La vida de pi una adaptación de la novela “naufragio de Yann Martel”, donde la tecnología se maneja adecuadamente, enviando al público a un mundo mágico de efectos especiales muy realistas sin rayar a lo grotesco.

El nuevo largometraje de Ang Lee logra traspasar de una simple narración de una fábula a una descarga de emociones que te hacen reflexionar sobre temas de amistad, la familia y sobre todo la fe.
La historia se desarrolla en la India, empieza tranquila con un toque de chascarrillos, donde el protagonista tiene por nombre Piscine que está en francés o piscina en inglés, sus compañeros le ponen el sobrenombre "pipí" pero por su fascinación por las matemáticas termina con el apodo “Pi”. Te hacen recapacitar sobre el tipo de religiones y la educación de padres a hijos, a lo largo de la trama te envuelve y te sabe atrapar a la historia de cómo el protagonista y su familia deciden viajar a Canadá y dejar atrás su vida, a la mujer que ama y sobre todo el zoológico de su padre. Ya en el barco con su familia y unos pocos animales, una gran tormenta hace que el barco se hunda y viaja en un bote sobreviviendo acompañado de un tigre y con el dolor de la perdida de sus padres y animales del zoológico.

No es la clásica película tipo Disney, se arriesga a todo para que el espectador, desde el más pequeño hasta un adulto deje salir su imaginación. Además de adentrarte a la historia, los panoramas naturales y los animales que se muestran, te hacen recapacitar del daño que el hombre está destruyendo actualmente. Es una interesante película para los que somos amantes de la naturaleza y animales recordándonos que toda manifestación de vida merece respeto y aquél que tiene fe nunca esta solo.