ni el monstruo; una vez más veré arder en llamas naves del Orion, y allá a lo lejos, cerca de la puerta de Tannhäuser, volveré a ver aquél brillo destellante, como una aurora boreal en estado violento, de tonos sublimes. La lluvia volverá a quedar como testigo, aunque lo haga a costa de millones de lágrimas.

El unicornio también fue símbolo de virginidad…

Una sincera felicitación a Todd Phillips por lograr lo que hasta ahora es, su mejor película. “Resacón en las Vegas” supone poco más de hora y media de risas casi garantizadas.

Y es que vamos, que el gran éxito que ha tenido en taquilla no debe generarnos más expectativas de la que le podemos otorgar a un producto destinado a entretenimiento sin más. Que no es, ni la nueva película de Eastwood, ni el sorpresón sueco del año. Aquí no veremos un estudio a profundidad de la condición humana (como consecuencias de el alcohol, quizás, si no lo tomamos más serio de lo que pretende la peli), ni tesis religiosas sobre el régimen de los estándares sociales. Tan solo un disparate excéntrico para unas buenas risas.

Que tiene sus pegas, pues sí, como muchas comedias made in USA. Hay varias bromas muy primitivas, algunas otras de mal gusto o difíciles de digerir. ¿Algún día dejarán de implantarnos finales tan felices y moralistas en su último tramo? (es lo que más me saca de quicio). Entre tanta exageración (un tigre, un bebé, un auto policial robado, un colchón en la azotea, chinos amariconados, y la lista sigue y sigue...), por momentos abusan de el sentido de la coherencia, que sí, algunos lo encontrarán desternillante de cabo a rabo. Yo es que exijo un mínimo de verosimilitud. Finalmente, ese tal Galafaniakis en lo absoluto me parece de un perverso encanto, no creo ser el único que lo encuentre medio insufrible. Como sea y, obviando todo lo que se pueda considerar negativo, mas el hecho de que no vayamos predispuestos, la diversión es un hecho.

El cameo al menos interesante. Lo mejor sin duda alguna, los créditos, jo… de esos que hacen historia.

Un ojo se abre. Parece desconcertado. Le pesa la incertidumbre. Sufre.

Alcanzo a ver con gran elocuencia que el proceso del filme, es el mismo proceso de la escritura de Dominic Bauby.

Primera persona, cámara subjetiva y voz en off. Extraordinario trabajo.

Percibo la obsesión de Schnabel por la tragedia. Acaso uno de los cineastas que están mas al margen de el ímpetu central de su vocación.

Actuaciones para la posteridad. Soluciones arriesgadas, inesperadas y genialmente logradas.

Luces, miedos, sombras y reflexión.

Seigner y su banda Ultra Orange & Emmanuelle, Tom Waits, The Dirtbombs, Joe Strummer and The Mezcaleros, Charles Trenet, Velvet Underground. Extraordinaria banda Sonora.

Nunca un viaje a la mente de un hombre derrochaba insuperable imaginación.