Reconozco que no le tenía fe a Cillian Murphy, porque si bien me gustó en sus papeles anteriores, no me pareció nada espectacular. Creo que es su mejor actuación hasta el día de hoy (me enteré que lo nominaron al Globo de Oro) y también mi película preferida de Jordan. Muy ciudada desde lo estético y también desde lo argumental. Me pareció eficaz el equilibrio entre lo individual y lo social que refleja el film. Lo mejor de la película es cómo el director de las ingenia para mostrar la crisis de Irlanda del Norte y la realidad del terrorismo desde la perspectiva del maravilloso personaje de Cillian Muphy.

Los Coen no son mis directores preferidos, pero hay que admitir que todas sus películas son muy buenas, y esta no es para nada la excepción. Es más, yo diría que es de las mejorcitas. He leído críticas que dicen que lo único malo de esta película es el inicio, cuesta "meterse" en el tema, y puede que sea cierto. Pero si hay que superar esa media hora para ver lo que le sigue, no hay mucho que pensar... se aguantan y después disfrutan porque entre las actuaciones, la fotografía y la mística de la propia película es bastante difícil que uno no quede satisfecho. Es final es im-pe-ca-ble.

Junto con Inside Man, una de las mejores películas que vi de robos de bancos. Se trasdiente a sí misma, excede lo meramente cinematográfico y lo integra con una crítica social plasmada en un guión más que elogiable. Es genial ver lo que sucede con el público, es el plus que le encontré a esta obra del Sr. Lumet, que cada día me cae mejor.

Una película nostálgica a más no poder, con un guión muy bueno y actuaciones por parte de Holly Hunter y Anna Paquin todavía mejores. Es una película para disfrutar con todos los sentidos; la banda sonora y las imagenes del piano en la playa son espectaculares. Y el final es poesía pura.

Una muy buena demostración de lo mucho que se puede hacer con poco presupuesto. Es una película ultra independiente (de esas en las que la cámara se queda estática cinco minutos sin moverse) pero no por ello aburrida. Al contrario, alcanza niveles de tensión insospechados. Lo que más me gustó es la objetividad con la que el director trató el delicado tema del aborto. Es una película fuerte (hay una escena, tan explícita como clave, que puede llegar a impactar a los de estómago débil) y arriesgada que vale la pena ver. Y es ideal para el debate, también.