Si como yo eres un fan empedernido del cine británico, esta película es para ti. Pequeñas cartas indiscretas tiene ese encanto que solo el cine de las islas consigue: sea por sus intrincados diálogos, los acentos británicos o los acogedores pueblecitos. Y por supuesto, el inmenso talento de su reparto, en especial una espectacular Olivia Colman que lleva el peso de la cinta y la eleva. Basada en una historia real, esta cinta es sorprendentemente ingeniosa e inteligente en su crítica social; y también muy divertida, y eso que no encuentra el equilibrio entre drama y comedia hasta el tercer acto. Aún así, el conjunto se sostiene de maravilla en una hora y media más que disfrutable.

Taylor Sheridan se está construyendo todo un universo televisivo en torno a Yellowstone. El primer spin-off que tuvo su serie madre protagonizada por Kevin Costner fue este, 1883, que en España no hemos podido disfrutar hasta la llegada de SkyShowtime hace apenas dos meses.
Mientras que Yellowstone es una serie a la que yo le encuentro bastante pegas (voy por la segunda temporada), 1883 me ha dejado fascinado. A excepción de ciertos aspectos melodramáticos que para mi no terminan de funcionar (como la voz en off de uno de los personajes o un último capítulo que se me ha hecho demasiado “intensito”), es una serie impecable.
La premisa es relativamente sencilla; un grupo de inmigrantes europeos llegan a Estados Unidos con la intención de cruzar el país para llegar a la zona oeste y vivir el sueño americano. Junto a una famila, un exgeneral del ejército y varios hombres contratados, comenzarán un viaje rumbo a lo desconocido buscando una vida mejor. Dicho viaje es desolador; a lo largo de los 10 capítulos vemos a los personajes enfrentarse a situaciones casi imposibles y desgarradoras, con un realismo y crudeza extremos ensalzados por un diseño de producción excelente y un reparto de 10.
Como decíamos antes, la excesiva carga dramática marca de la casa puede provocar que la serie se vuelva algo densa en algunos tramos y a la hora de desarrollar a más de uno de sus personajes; pero es algo que forma parte intrínsecamente de la personalidad de 1883. Si te embarcas en este viaje, debes asumirlo. No obstante, no es algo que juegue en su contra salvo en momentos contados; y lo dice alguien a quién no le suele gustar que se utilice este recurso al contar historias y que tiene muchos problemas con esto mismo en Yellowstone.
1883 es un soberbio viaje por el auténtico salvaje oeste y todo lo que implica; una propuesta diferente y fresca que supone una grata sorpresa en este “Yellowstoneverse” en particular y en el panorama televisivo actual en general.

Me ha encantado. No voy a negarlo. Lego lo ha clavado. Nos ha entregado un telefilme en el que revisitamos toda la saga Skywalker tras las secuelas, y en el que se homenajea a todas las películas; pero este especial también se ríe de ellas. El característico tono cómico de Lego se ve reflejado en bromas y giños a momentos amados, odidados o icónicos de la saga.
El viaje de Rey es lo principal, y es espectacular. La trama navideña queda relegada a un segundo plano, pero casi que mejor así, porque no roba demasiado tiempo y aporta el toque navideño.
Es genial poder ver a los diferentes personajes viajando entre películas o encontrándose entre ellos, en momentos técnicamente imposibles como un duelo Rey-Vader en la carrera de vainas de La Amenaza Fantasma.
No sólo es divertido y te hace pasar un rato estupendo; también es una gran adición a la saga.

Da mucha pena echar la vista atrás a los inicios del Monsterverse. Pensar que hemos pasado del espectáculo de terror spielbergriano a escala descomunal que trajo Gareth Edwards con Godzilla y de esa aventura a lo guerra de Vietnam de Kong: la isla calavera a lo que sea que es Godzilla y Kong: El nuevo imperio entristece. Se lleva gestando desde el descalabro que fue Godzilla: Rey de los monstruos una degradación del Monsterverse que alcanza su punto más bajo aquí. Hemos pasado de películas en las que los monstruos eran, de hecho, monstruos a los que la humanidad tenía que hacer frente y en las que se analizaba el impacto de su llegada y destrucción en la sociedad a películas que sin sentido alguno de la escala muestran acción kaiju sin el más mínimo sentido. Entiendo y respeto que haya gente fan de estos titanes a los que les encante esta acción; a mí no me dice nada, me parece que carece de emoción porque por mucho que se sobrehumanice a los monstruos, sigo sin conectar con ellos lo suficiente. Y si encima tienes a un Godzilla que lleva 4 películas dando bandazos constantes entre ser el héroe o el villano de la historia, peor me lo pones.
Ni siquiera hay una trama que pueda criticar, porque no es más que una repetición de ideas ya vistas en el propio Monsterverse. Ahora hay una tierra más hueca todavía con un planeta de los simios, y una versión Gormiti de Godzilla más chunga todavía.
Ni pies ni cabeza; un espectáculo vacío y ridículo de efectos visuales magníficos. En otras circunstancias, sería aquí dónde yo me bajaría del barco. Pero me niego a perder la esperanza cuando hace apenas unos meses se estrenaba una serie como Monarch que pese a sus fallos, recuperaba la esencia de los orígenes del Monsterverse, con un foco más humano y complejo. Esa serie la han renovado por una segunda temporada. Sólo queda esperar que las películas recuperen ese estilo y calidad también. Total, peor que esto ya no se puede hacer, ¿no?

Jeanne du Barry, mujer que robaba las miradas de todo el mundo para bien y para mal, incluyendo la de un Luis XV que cayó rendido a sus pies, parecía una figura histórica digna de plasmar en la gran pantalla. Con los primeros avances, esperaba que esta cinta tirase más por lo salvaje y alocado, con fiestas en la corte a lo Babylon. Y tal vez le habría venido bien seguir por ese camino. No obstante, el proyecto que hemos recibido sigue siendo un sólido drama de época.
En este (espectacular) Versalles todo gira en torno a las miradas y las formas, y Maïwenn sabe transmitirlo sin caer en lo tedioso. Además, su Jeanne du Barry es carismática para el rey y también un personaje con el que puedes conectar a nivel emocional.
Y por supuesto, está Johnny Depp es un retorno a la primera plana cinematográfica. Siempre ha sido uno de mis actores favoritos y tenía muchas ganas de verle aquí. Me he llevado una sorpresa al verle en un papel tan relativamente discreto y con poco diálogo (pero el poco que tiene lo maneja bien, siendo en francés encima). Sin embargo no por ello deja de ofrecer una actuación magnífica: de hecho, enfatizando en los gestos y miradas demuestra lo versátil que es y lo bien que se le puede dar también un drama como este.
Aunque con Maïwenn como la estrella de la función, ambos lideran esta película exquisita para la que yo tenía muchas ganas y que no ha decepcionado.