Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Woman On Fire
<< 1 3 4 5 10 15 >>
Críticas 72
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
8 de enero de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Paula Ortiz tiene todos los elementos que hacen de una película una obra maestra: un elenco actoral de primer nivel, un guión ejemplar, un fotografía preciosista, y una buena dirección que ha sabido aunar todas estas virtudes para convertirlas en una pieza casi de museo.

La directora zaragozana ya demostró talento a la hora de contar historias en su primer film "De tu ventana a la mía". En ese caso con un guión propio, y en este, con un guión adaptado por ella y Javier García Arredondo de "Bodas de sangre" de Federico García Lorca. Este autor ha sido poco llevado al cine, seguramente debido a la complejidad de unir su mundo poético con el mundo de lo tangible. Sin embargo, aquí la unión ha sido perfectamente llevada a cabo, creando un equilibrio entre lo cinematográfico y ese mundo onírico que es la poesía.

El argumento gira en torno a la boda de una hermosa joven (Inma Cuesta en estado de gracia; uno de los mejores papeles de su carrera y eso que no se le pueden poner pegas nunca, interprete comedia o drama). Ella va a casarse con su novio del pueblo (Asier Etxeandía), pero su corazón no parece pertenecerle a él, sino a su anterior amor (Alex García), que ahora está casado con otra.

Cada diálogo y cada plano desprenden una pasión incontenible que traspasa la pantalla. Algunas escenas te dejan boquiabierto por la belleza encerrada en ellas. La puesta en escena y todo el diseño de producción son impecables. Los paisajes de la Cappadocia (Turquía) parecen casi fruto de un sueño. Y así, entre verso y verso, llegas al final de la película, quedándote con ganas de más, pensando en cuando volverás a verla.
Woman On Fire
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
28 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que he visto demasiadas veces "Límite vertical" y le he pillado el gusto al cine de desgracias alpinas. En parte quizás porque se que yo jamás moriré escalando un 8000 (y un 3000 tampoco). Aunque por suerte en esta ocasión no hay nitroglicerina de por medio. "Everest" es, sin duda, más lógica, pues está basada en hechos reales. Concretamente en los acontecimientos que tuvieron lugar el 10 de mayo de 1996 en dicha montaña.

La película nos va introduciendo poco a poco en el clima que reinaba entonces en el techo del mundo. Rob Hall (Jason Clark) es uno de los líderes de una empresa de alpinismo que se dedica a subir a otros montañeros al Everest por un "módico" precio. Junto a él está Scott Fischer (Jake Gyllenhaal), otro montañero que rápidamente formó su propia empresa con el mismo propósito. Entre sus clientes están estrellas como Josh Brolin, que hace del típico ricachón que cree que el dinero lo compra todo.

Una de las mayores virtudes de esta producción es la fotografía, aunque con ese espectacular paisaje, malo sería que eso no lo hubieran conseguido. La película va avanzado con pies de plomo, sin arriesgar, pero cuando empieza el caos el film adquiere buen ritmo y la tensión hace que se nos pongan los pelos de punta.

Por otra parte, el film muestra la preparación que requiere semejante hazaña. Vemos como cada empresa tiene un política diferente a la hora de elegir a sus clientes, y que este pequeño detalle puede suponer una gran diferencia a la hora de la verdad. Además, me pareció que se mostraba perfectamente la crítica, que ya está en la principal fuente (el libro de Jon Krakauer, un periodista que estuvo allí), a las aglomeraciones que había y que sigue habiendo para subir a la montaña. Estas aglomeraciones, fruto de la sobreexplotación de ese negocio, son las principales razones que causan las negligencias que después terminan en desastre. Que haya que hacer cola para subir a la cima del Everest me parece de risa, ¡como si estuvieran esperando para subirse al Dragon Khan en PortAventura!

Así pues, lejos de ser una película perfecta, es sumamente entretenida e interesante que, lejos de primar lo sentimental (como han dicho algunos), muestra con la mayor verosimilitud posible una historia que vale la pena ser contada.
Woman On Fire
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
10 de septiembre de 2015
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ricki es un papel perfecto para demostrar que una actriz de cierta edad es merecedora de buenos personajes. Es cierto que no es una señora cualquiera, es Meryl Streep, pero sigue siendo una señora de 66 años. Si, esos son los años que tiene, y por más que pese a Hollywood, las mujeres de esa edad y de mucha menos, siguen siendo buenas actrices y siguen mereciendo papeles relevantes más allá de hacer de abuela. Y por si fuera poco ella ni se ha llenado la cara de botox, ni piensa hacerlo. Por suerte hay cineastas dispuestos a pasar por encima de esa misoginia obsoleta y absurda, y crear buenos personajes para mujeres mayores. Y este es el caso de Ricki.

Ricki es una rockera, divorciada y con tres hijos a los que apenas ha visto desde su niñez, ya que se fue a Los Ángeles para cumplir su sueño de ser cantante. No ha alcanzado la fama, pero toca siempre con su banda The Flash en el mismo local y trabaja como cajera para sacarse un dinerillo extra. Cuando recibe una llamada de su exmarido y le cuenta que su hija ha sido abandonada por su marido y que tiene que ir a casa a ayudarle, ella va, aunque de mala gana. Sin embargo, esta visita desequilibra su mundo, ajeno a la maternidad, y le hace desear ciertas cosas que ya creía superadas.

Aunque algo desigual, la película no es ni mucho menos una "desvergüenza", como he leído por ahí. Al contrario, me parece que hace una interesante reflexión sobre la maternidad y el remordimiento por haber dado prioridad a su carrera artística. No es casual que el guión lo haya escrito una mujer, Diablo Cody, guionista de "Juno". Aunque debo decir que tengo cierta sensación de haberme perdido algo en el doblaje, y no solo porque le han cambiado la voz a Meryl.

Por otra parte, Kevin Kline está creíble en su papel, aunque Mamie Gummer, la hija de Meryl tanto en la realidad como en la pantalla, está francamente muy bien. Desde luego ninguno de ellos está a la altura de ELLA. Sí, con mayúsculas, porque esta mujer puede hacer lo que quiera que lo va a bordar. Como dice Cameron en Modern Family: Meryl Streep podría hacer de Batman y ser la elección adecuada. Esos números musicales que se marca no tienen desperdicio. Podría grabar un disco o dos, y hacer una gira si quisiera. Yo desde luego pagaría por verlo.
Woman On Fire
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
10 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el primer minuto de la película ya se nos previene. En 2014, el cambio climático y el calentamiento global son irreversibles. En un intento de solventar esta situación, las autoridades deciden lanzar a la atmósfera una sustancia llamada CW-7 que, en teoría, impedirá el sobrecalentamiento de la Tierra. El experimento fracasa tan estrepitosamente que convierte el planeta en un cubito de hielo. No sobrevive nadie, excepto los pasajeros de un tren autosuficiente que jamás para. Partiendo de esta premisa, tomada de una novela gráfica francesa de los 80, Le transperceneige, Bong Joon-ho construye este imaginativo thriller.

La acción tiene lugar en 2031. Los pasajeros del último vagón son los parias de esta minisociedad. Hartos de vivir hacinados, sucios y de comer unas misteriosas barras de gelatina negra, están firmemente decididos a iniciar una revuelta que les lleve hasta la cabeza del tren, donde se encuentra la máquina que lo gobierna y Wilford, el dueño y tirano gobernante del tren. Al frente de ellos está Curtis (Chris Evans), un hombre que lleva la mitad de su vida en el tren. En él queda aún un resquicio de esperanza, lo que le convierte en un líder nato; con el apoyo de Gilliam (John Hurt), un inteligente anciano, organiza el avance inexorable a través del tren. Minsoo (Song Hart-ho), el ingeniero que construyó el sistema de seguridad de las puertas, y su hija Yona (Ah-sung Ko), les ayudan a atravesarlo.

El avance por los vagones resulta absolutamente fascinante, y los momentos de tensión y calma están perfectamente gestionados, haciendo de este un viaje apasionante. Cada uno de los vagones es único, tiene una función específica, e incluso una luz y un tratamiento estético diferentes. Conforme avanzan vamos descubriendo la pirámide social del tren, no muy distinta de la real, aunque sí más estereotipada y reducida. Cuanto más cerca se está de la cabeza del tren, más corrompidas están las personas. Los vagones finales, de donde proceden los insurgentes, son oscuros, grises y sucios. Los vagones centrales son muy luminosos, llenos de ventanas desde las que se puede ver el inexorable paso del paisaje congelado. Sin embargo, en los primeros vagones, vuelve la oscuridad. Pero no sucia y desgastada como la del final del tren, sino quizás más moral, en la que residen los más privilegiados. El talento del director para rodar en lugares cerrados es una de las cuestiones más destacables de la película. A pesar de la escasez de espacios que proporciona un tren, le saca el mayor partido posible, y lo que para otros sería una limitación, para él se convierte en una fuente de imaginación. La escena de la sauna es, sin duda, una de las mejores, cuyo estilo de violencia recuerda al de su compatriota, amigo y coproductor de este film, Park Chan-Wook.

El mensaje político y ecologista de la película es bastante claro. La necesidad de la lucha por un cambio parece inevitable. Sin embargo, no podemos olvidar que esta es una superproducción, la mayor del cine coreano, y por ello va sujeta a ciertas expectativas. Quizás por ello hay alguna concesión a los cánones del cine comercial. Un ejemplo sería la escena en la que el protagonista, Curtis, se sincera, hablando de aquello que le reconcome por dentro. El personaje está perfectamente construido y podría considerarse innecesario el sentimentalismo previo a los sucesos finales.

En resumidas cuentas, es una película absorbente, aunque no carente de fallos. ¿Cómo es posible realmente que el tren no descarrile por unos raíles ultra congelados? ¿Dónde están los dormitorios de la clase alta? ¿Cómo es posible que los vagones del tren por fuera sean todos iguales y por dentro haya algunos hasta con dos plantas? Hacer caso a estas cuestiones o pasarlas por alto queda en manos de cada uno.
Woman On Fire
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
9 de septiembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una serie llega a su final, no nos queda sino recapitular, y hacer balance. Decirle adiós a Mad Men va a ser como dejar marchar a un viejo amigo. Algunos la consideraran tediosa y lenta, una de esas series en las que no pasa nada, y a la vez pasa de todo. La serie comenzó mostrándonos la vida de los publicistas neoyorkinos de Madison Avenue en los años 60, pero detrás de todo ello hay algo más... Mad Men disecciona una época concreta y al ser humano en general, al que hace caer en desgracia y resurgir de sus cenizas en más de una ocasión. Tratar de poner adjetivos a esta serie es difícil, no diría que es perfecta, pero casi; no diría que es magistral, pero casi...

Mad Men nos ha dejado entrever acontecimientos históricos que marcaron esa época, tenemos el ejemplo del asesinato de Martin Luther King, y además nos ha deslumbrado con una puesta en escena cambiante. Adaptada no solo a cada década conforme avanza la acción, sino también año a año (ver como llegan los 70 y muchos empiezan a dejarse crecer unos enormes bigotazos y unas enormes barbas no tiene precio). Los ambientes, ya sea en las casas de los personajes, en los restaurantes o en las propias oficinas, son creaciones únicas, que podrían haber salido de una revista de decoración de entonces.

Quizás lo que ha conseguido atraparnos desde el principio hayan sido los personajes. Sin duda, esta es la historia de Don Draper y su eterna búsqueda de una identidad propia. El alcohol, las mujeres y la publicidad son su razón de ser en este mundo, o al menos es lo que él cree. Sin embargo, Don no es el único protagonista indiscutible, pues la serie está llena de ellos.

Peggy Olson, mi queridísima Peggy. Una mujer que lucha contra los estereotipos, contra el arraigado machismo que reina en ese mundo de hombres. Ella es para mi un ejemplo a seguir en muchos aspectos y también alguien que va aprendiendo a lo largo del tiempo, cometiendo errores, enmendándolos... Su amistad con Don es para mi uno de los pilares de la serie.

Junto a ellos están el egoísta Peter Campbell, el cínico Roger Sterling, la imponente Joan Holloway, la fría Betty Draper, el excéntrico Bert Cooper... Podría seguir poniendo personajes, y poniéndoles adjetivos a todos ellos, pero no terminaría, pues cada uno de ellos es único e irreemplazable. Cada uno tiene su estilo y las circunstancias de sus vidas cambian con el contexto histórico que les ha tocado vivir. Cada uno de ellos tiene la capacidad de enseñarnos como funciona el mundo y por ello estarán siempre en mi corazón.
Woman On Fire
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 15 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow