Karate Kid 3

La última parte de esta pedazo de saga deja un sabor agridulce. Por una parte recuperamos al GRAN Martin Kobe, jefe de los Cobra Kai el puto amo. Sus grandes frases:” ¿Hay dolor en este dojo? ¡No, Sensei!, ¡Pegar duro pegar fuerte sin piedad!” son de lo mejor de la saga, aunque aquí queda convertido en una caricatura algo ridícula.
Es un simple secundario del “Coletas” el cual realmente lo hace bastante bien, aunque nos prive de disfrutar más del gran Kobe. El otro chavalín que se parece al Culebras de Los Protegidos es un malo bastante temible.
Luego la temática es algo tristona y la batalla final se hace un poco corta.
Pero bueno, poder disfrutar otra vez del seños Miyagi y sufrir al botarate de Daniel San lo merece. Por cierto Daniel San es mas gilipollas que nunca en esta película, tiene un tono de voz más chillón que de costumbre (por lo menos en la versión de España). He leido una critica por ahí que comparto (“¡¡Macarrones!!¡¡Los he comido toda mi vida!!)(¡Señor Miyagi, MIRE!). El señor Miyagi le debía haber calzado una ostia a este inútil hace tiempo.
Necesaria película aunque podía haber estado mejor. Pero el 10 se lo calzo.

Tras el tedioso viajecillo a Okinawa, vuelta de tuerca a la historia original. En esta ocasión al que le hacen la vida imposible es a Miyagi, pero el resultado es lo mismo. Daniel en un combate de karate contra los chulos del barrio.

A pesar de tener su buena dosis de rollo y escenas de relleno como las anteriores (bonsais, por ejemplo), entretiene lo justito. No es tan aburridísima como la anterior y se deja ver. El señor Miyagi sigue teniendo carisma para darnos algunos buenos momentos.

Claramente la peor de una saga que pone su punto final, al menos con Ralph Macchio como protagonista. La falta de calidad de este producto se hizo sentir en 1989 tanto en críticas negativas como en un fracaso en la taquilla si no espantoso, pues fue rentable, sí pronunciado. Si la primera fue la quinta película que más dinero dejó en los cines norteamericanos y la segunda, la cuarta, esta tercera se hundió en el puesto 33. Aunque el largometraje en sí es malo, repetitivo y carente de ideas, pienso que lo que la perjudicó realmente es que por entonces el público mundial había descubierto a Van Damme, "Contacto Sangriento" es de 1988 y "Kickboker", de 1989, motivo que llevaría a más de un incauto a darse cuenta de que lo hacía Daniel Larusso (Ralph Macchio), cuya verdadera pasión es el baile, es realmente una porquería de arte marcial.

Quizá lo peor de "Karate Kid 3" si es que en las otras se salía del atolladero con alguna que otra enseñanza y un peculiar entrenamiento, aquí ambas cosas brillan por su ausencia. En cambio, tenemos unos malos muy caricaturescos con una venganza de chiste, pero que pese a todo tienen bastante razón. Un kata no sirve para el combate como tampoco las escasas habilidades que le ha enseñado Miyagi (Pat Morita) o la patada de la grulla, a la que directamente se ridiculiza. De todos modos, el conflicto como el nuevo entrenamiento es lamentable por su sencillez, como también la evolución de Larusso, que está más tontorrón que nunca, cae hasta mal, tal vez culpa de un guión flojito. Puestos a degenerar, también la chica ha decaído desde una bella Elisabeth Shue, luego la atractiva Tamlyn Tomita hasta terminar con una regular Robyn Lively.

Como se comenta en las mayoría de críticas es otra película más de 'Karate Kid' sin que aporte gran cosa a la historia. En este caso unos malos muy malos intentarán restaurar el honor de Cobra Kai mediante un enrevesado plan. En esta entrega la pasividad de el señor Miyagi llega a ser exasperante. Los malos son muy cabrones y les hacen la vida imposible a los protagonistas y el señor Miyagi se deja mangonear todo lo que puede y más. Llega un momento que estás deseando no que les den su lección sino que se los carguen porque son demasiado malos, pero sabes que Miyagi y Daniel-san siempre buscarán la vía más pacífica lo que llega a desesperar.
El guión es mucho menos consistente que la entrega original y está lleno de incongruencias. Sobre todo el discurso final del malo no tiene ningún sentido con su forma de actuar durante el combate, ya podía disimular un poco.
Hay que decir que aunque esta película se considera el cierre de la trilogía original, el final queda completamente abierto.
No es que sea mucho peor que las anteriores pero su aportación es casi nula.

A diferencia de las primeras dos películas, esta entrega se siente forzada y carece de la frescura y emoción que las anteriores lograron capturar.

Uno de los principales problemas de Karate Kid III es su guion predecible y poco original. La trama sigue una fórmula repetitiva y la falta de sorpresas hace que pierda interés rápidamente. Además, los personajes y sus motivaciones carecen de profundidad y se sienten estereotipados.

Otro aspecto negativo de la película es su ritmo lento y desigual. La historia tarda demasiado en desarrollarse y hay escenas innecesarias que solo alargan la duración sin añadir nada relevante a la trama. Esto resta emoción y tensión a la película, haciendo que los momentos climáticos pierdan impacto.

La actuación de Ralph Macchio como Daniel LaRusso sigue siendo sólida, pero el villano de la película interpretado por Thomas Ian Griffith carece de carisma y presencia. Esto reduce la intensidad de las confrontaciones y resta peso a la narrativa.

En general, Karate Kid III: El desafío final es una decepcionante continuación de la saga. Aunque tiene algunos momentos entretenidos y las secuencias de lucha son impresionantes, la falta de originalidad, los personajes poco desarrollados y el ritmo lento hacen que la película sea olvidable en comparación con sus predecesoras.