Dios no está muerto

¡Hola a Todos! :)

Esta película, me gusto mucho, tiene un buen trama. Me gusto que el protagonista en la película toma una decisión de valentía, prefiere hacer lo que es correcto sin importar lo que piensen los demás.
En lo personal me gusto ya que muestra el que no debemos avergonzarnos de Dios, tenemos que dar la cara, hacerle frente a lo que el mundo nos echa encima, el saber poder defender a Dios correctamente. Me hace pensar en mucha gente se pregunta ¿En verdad existe Dios? Y es bueno pensar que se pude dar una respuesta y no necesariamente metiendo religión o Iglesias, si no plasmado en una película, en algo más "práctico" por decirlo así.
En fin, una buena película, día con día algunas personas pasan por estas situaciones pero es genial ver como deciden defender a Dios.

10 Moisés y Aarón fueron a ver al faraón y cumplieron las órdenes del Señor. Aarón arrojó su vara al suelo ante el faraón y sus funcionarios, y la vara se convirtió en serpiente. 11 Pero el faraón llamó a los sabios y hechiceros y, mediante sus artes secretas, también los magos egipcios hicieron lo mismo: 12 Cada uno de ellos arrojó su vara al suelo, y cada vara se convirtió en una serpiente. Sin embargo, la vara de Aarón se tragó las varas de todos ellos. 13 A pesar de esto, y tal como lo había advertido el Señor, el faraón endureció su *corazón y no les hizo caso.

La vara se usaba para medir, simboliza el deseo del hombre por medir todo, discutir, argumentar. Aunque el argumento se gane, aunque la serpiente que sale de la vara de Aaron se coma a las demás no les revela la verdad a las personas. "el faraón endureció su *corazón y no les hizo caso". Dios es vida, Dios no está en la discusión sino en la creación, no está en el árbol del conocimiento del bien y del mal, sino en el árbol de la vida. No está en nuestros argumentos sino en lo que podemos darle de Dios a los demás.

Cada cierto tiempo aparecen en la pantalla una serie de películas que buscan generar una mayor sensibilidad hacia Dios.

Esta es una de esas películas donde en la medida que transcurren las secuencias nos muestran más hechos que evidencian la presencia de Dios; sin embargo, tiende a tomar posturas muy moralistas que hacen que ciertas situaciones sean poco convincentes.

Por lo tanto el desenlace de la película no genera mayores sorpresas, por el contrario reafirma y en este caso de una manera directa la intención de sus realizadores.

Estamos ante un filme de mensaje sobre ateísmo-teísmo (teísmo cristiano); sin embargo, como realización fílmica viene a ser como una especie de pintura hecha a base de brocha gorda y no con pincel; es decir, en cuanto a arte, estética y fotografía deja mucho que desear y resulta manifiestamente empalagoso.

Más, lo dicho, al tratarse de un filme de mensaje (de mensaje religioso o teísta) en este sentido sí que resulta digno de contemplarse y reflexionarse pues pone en escena la confrontación entre el grito de Nietzsche "Dios ha muerto", recogido y asumido por bastantes «progres» hoy por hoy, y en su parte opuesta la experiencia del creyente en Dios, el teista, que no reniega de la fe en Dios, por más que esta aparezca como algo retrógrado y añejo en determinadas aulas universitarias dirigidas por profesores ateos de un dogmatismo cientifista tan ignorante que aún no se han enterado que tanto si lo quieren como si no "Dios" es inextinguible en la existencia humana y que la fuerza del alma es fuerza de Dios, superior a todos los poderes materiales incluidos los poderes del cerebro.

El docente universitario del filme es el típico sectario cientifista anclado en prejuicios ideológicos a los que reviste de «científicos» o «pura ciencia», que no enseña abriendo en sus alumnos el amplio abanico de pensamientos propios de la filosofía, para que cada quien desde su libre albedrío y raciocinio llegue a las conclusiones que su mente considere, sino que adoctrina a sus alumnos en la convicción antiteista que ya él posee con el fin de que todos lleguen a esta misma creencia y encima con la amenaza de que si no lo hacen serán reprobados.

Sin duda, la religión es un componente humano. No hay hay época, cultura ni sociedad humana donde no haya práctica ni creencia religiosa. Ciertamente que la religión puede sacar del ser humano lo mejor y lo peor; pero ¿acaso esto no ocurre con todo lo humano?, por ejemplo, ¿algo tan humano como la técnica no sirve para hacer un mundo mejor y también para hacer un mundo peor? Cualquiera con un mínimo de sensatez sabe que los excesos y atrocidades de las religiones organizadas no tienen nada que ver con la existencia o inexistencia de Dios. Como ya dejó analizado con excelencia el gran XAVIER ZUBIRI, (cf. Teología y mundo contemporáneo. Homenaje a K. Rahner. Ediciones Cristiandad. Madrid 1975, pp. 55-64): «La dimensión teologal es constitutiva y estructural del ser humano. El hombre sólo puede realizarse apoderado por el poder de lo real. Y a este apoderamiento es a lo que yo llamo "religación". La religación es una dimensión constitutiva de la persona humana. El apoderamiento de la persona humana por el poder de lo real es entonces un apoderamiento del hombre por Dios. En este apoderamiento acontece la intelección de Dios.»

En definitiva, pobre película en el sentido artístico de lo cinematográfico y rica o sabrosa en su contenido de mensaje, para lo cual escenifica la realidad que se ha implantado en numerosas universidades de Occidente, es decir, una realidad donde en nombre de la ciencia moderna no pocos profesores y "filósofos" proclaman absolutistamente la muerte de Dios y de la religión, o también declaran a Dios y a la religión como pasados de moda, como credulidad supersticiosa y peligrosa. Y a la vez, en medio de este estado de cosas, resurgirá el "garbanzo negro", o sea, un alumno creyente en Dios que en un aula infectada de compañeros a los que solo les interesa aprobar el curso, no sólo no se avergozará de confesar su teísmo sino que además será el justo reflejo de lo teológico: que no reniega de Dios, que defiende a Dios con argumentos y filosofía y que evidencia tener un alma con esa virtud que muy pocos poseemos y a los que los antiguos griegos llamaban «parresía».

Fej Delvahe

Desde el inicio me engancho, no es fanática, no transgrede la percepción religiosa, ni la diferencia entre cultos y simplemente trata de mostrar que las posturas entre creyentes y no creyentes pueden tener puntos comunes, pero ciencia es ciencia y la fe es fe y punto.
Es una película entretenida con ritmo, que en momentos se pierde en personajes sin mucho desarrollo, pero que no pierde el objetivo más importante del cine que es entretener.