La verdad es que el comienzo es prometedor, tiene un humor negro con muy mala leche, típico del cine asiático en general, con un par de personajes estrafalarios pero divertidos, que como un par de currantes de a pie, se dedican a limpiar los estropicios que dejan una banda de delincuentes extremadamente violentos. Con una destreza que el mismo Dexter aprobaría sin dudarlo. Encima con golpes de humor costumbrista, luego con la trama del secuestro de la niña, la cosa decae bastante y el personaje del mudo se acaba haciendo un poco cargante, o también los cretinos de los policías que salen más para estorbar que para otra cosa y encima le sobran veinte minutos largos, al final más que gracia acaban dando grima, eso si la niña lo hace muy bien francamente.

Una autentica gozada de película, con un reparto excepcional, en ese sur norteamericano tan característico en el que el racismo convive con el sofocante calor y con las normas sociales más arcaicas. También el fanatismo y la corrupción institucionalizada. Un gran debut de una de las grandes actrices de su época, Faye Dunaway, como la entregada esposa del granjero, cargada de hijos y de problemas, o Jane Fonda, la típica gran dama sureña, pero con una fuerte personalidad y un buen fondo, que a pesar de sus problemas intenta hacer lo correcto. No digamos un Michael Caine excepcional, un tipo amoral, ambicioso y manipulador, que salió de la pobreza y aspira a ser un gran señor pegando un pelotazo, caiga quien caiga y pase lo que pase. Un guion sobresaliente y unas escenas espectaculares, se nota la base literaria en la que se basa, en el gran retrato que hace de sus personajes, como un aguerrido John Philip Law, que pese a su pobreza y educación racista, es valiente y honrado, para hacer lo correcto y no dejarse llevar por las funestas influencias de la sociedad en la que vive . La parte del juicio es simplemente magistral, la dignidad y la entereza de la familia negra es digna de elogio, cuando consigues que una película larga, se haga corta, has hecho un buen trabajo, felicidades señor Preminger, a reivindicar.

Es un pequeño clásico de su época, mediados de los ochenta, con más presupuesto del habitual y algunas viejas glorias de la serie B, entre los que destaca un gran Lee Van Cleef, en muy buena forma en los ochenta. Es como la cara B, de otra película de tema similar " patos salvajes " la susodicha bastante superior en reparto y en guion . La que nos ocupa en cuestión se deja ver, es una historia simple pero efectiva , con el típico rollo anticomunista de la época, todos los malos llevan uniformes del ejercito norvietnamita por cierto. Muchos tiros y explosiones, alguna fantasmada que otra y un Klaus Kinski genial haciendo de malo, como siempre, aunque Lewis Collins como el rocoso e indestructible líder de los mercenarios, también cumple con nota y venga a matar asiáticos a mansalva, que eso en los ochenta es lo que se llevaba y si eran vietnamitas o similares mejor.

Interesante thriller argentino en el que un distinguido abogado, reciclado en profesor universitario tan brillante como ególatra plantea a sus alumnos algunos dilemas morales, para desafiar su intelecto, pero uno de sus alumnos más brillantes le sale respondón y le hace entrar en una espiral de paranoia y desasosiego, muy bien Alberto Ammann, le hace perfectamente la replica a un siempre interesante Ricardo Darín . Hay intriga, suspense y personajes que no son lo que parecen, se juega bien con el despiste. Buen ejercicio de suspense. Es bastante entretenida y resultona, aunque un poco tramposa también.

Que gozada de western para el aficionado, ( sobre todo), el maestro Budd Boetticher demostrando su pericia en el genero, con un guionista de lujo como Burt Kennedy y un rocoso Randolph Scot. Una historia más bien simple, pero muy bien contada, con muy buenos diálogos y escenas de acción muy conseguidas, tiene algunos de los clichés típicos de los westerns de la época, como que los indios atacan a pecho descubierto, lo cual es falso, ya que atacaban por la noche y con mucho sigilo, que los indios no eran tontos vaya, pero aun así con todas las cosas buenas que tiene este western, se las perdonamos gustosamente, encima se ve en un suspiro, sin apenas tiempos muertos y con un par de secundarios de lujo como Lee Van Cleef o James Coburn, un western para disfrutar sin complejos. Un pequeño clásico del genero, que siempre es un placer revisar.