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España España · Barcelona
Críticas de Gizzu21
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Críticas 29
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
25 de abril de 2020
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Durante muchos años y hasta hace relativamente poco, en Irlanda, las mujeres que cometían "pecados sexuales" eran enviadas a centros de penitencia, donde eran esclavizadas y recibían todo tipo de humillaciones, vejaciones, torturas y hasta abusos sexuales por parte de curas. Muchas de ellas se pasaban la vida encerradas en estos centros, pues solo podían abandonarlo si algún familiar decidía sacarlas de allí o si las monjas que estaban al mando lo consideraban oportuno.

La intencionalidad de la película es clara: exponer de manera realista lo que pasaba en esos centros, sin caer en sentimentalismos. Pues aunque cuenta la historia de tres chicas, estas son tan solo la excusa para poder adentrarnos en el convento donde se desarrolla la acción, para así hacer la labor de documentación y, sobretodo, de denuncia de esos terroríficos centros.

Todas las actrices realizan un trabajo impresionante, algunas en papeles más contenidos, mientras que otras en roles totalmente estremecedores. Dotan de una gran credibilidad a todos los personajes, a pesar del escaso desarrollo de estos.

La dirección de Peter Mullan es notable, y en algunas escenas se acerca a la brillantez. Una de ellas es, de hecho, una de las primeras; tras la violación, ese juego de susurros y miradas, que nos adentra de golpe en la realidad de un país profundamente conservador y gobernado por la moral religiosa.

Hay algunas escenas muy duras. Pero todas ellas necesarias para exponer los abusos de la iglesia católica, el machismo institucional y la escasa moral de las monjas –y los curas– que trabajaban en aquellos conventos. De hecho, solo con la distribución del comedor y las diferencias entre la comida de las internas y la de las monjas, ya se está poniendo de manifiesto la doble moral de estas.

El ritmo no decae en ningún momento, y sin ser ni lenta ni rápida, sí que es entretenida y mantiene el grado de interés elevado durante todo el metraje.

Viendo esta película he sentido una gran impotencia, rabia y una profunda pena. Es sin duda una película necesaria y una historia que merece ser contada.
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Gizzu21
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8
19 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un canto a la libertad sexual y de la mujer, un perfecto alegato contra el machismo.

Adrien y Daniel son dos jóvenes amigos, atractivos, intelectuales y narcisistas. Haydée, con quien comparten casa de verano, es una joven guapísima que vive su sexualidad libremente y que actúa sin pretensiones. Esto molesta mucho a los dos chicos, que a pesar de sentirse atraídos por ella, la consideran inferior en el aspecto moral e intelectual, y la critican por su soltura a la hora de mantener relaciones con chicos.

Aunque ambos lo niegan, la obsesión que sienten por ella es cada vez mayor, hasta el punto en que la joven se convierte en el centro de atención absoluto y ambos hacen lo posible por poseerla, aunque lo esconden tras un juego de orgullo entre hombres.

Mientras, ella se mantiene ajena a todo esto. No por ingenua, sino todo lo contrario, pues se divierte con la situación, y ante las constantes críticas de los chicos, ella responde con el arma que más les puede doler: la indiferencia.

Y es así como los chicos cada vez son más dependientes de ella, mientras Haydée sigue viviendo libremente y sin sucumbir a los intentos de los chicos de hacerla sentir mal.

Éric Rohmer analiza y retrata el comportamiento humano con una exactitud implacable en este relato repleto de sutileza e inteligencia. Cuenta con un ritmo pausado que nos permite saborear cada plano, de una belleza alentadora, y fijarnos en cada grácil detalle, y que nos induce a reflexionar sobre temas que resultan actuales todavía en la actualidad.
Gizzu21
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8
17 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro Buñuel se aleja de su faceta más surrealista para firmar este magnífico drama de apariencia sencilla y con dosis del humor más sutil y sarcástico. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Galdós.

La película sigue la historia de la joven y bellísima Tristana, que tras la muerte de su madre es acogida por Don Lope, un hombre casi anciano, mujeriego y con ideas de izquierdas o anarquistas y radicalmente anticlericales. La joven se convierte rápidamente en un objeto de deseo para el hombre, que aprovecha su posición de poder y la inocencia angelical de Tristana para dominarla y convertirla en su amante, renegando de la figura paterna con la que se identificaba inicialmente y despertando en ella un gran resentimiento.

Tristana cada vez siente más aversión por Don Lope, cuando conoce a un joven y atractivo pintor con el que inicia una relación secreta. Poco a poco, empieza a adueñarse de sus acciones y cada vez es menos sumisa de Lope, que se ve incapaz de dominarla como antes solía hacerlo.

A partir de aquí seguiremos la evolución de los dos principales personajes, que Buñuel retrata inteligentemente a modo de denuncia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gizzu21
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8
4 de abril de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película. Pantalla en negro y aparece una impactante primera imagen de corazón palpitando, mientras una ópera inunda nuestros oídos. Toda una declaración de intenciones.

Luego conocemos a Steve, un cirujano y padre de familia que vive una vida feliz y tranquila. Y a Martin, un adolescente que ha perdido a su padre recientemente y que encuentra en Steve una figura paterna. La relación entre ambos parece cordial (dentro de los límites impuestos por el cine de Lanthimos), aunque intuimos en el joven una ligera obsesión por el doctor. Pero todo se empieza a torcer cuando el hijo pequeño de la familia queda paralizado de cintura para abajo. Más tarde, su hermana sufre el mismo problema. Entonces nos es revelado que esta situación no es casual, sino que se trata de una venganza contra Steve por un error cometido en el pasado, y que solo él tiene la capacidad para remediarlo. Es aquí cuando se le plantea un complicado dilema: deberá elegir entre sacrificar a uno de sus familiares o perderlos a los tres en estas extrañas circunstancias.

Este punto de partida, inspirado en la tragedia griega de Ifigenia en Áulide, es solo una excusa para analizar de manera cruel y fría las relaciones familiares, el egoísmo de los individuos por delante del concepto ‘familia’, así como para realizar una crítica mordaz a la naturaleza humana.

Una de las ideas más poderosas de la película es la inevitabilidad del destino. Una vez se ha dictado sentencia, nada ni nadie podrá cambiarla. Es inútil buscar el porqué o intentar evitar los futuros sucesos, porque estos ya no dependen de nosotros. La familia de Steve sufrirá las consecuencias de sus errores del pasado, y él no podrá hacer nada para evitarlo. Aunque en sus manos está rebajar las consecuencias, pagando, eso sí, un alto precio.

Otro de los temas claves, ya expuesto más arriba, es la fragilidad del concepto ‘familia’. Pues en un inicio se nos presentan como una familia idílica. Pero en cuanto todos están al corriente de la situación, empezará una lucha entre ellos para ganarse el cariño del patriarca y evitar así su sacrificio. Porque por mucho que se quieran entre ellos, el instinto de supervivencia y el amor a la propia vida siempre van a ser más poderosos. Sí, somos egoístas, y cuando las cosas se ponen feas, haremos lo necesario para sobrevivir. Aunque esto suponga arrojar al vacío a las personas que más queremos, incluso a los hijos a los que hemos dado la vida.

El guion mantiene a la perfección el grado de interés y la tensión a lo largo de todo el metraje, dándonos los elementos justos para seguir la historia, pero también dejando un gran margen para la reflexión personal. Está repleto de simbolismo y de frases con dobles lecturas que son de interesante análisis. Los diálogos, como es habitual en el cine de Lanthimos, son surrealistas y excéntricos, y, aunque en menor medida que en otras de sus obras, también desprende un humor ácido y cínico. Esto tiene mucho que ver con la dirección de actores del griego. Los intérpretes se caracterizan por la manca total de emociones. Simplemente se dedican a reproducir los diálogos de manera estática, casi robótica, añadiendo así extravagancia a conversaciones que ya son grotescas de por sí.

Lanthimos hace gala de su prodigiosa dirección. Los movimientos de cámara lentos y milimetrados, y la excepcional fotografía, basada en planos simétricos bellísimos y ojos de pez, así como la iluminación, son elementos que contribuyen a la creación de una atmósfera inquietante y asfixiante. De esto también tiene buena parte del mérito la fantástica banda sonora, con tonos siniestros y electrizantes. El uso de la música en combinación con las imágenes es sencillamente magistral, agudizando la sensación de agobio y de incomodidad.

La influencia de Kubrick en el cine de Lanthimos se materializa en ‘sacrificio de un ciervo sagrado’, con numerosos planos que emulan a películas del legendario director, pero también con el inteligente uso de los sonidos. Por otro lado, la frialdad que nos transmite y la violencia casi sádica de sus imágenes nos puede recordar al cine de Michael Haneke, otro claro referente del director griego.

En ‘Sacrificio de un ciervo sagrado’, Lanthimos consagra su particular estilo, pasando de la provocación a la acción y completando un film redondo donde no sobra ni falta ningún elemento. Es una película tan perturbadora como absorbente, tan bella como desagradable y cruda. Cuando termina, solo puedo exhalar aliviada, aunque con un cóctel de emociones merodeando en mí cabeza y una extraña sensación de vacío.
Gizzu21
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7
24 de febrero de 2020
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Monos es una película de sensaciones, no es solo una historia, sino una experiencia cinematográfica extraña y absorbente. La imponente fotografía de las montañas y la selva, que se mimetiza con el comportamiento de los protagonistas, la tenebrosa banda sonora y las espeluznantes interpretaciones contribuyen a crear una atmósfera asfixiante.

El guion no está repleto de grandes diálogos, sino que se sirve del mínimo para complementar y dar coherencia al cóctel de emociones al que estamos asistiendo. Aquí los ruidos, los gestos y las miradas son más importantes que las palabras. Esto no sería posible sin las salvajes actuaciones del reparto, encarnando el lado más animal y cruel, casi deshumanizados por completo, convertidos en bestias. El bien y el mal son conceptos ajenos a ellos. En la mayoría de personajes, solo encontramos la humanidad en su miedo y en algún llanto reprimido.

'Monos' explora el salvajismo y la crueldad de las guerrillas con una visceralidad incomoda, y desde una película más cercana al horror que al cine denuncia. Landes mantiene la tensión elevada durante toda la cinta, y es capaz de mostrarnos toda esta crudeza con una belleza hipnótica, filmando planos desagradables e impactantes de los que es imposible apartar la vista.

Nota: 7,6/10
Gizzu21
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