Poca gente recuerda al director-actor William Keighley, ya que se retiró en los 50, pero hizo un puñado de buenas películas y esta es una de las mejores. Buen cine negro, muy superior a otras películas de estilo pseudo-documental, como es el caso, relato de una investigación "caso real" del FBI. El protagonista absoluto de la peli, aunque no lo sea nominalmente, es Richard Widmark haciendo de malo. Es cierto que siempre suele componer un malo parecido, cínico y psicópata (como el Tommy Udo de "El beso de la muerte"), pero lo cierto es que lo borda. El bueno de la peli es Mark Stevens, un actor al que se consideró prometedor pero que no alcanzó grandes cotas (aunque participó en unos cuantos films de cine negro) y que medio se retiró al final de los 50. Algunos secundarios de garantías, como Lloyd Nolan, Ed Begley o John McIntyre: La participación femenina es muy limitada, con algunas escenas para Barbara Lawrence como novia de Widmark. Lo dicho, recomendable.

Edgar G. Ulmer fue un auténtico especialista en hacer productos de calidad con muy pocos medios, y en ocasiones duele que alguien que ha hecho pelis como "Barbazul", "Detour" o "Ruthless" haya quedado un tanto olvidado para el cine, pese a que se le ha intentado reivindicar varias veces. Esta es otra buena peli de serie B, con poco presupuesto y pocos recursos pero bastante talento, mezclando la intriga con el componente onírico-psicoanalítico, muy de moda en el cine por esta época, y con toques de "Hamlet". La protagoniza el juvenil Jimmy Lydon, que pese a las apariencias ya era un experimentado actor, y le da réplica el inquietante Warren William, que se especializó en personajes "dudosos". Los papeles femeninos tienden a tener poco peso en esta peli, siendo más bien complementos de la trama. Elegante, entretenida y bien llevada, aunque el final sea un pelín forzado para intentar hacerlo "redondo". Como digo siempre, el buen cine no necesita mucho dinero.

Buena película de cine negro, sin duda, para mí claramente superior al remake que después se realizaría con Robert Mitchum. Como siempre, seguir las tramas de Chandler es trabajoso y difícil, aunque mal que bien te acabas enterando. Bien Dick Powell, un tipo que venía de la música, en este papel de duro, demostrando que era mejor actor de lo que muchos pensaban. Puede ser un poco irregular a ratos, pero siempre es un placer verla, y para mí es una de las que marcó el tono de lo que era el cine negro.

No hizo MGM muchas películas de cine negro, esta es una, y no es mala en absoluto. Protagoniza Van Johnson, que siempre ha tenido fama de ser mal actor, y la verdad es que a mí nunca me ha parecido que destaque por malo, por lo menos con respecto a otros. Es cierto que a veces era un poco hierático, pero yo creo que aquí está más que correcto. De todas formas, el protagonismo es muy coral, destacando a Gloria DeHaven como femme fatale y al característico John McIntyre como el compañero veterano de Johnson. Apuestas, corrupción, soplones y matones, con acción e intriga bien dosificadas y personajes humanos y bien retratados. Artesanía pura, merece mucho la pena pese a ser un film poco reconocido.

Interesante policial de serie B, donde no hay tanto misterio como parece, pero sí es una cinta muy entretenida, con buen trabajo de las actrices y una fotografía excelente. No me mata Ricardo Montalbán en el papel de policía, pero bueno. Buen cine con los medios justos. Ojalá muchísimas películas de alto presupuesto fueran la mitad de buenas.