Lo sumamente cabroncete y retorcido que puede ser el niñato en cuestión. Un auténtico psicópata al que todo le va saliendo rodado y al que el espectador va cogiendo un odio visceral.
De admirar el giro de guion que cambia el tono del film y la resolución de este, no podía el mocoso salirse con la suya.

Recomendada.

¿Quién no se ha sentido alguna vez como Eliza?. El amor trae toda esa retahíla de sentimientos que pasan de la euforia a la tristeza, que nos vuelven capaces de lo mejor y de lo peor y que en esencia nos permite realizar actos puros por otro ser vivo. Eso es lo que experimenta la protagonista y eso a fin de cuentas es lo que pasa cuando nos enamoramos.

El final es como toda la película, amargo y realista. Nada de final feliz. Quizá ese atisbo de redención de los personajes de McDormand y Rockwell. Se hará justicia sí, aunque sea con una amarga y trágica resolución. Lo que es la vida muchas veces.

El cinismo de Luke Skywalker, el porqué de su retiro y su negativa a entrenar a Rey es el punto más interesante de la película. Su explicación de la fuerza y de porqué los Jedi deben terminarse es sencillamente una maravilla.
La fuerza no pertenece a los Jedi, no importa el linaje que uno tenga, no importa la sangre. Cualquiera puede ser usuario de ella. Esto choca con la visión dogmática de la orden Jedi, lo que al final los condujo a su desaparición fue su soberbia y altanería en el hecho de creerse los únicos con derecho y control sobre la fuerza.
El giro genial de Johnson sobre el origen de Rey así lo demuestra, no es Skywalker, no es Kenobi. Es simplemente Rey, una chica cuyos padres la vendieron al mejor postor y por cuya sangre corre una habilidad para con la fuerza que no parece tener límite.

La contrapartida a esto es el Joven Ben Solo, ahora Kylo Ren que sigue en ese conflicto, al que se le ve como lo que es, un niño perdido con la necesidad de probarse a sí mismo y ocupar un lugar privilegiado por su linaje.
Es fantástica la evolución de este personaje, sus dilemas y sus pesares (Adam Driver está simplemente genial).

De nuevo Johnson pega un puñetazo en la cara a todos los que pensábamos que el líder supremo Snoke iba a ser el malo definitivo de esta trilogía. Si, es poderoso, si, es manipulador y mezquino, pero ayy, no era más que otro peón en manos de Johnson, su muerte a manos de Kylo además de dar paso a una de las mejores escenas de la película (Kylo y Rey codo con codo peleando con la guardia de Snoke) es una declaración de intenciones, esto no va a ir como crees y tanto que no, Kylo se erige como el malo de esta trilogía y es algo completamente nuevo. Bravo por Johnson.

Mucho criticaran esta decisión, así como la supervivencia de Leia cuando tristemente la actriz que la interpreta ha fallecido, pero aquí se le hace el mejor homenaje y se trata a este personaje como debe. Leia es usuaria de la fuerza, que nadie lo olvide y digo esto por la escena que más se critica de la película.

Y llegamos al personaje de Skywalker y su destino. Luke (inmenso Hamill) nos deja las mejores escenas de la película, se nos muestra que es uno de los Jedi más poderosos que han existido y lo mejor es que sigue siendo Luke, con sus dudas, sus temores.
La aparición de Yoda como catarsis para Luke es sublime y si bien es cierto que luke muere su partida además de digna y bien llevada es necesaria para que lo nuevo cobre todo el protagonismo.

Como puntos negativos pues quizá la ligereza de la trama de Finn y la parte del casino ya que aporta bien poco pero tampoco se hace aburrida, el trato al personaje de Phasma es quizá lo más negativo. Un personaje insustancial con una muerte insustancial.

Para cerrar decir que la fotografía es sensacional y el trabajo de Williams de nuevo sobresaliente. Los últimos Jedi contiene algunos de los planos más bonitos de toda la saga (Luke frente a los AT AT) y seguramente las mejores batallas espaciales que se han filmado en esta franquicia.

El futuro tras este episodio 8 pinta alentador y mejor que nunca. Es una película genial, inesperada y técnicamente de absoluta referencia.

¡Bravo señor Johnson!