Cartas a Julieta

Este film es la película romántica y sentimental por excelencia, pero "sin drama incluido" para salir del cine feliz. Si eres una persona súper romántica te encantara, pero te sentirás empalagado si las películas de amor no son tu fuerte.
Cuenta una historia sin muchas sorpresas, ya desde el comienzo puedes adivinar sin error cómo y con quien van a terminar los personajes de Vanessa Redgrave y Amanda Seyfried, pero a pesar de eso, el interés no decae. La historia te mantiene entretenido y los paisajes idílicos terminan de completar el abundante romanticismo de la película. Recomendada sólo para los que adoran las historias muy románticas. A mí me ha resultado bastante “empalagosa" pero le doy un aprobado porque, pese a su previsibilidad, la historia es amena y entretenida, y nos deleita con unos paisajes de la Toscana italiana realmente bellísimos.

Puede que sea una americanada romantica, otra de las otras muchas, pero es una de las pocas que ha conseguido sacarme lágrimas de los ojos, y ponerme los pelos de punta al mismo tiempo.
Creo que todo el mundo tendria que tener ilusiones, ilusiones de que sus historias de amor sean como las de las películas, porque creo que a todos nos puede pasar. Soñar no cuesta nada y aveces eso nos quita las penas.
Preciosa la película y preciosa la história.
Todos deberiamos tener finales tan felices como estos.

Imaginemos que pillamos a un grupo de jugadores de nivel mundial y les hacemos jugar un partidillo con un grupo de aficionados de regional. Pues lo mismo aquí.
Auténticos "monstruos" del celuloide, o al menos actores de volumen, entre jóvenes con más ínfulas que talento. La protagonista no cuaja, el chico anda como un pato, y el pobre Gael Garcia sobreactúa. En cuanto a los "cracks", parecen pasearse por la película no muy convencidos de donde se han metido. El guión és blando y soso, y la dirección está más preocupada en la belleza visual que en la trama en sí. Un pastelón, vamos.

No suele pasar en muchas ocasiones, pero a veces, muy de vez en cuando, hay una obra de ficción que consigue traspasar sus fronteras y alcanzar tal cuota de popularidad que incluso con el tiempo lo podemos tomar como un hecho real lo que en realidad surgió de la imaginación de un escritor. Un ejemplo clarificador lo podemos encontrar en Sherlock Holmes, cuya fama fue tal que es uno de los primeros casos conocidos en los que el personaje acaba siendo más popular que el propio autor. Otro ejemplo, que nos sirve como introducción al comentario de este film, es la obra de teatro "Romeo y Julieta", que aunque fue compuesta por Shakespeare, su fama ha llegado a tal punto que incluso en el lugar donde tiene lugar la ficción, Verona, una de las principales atracciones turísticas es el supuesto balcón desde donde Julieta esperaba a su enamorado Romeo.
Con esta anécdota como punto de partida, el realizador Gary Winick, trata de aprovecharla para construir una historia que no viene a ser un "remake" de la típica tragedia de dos amantes condenados a poder amarse por las circunstancias, sino más bien todo lo contrario. Es decir, Winick aprovecha el hilo conductor de la tragedia para convertirlo en una especie de segunda oportunidad con un tono de amable comedia romántica.

Así, la trama trata básicamente de una "Julieta" inglesa (Claire, interpretada por Vanessa Redgrave), que tras 50 años buscará a su particular Romeo ayudada por Sophie (Amanda Seyfried), la joven que encontró su carta perdida, junto a su muy inglés y escéptico nieto (interpretado por Christopher Egan). Puede parecer que hay una trama parelela en la relación entre Sophie y su prometido (interpretado por Gael Garcia Bernal), aunque en realidad no es más que una mera excusa argumental para acentuar lo que verdaderamente interesa a su realizador que es la búsqueda del amor perdido, y sobretodo que segundas oportunidades tienen lugar muy de tanto en tanto.

En realidad el film hubiera funcionado muy bien (quizás incluso mejor) sin necesidad de colocar a la vistosa Seyfried por medio. La sobriedad y serenidad de Vanesa Redgrave hubiera podido hacer el resto. Y la campiña de la Toscana, paisaje donde tiene lugar la acción, lo hubiera rematado. Sin embargo, Winick y el equipo de productores son perfectamente conscientes que para atraer espectadores jóvenes al cine, es necesario que haya actores jóvenes, y de buen ver.

La trama rezuma buenas intenciones por los cuatro costados, y su realizador no se preocupa en ningún momento por la previsibilidad de su desarrollo. Ni por lo sonrojantes e ingenuas que resultan algunas de sus (forzadas) secuencias en las que el realizador trata de revivir el mito de los amantes de Verona.

Con lo único que merece la pena quedarse de este olvidable film es con la presencia de una gran Vanessa Redgrave, quien sin esfuerzo consigue comerse a todo aquel que se le acerca ante la cámara, y sobretodo por los excelentes paisajes de la campiña toscana.

Apenas vi unos minutos hace años de esta película, básicamente del comienzo y no terminaron de convencerme pero con el paso del tiempo la tenía abandonada en mi estantería y me he decidido a verla entera y la verdad es que me ha gustado dentro de lo que cabe sin ser una gran película. Roza el convencionalismo de muchas películas actuales del género y los tópicos abundan en especial en el último acto. Pero es Amanda Seyfried y Vanessa Redgrave las que animan el cotarro con unas correctas interpretaciones ya que en la parte masculina la veo muy forzada y sobreactuada ya sea en el rubito amargado guaperas de turno que en el caso de Gael García Bernal quien se ve a leguas donde va a acabar su personaje y su relación con Seyfried. La película tiene dos partes, una muy interesante e incluso original y la otra que es el romance de turno que ya sabemos desde el primer minuto como va a acabar. La parte de Redgrave con su búsqueda de su Romeo cincuenta años después a causa de una carta escondida encontrada por Seyfried me parece acertada, interesante y entrañable pero es cuando aparece el rubio que se enamora de la Seyfried al principio muy antipático, un estereotipo bastante común en el cine actual que con momentos de humor totalmente desacertados hacen que la película pierda fuerza e interés por muy bonitos que sean los paisajes y la música que acompaña. En definitiva, la película es una más para ver ya que desagrada y acierta a partes iguales. Si la película durase menos y se centrase únicamente en la búsqueda de Redgrave a su Franco Nero sería una película genial y emotiva pero en este caso parece una telenovela italiana con tintes mexicanos que termina de la manera más previsible posible. Pasable.